OPINIÓN

La futbolización de la digitalización

Leo esparverado en el Twitter de RAC1 que el Mundial llega a escuelas e institutos. La noticia es de ayer miércoles y habla de cómo los alumnos de muchos institutos del país miraron de escondidas, en sus dispositivos, el partido entre Arabia Saudí y Argentina. La noticia lleva incrustada la entrevista que Jordi Basté hizo a Lucía López, una profesora de catalán en la Escola Sagrat Cor Besòs, que cuenta como diversos alumnos de 2ndo y 4rto de la ESO le pidieron directamente si podían ver el partido en clase.

En vez de transigir, lo que hizo Lucía fue convertirlo en una oportunidad lectiva: al final de la clase mirarían las mejores jugadas del partido y las comentarían en catalán, a modo de retransmisión deportiva. Lucía explicaba en la entrevista que el catalán no tiene presencia en su instituto ni en el día a día de los alumnos. Su razonamiento de base es académicamente impecable: si a los alumnos les interesa un tema, se involucran y este interés se puede utilizar como vehículo de transmisión de conocimiento.

Imagen de Messi en el Mundial de Qatar | AFA

La lección es triple: conocimiento del vocabulario radiofónico futbolístico catalán (el de Joaquim Ventalló, autor también de las traducciones de los tacos del capitán Haddock), exposición al catalán a través de un fenómeno de masas como el fútbol y buena utilización de las tecnologías digitales. Este exitoso experimento académico tiene un precedente en las emisiones de fútbol en TV3 que atraían mucha gente que no había escuchado nunca nada en catalán y que lo hacían por interés en el fútbol.

Si a los alumnos les interesa un tema, se involucran y este interés se puede usar como vehículo de transmisión de conocimiento

Lo mismo pasó con la serie Dallas en el principio de TV3 o bien con Bola de Drac, que en los años noventa, en el instituto de Lucía López, y en todos los sitios, se llamaba así, en catalán. Hoy se debe llamar Bola de dragón o directamente Dragon Ball. El caso de Bola de Drac es muy ilustrativo. Su éxito fue tan grande que cuando se emitió en Canal 9 de la Comunidad Valenciana había picos de audiencia en Murcia. La lengua nunca es una barrera si el interés es suficientemente grande. Todo mi apoyo a Lucía y desde aquí una triple enhorabuena.

Imagen promocional de Bola de Dragón

Pero esta noticia, como el fútbol, también tiene un lado oscuro. De hecho, antes de enterarme por diferentes medios el miércoles, ya me había enterado el mismo martes por medios de km0. Resulta que en el instituto del pueblo también hay niños interesados por el fútbol, niños que hicieron lo que dice la segunda parte de la noticia: mirar el partido de escondidas en sus dispositivos mientras el profesor hacía clase. Niños que conectaron el partido en directo en el proyector del aula cuando el profesor no estaba

Una búsqueda rápida y un clic en una web árabe con el stream pirata y a ver a Messi. Todo el instituto lo supo en el momento por qué la improvisada grada joven se dedicó a colgar stories en sus Instagrams. Recordemos que en las aulas y en el patio no están permitidos los móviles, solo para actividades lectivas. Esto no es un hecho puntual. 

La lengua nunca es una barrera si el interés es bastante grande

El Periódico explicaba ayer que el problema es generalizado y que algunas escuelas e institutos se plantean cortar el wifi durante las horas que haya partido o bloquear las páginas web que emiten los partidos del Mundial. Docentes dedicando su tiempo para encontrar el horario de los partidos, calcular la diferencia horaria, cortar el wifi, requisar móviles, custodiarlos o devolverlos al terminar. 

Esto también es digitalización y en este aspecto todavía estamos en barracones, digitales, pero barracones, al fin y al cabo. La lección del lado oscuro es también triple: utilizar recursos públicos para aquello que no toca no es ningún mal, piratear contenidos es normal y que eso de que el Mundial se haga en una dictadura que no respeta los más mínimos derechos humanos es importante, pero el fútbol lo es más. Queda mucha educación por hacer. Digital también.