Las mujeres de las cuales os quiero hablar, en esta semana que celebramos el 8 de marzo, son las mujeres nacidas dentro de la Transición española, las de la generación baby boom. Ahora es un buen momento para recordarlas y valorar todo el recorrido que ha hecho esta generación, el papel que han representado y su compromiso hacia la sociedad. Hoy en día que estamos todos y todas algo más concienciados que el mundo tiene que ir hacia la igualdad querría explicaros la semilla que durante muchos años muchas mujeres y hombres han sembrado.
Personalmente, tuve la suerte de tener un padre que estudió en la República y aunque tenía estudios mínimos, sí que aprendió el que significan los valores y cómo quería que fuera el futuro de su país, de sus hijos e hijas. Fue un hombre que creía en las mujeres, en aquel momento mujeres casi invisibles. Una época en qué surgieron nombres como Frederica Montseny, Dolores Ibárruri, pero contadas por unidades, él comprendió que tanto una mujer como un hombre tienen que tener las mismas oportunidades a la vida, y aunque la madre vendía de un patriarcado muy potente, él fue un ejemplo de apoyo e inspiración por la lucha de la equidad y la corresponsabilitat. La implicación del hombre es muy importante porque solas el camino es el doble de llevar.
Somos una generación minoritaria que pudo tener estudios superiores, mujeres que estaban preparadas para ganarnos un salario fuera de casa. Nuestro handicap fue que la mayoría de la sociedad no estaba preparada, ni los interesaba, ni querían perder sus áreas de confort ni su patriarcado.
Aprendimos, ya hace más de 35 años, qué era la diferencia salarial, negociar nuestro salario profesional sintiendo que nuestra nómina era un complemento de la del hombre de la casa, ahora decimos "brecha salarial", entonces no había nombre al titular. Todavía hoy las mujeres cobran un 16% menos que los hombres, en el año 1957 en el Tratado Europeo de Roma se incluía este principio de igualdad de salarios entre hombres y mujeres. Hoy en día, en el 2018, seguimos reivindicando la igualdad salarial.
"Nuestro handicap fue que la mayoría de la sociedad no estaba preparada, ni los interesaba, ni querían perder sus áreas de confort ni su patriarcado"
Mujeres que hemos vivido el techo de vidrio, o más muy dicho la totxana dentro de la empresa, cuando nuestra opinión quedaba relegada para después convertirse en una magnífica idea por un hombre. Cuando llegando a una reunión se nos veía de acompañado y no de profesional.
Mujeres que no creemos en las cuotas pero que hemos entendido que sin ellas y sin políticas no llegaríamos nunca a los lugares de decisiones empresariales en los consejos de administración, es aquí donde tenemos que estar, en los lugares de decisión, de las instituciones, de la empresa, porque es desde donde se dirige un país, una empresa, donde todo se cambia. En el año 2012 participante en un programa europeo -el cual tenía como objetivo que el 30% de mujeres tenían que estar en los consejos de las empresas el 2015-, hoy leo un nuevo objetivo del 40% por el 2019... bien es verdad que no llegamos ni al 19% actualmente.
He visto mujeres trabajando mucho y actualmente con pensiones un 39% más bajas que los hombres.
Por todo esto os pediría a las mujeres de las nuevas generaciones que no perdéis los avances y las entonces que se han ido sembrando año detrás año. Ahora parece que han llegado nuevos aires, la corriente feminista está muy potente en todos los ámbitos y las redes sociales son grandes aliadas. Todas nosotros podemos decidir diariamente en muchos ámbitos, económicos, políticos, sociales, y tenemos más poder del que nos pensamos, sólo tenemos que confiar más en nosotros, hacer más lobby y seguir adelante.