El skyline de San Francisco | iStock

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Europa se queda atrás entre los ecosistemas startup

Solo tres ciudades del continente aparecen entre los quince mejores entornos para empresas emergentes, según los datos del último Startup Genome

Las autoridades económicas europeas, las instituciones de la Unión y las grandes personalidades del sistema productivo de sus principales países tienen muy claro que soplan nuevos vientos. Históricamente, las escasas ideas milmillonarias que salían de las principales capitales de la innovación en Europa acababan generando riqueza en los Estados Unidos –donde está el capital, la inversión, las infraestructuras y el resto de players de los mercados–. Los discursos que salen de Barcelona, Berlín o París parecen apuntar hacia un viraje, una mejora de los cimientos que, afirman, permite que los unicornios crezcan y vivan en sus ciudades –no en vano hasta 15 han surgido en la capital catalana en los últimos años–. La investigación global reconoce que Europa va en la dirección correcta, pero todavía la sitúa lejos de sus competidores. Entre los 15 ecosistemas emergentes con más proyección, según el estudio elaborado por Startup Genome, solo hay tres europeos, por una mayoría absoluta norteamericana y una representación abundante de los grandes países asiáticos.

Silicon Valley todavía es inabarcable. El símbolo de la innovación tecnológica global, en el norte de California, hace años que, si se escuchan algunas declaraciones, parece que pierde pistonada en cuanto a la actividad creativa empresarial. Si bien es cierto que ya no es tan absolutamente mayoritario en cuanto a nuevas ideas de negocio innovadoras –si en 2012 hasta el 25% de la financiación early stage, en pre-seed y seed, salía de San Francisco, en 2021 este porcentaje se ha establecido por debajo de los 15 puntos– la investigación detallada todavía lo sitúa un paso contundente por encima de la competencia. Así, Oakland permanece como el mejor ecosistema innovador del mundo, con una valoración de 10/10 en todas las categorías relevantes analizadas por Startup Genome –Rendimiento económico, financiación, conexiones, alcance de mercado, conocimiento y talento+experiencia–.

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Los mejores ecosistemas startup del mundo
Fuente: Startup Genome

Así, los Estados Unidos siguen contando, con diferencia, con el trozo más grande del pastel de los ecosistemas innovadores. Solo Londres cuela representación europea en el Mount Rushmore cincelado por Genome, atrapada entre Nueva York y Boston. Las dos capitales de la costa este, además de en baseball, son competencia en la innovación, con notas medianas muy elevadas en las categorías establecidas por el instituto de análisis con sede a San Francisco. Una nota llama la atención: según la investigación publicada, la metrópolis neoyorquina llega al excelente en todas las asignaturas excepto en la generación de conocimiento, en la que se queda en un aprobado raspado, un 5. Por su parte, Boston solo llega al 10 en la categoría de rendimiento de sus emergentes –resultados económicos, cantidad de unicornios o de patentes– pero en ningún caso baja del 7 según la valoración de Genome.

Uno de los casos más destacados de la edición de 2022 del informe de Genome, y que responde a las tendencias globales y el ascenso de una nueva segunda región en discordia, es el del quinto ecosistema en valoración general, Beijing. La capital china tendría que ocupar, por las notas recibidas, una posición más elevada, compitiendo incluso con Nueva York en la proficiencia de sus emergentes. Aún así, la institución investigadora considera que la ciudad, así como el resto de metrópolis del gigante asiático, no están bien conectadas. Beijing tiene un más que suspenso 3 en la categoría, mientras que Shanghai, la otra urb del país que destaca entre los ecosistemas startup, tiene un todavía más bajo 1. La conexión, sin embargo, es ágil entre capitales chinas, algo que permite que las dos que destacan sean las únicas ciudades del mundo rn igualar a Silicon Valley en una categoría que reclama un buen pensamiento en red, la creación de conocimiento. El sesgo occidental puede, a menudo, sobrevalorar la necesidad de puentes con el Oeste.

Barcelona, all rookie team

El segundo capítulo del informe elaborado por la entidad californiana mira hacia el futuro –un futuro que conserva el rojo, blanco y azul de la bandera de las barras y estrellas, pero con menos intensidad que en el estudio principal–. Entre los diez grandes ecosistemas emergentes, aquellos que en los próximos años contarán con los  unicornios que renovarán sus mercados, aparece por primera vez Barcelona. La capital catalana tiene, según el estudio de Genome, algunas de las mejores startups del continente. El problema: nadie las conoce. Las emergentes barcelonesas tienen un competente 8 en rendimiento, la ciudad llega a un excelente 10 en disponibilidad de financiación, y el 9 en talento y experiencia la coloca entre los centros de innovación europeos con una fuerza de trabajo más valiosa. El alcance de mercado, por su parte, recibe un suspenso. El instituto de San Francisco pone a Barcelona un 1 en esta categoría.

Catalunya comparte esta segunda lista con otras regiones punteras del continente. Dublin y la dupla Manchester-Liverpool aportan el resto del talento europeo a una clasificación que, entre las ciudades del entorno, completa Bruselas. Solo la capital irlandesa recibe una buena calificación en cuanto a su influencia en los mercados innovadores –no solo buena; perfecta, con un 10 que la coloca al nivel de Detroit, Hong Kong y Minneapolis en ecosistemas innovadores emergentes. Sorprende, además, la gran disponibilidad de inversiones en innovación, investigación y desarrollo, con buenas calificaciones en funding para todas las representantes europeas.

Si en la innovación a presente las ciudades asiáticas han dado un paso que las europeas todavía no han podido tomar, en la innovación a futuro la tendencia es opuesta. Solo dos capitales, ambas chinas, del continente tienen una presencia en el ecosistema global como la que aportan Barcelona, Dublin o Liverpool. Es el caso de Hong Kong y Guangzhou, con notas elevadísimas en todas las categorías, algunas incluso por encima del gran centro industrial de Michigan, que lidera la clasificación. En cuanto a los Estados Unidos, además de la metrópolis de los grandes lagos, aporta la vecina capital de Minnesotta, Houston y el conocido como Research Triángulo, el área metropolitana de la ciudad de Raleigh, en Carolina del Norte.