Las reservas de gas en el conjunto de la UE han superado con creces el objetivo del 80% que fijó la Comisión Europea y al que debía llegarse antes del 1 de noviembre de 2022 para garantizar el suministro durante el invierno. Según los últimos datos recogidos por la asociación Gas Infrastructure Europe (GIE), referentes al 25 de octubre, los depósitos de gas en los Estados miembros se encuentran a casi el 94% de su capacidad, muy por encima de los niveles del 35% precisamente antes del inicio de la guerra de Ucrania y también de los registros del año pasado, que se situaban en torno al 75%. Sin embargo, los expertos alertan de que el ahorro energético seguirá siendo igual de necesario y vaticinan que los precios se mantendrán elevados.
En la Unión Europea, prácticamente todos los estados han logrado alcanzar el objetivo del 80%. La única excepción es Letonia, con sus reservas al 57%. La cifra en el Estado español es prácticamente la misma que la media de los 27, mientras que algunos países como Portugal, Bélgica o Francia -este último con una de las capacidades de almacenamiento más altas del continente- rozan el 100%.
Según los expertos, la labor ha sido "todo un reto", en un mercado donde la oferta de energía es más bien escasa y siempre bajo la amenaza de posibles cortes de suministro por parte de Rusia. Sin embargo, también señalan que Europa ha tenido cierta fortuna por ser capaz de cumplir con lo exigido en un tiempo relativamente corto.
Kong Chyong, investigador de la Universidad de Columbia: las altas temperaturas y el frenazo de la economía china han reducido la actual demanda de gas
"El tiempo cálido de los últimos meses ha ayudado", observa el investigador de la Universidad de Columbia asociado al think tank CERRE, Kong Chyong. Gracias a las altas temperaturas, la necesidad de consumir recursos para calentar edificios se ha reducido, permitiendo así que las reservas de gas se llenaran más rápido. Pero hay otro aspecto probablemente mucho más destacado, y es la política de Covid cero adoptada por China.
"La estrategia china ha frenado su economía y ha reducido enormemente la demanda; esto ha generado nuevas oportunidades para los proveedores de gas natural licuado, que han trasladado buena parte del gas que debía ir a China hacia Europa", señala Chyong.
Efectos sobre el consumo
Sin embargo, para los consumidores el hecho de que las reservas de gas se encuentren en estos niveles -no se llegaba desde finales de 2020, coincidiendo con la ralentización de la economía por la pandemia- no supondrá grandes cambios en la factura. Según Chyong, que los depósitos estén casi llenos servirá para asegurar que no harán falta cortes dramáticos en el suministro y permitirá a la UE estar preparada, eso sí, "para el peor" de los casos.
A todo esto cabe subrayar otro aspecto, tal y como apunta el analista de investigación del think tank Bruegel, Giovanni Sgaravatti. "Debemos tener en cuenta que las reservas son sólo una parte de la demanda; [...] lo más importante son las importaciones de gas, que ahora provienen de países como Noruega, Argelia o Estados Unidos", comenta.
Giovanni Sgaravatti, analista del think tank Bruegel: "Los precios se mantendrán elevados durante los siguientes dos o tres años"
En este sentido, Sgaravatti remarca lo importante que son las medidas de ahorro energético con las que están trabajando los diferentes estados y que tienen como objetivo reducir el consumo entre un 7% y un 15%. Para este académico, las campañas de concienciación que se impulsarán de cara a este invierno entre la ciudadanía son, seguramente, "la forma más barata y efectiva de luchar contra la crisis energética actual".
Todo ello en un escenario donde no se prevé que los precios de los productos energéticos tiendan a la baja. De hecho, según los últimos datos publicados este mismo lunes por Eurostat, la inflación en la eurozona ha alcanzado una nueva tasa récord del 10,7% durante el mes de octubre, siendo todavía la energía el principal motor de ese aumento.
Invierno de 2023
A pesar de que todavía hay que superar el invierno de 2022, todos los expertos coinciden en señalar que el verdadero reto será la temporada de frío de 2023, cuando se espera que China tenga una economía a pleno rendimiento y donde el flujo de gas en la Unión Europea proveniente de Rusia previsiblemente se detendrá (actualmente representa alrededor de un 10% de las importaciones).
"Los precios se mantendrán elevados durante los siguientes dos o tres años", prevé Sgaravatti. Durante este período, uno de los grandes objetivos de la UE es acelerar la construcción de nuevas infraestructuras y conexiones para reforzar la seguridad del suministro y por una apuesta mucho más intensiva por las renovables. Sin embargo, mientras la dependencia energética de países terceros seguirá siendo elevada.