¿Innovación, necesidad social o identidad nacional?

¿Cómo tenemos que afrontar la nueva era de innovación después de la pandemia?

Europa necesita posar el ojo en el mismo objetivo: la innovación | iStock Europa necesita posar el ojo en el mismo objetivo: la innovación | iStock

Plantearnos una sociedad sin innovación sería pensar que todavía vivimos anclados en el pasado. La razón principal por la cual esta palabra ha cogido fuerza en los últimos meses es la necesidad de encontrar un remedio definitivo contra la crisis de la pandemia, que ha provocado una inestabilidad real y profunda en todos los aspectos de la sociedad. ¿Aún así, pero, estamos enfocando bien la innovación dentro de Catalunya y España ?

Para ser más precisos la innovación y la nueva creación son conceptos que han arraigado fuerte en el mundo de las ciencias, pero también se pueden implementar en cualquier sector. Es precisamente para hablar de esta creciente necesidad de implementar la innovación en todos los aspectos de la vida que Foment del Treball organiza un debate, con la colaboración de Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec y ex ministra de Ciencia e Innovación del Gobierno español y Antón Costas, economista, para recordar porque la innovación tiene que ser un tema de conversación social, económico, pero también político.

Pero damos un paso atrás para coger perspectiva. En los últimos presupuestos aprobados por el Estado, el dinero destinado a la innovación fueron nada más y nada menos que 1.200 millones de euros, un 1,4% del PIB, una cifra, que según Garmendia "todavía está muy por debajo de la que se necesita para hacer un cambio". Siguiendo esta misma línea pues la pregunta más recurrente es porque los partidos políticos deciden no centrarse en innovación o porque no la incluyen como parte esencial de su discurso. "Los presupuestos son aquello que pasa entre el relato y la acción", recuerda la ex ministra.

Nuestra sociedad no está pensada para tener en cuenta un gran gasto en innovación, puesto que en el conjunto de los presupuestos no se le da la importancia suficiente a la ciencia. "Siegue por debajo la media europea en dinero destinado a la innovación", explica Costas. Aparte, también tenemos el defecto de recortar en innovación cómo si fuera algo prescindible cuando hay una crisis: "No somos consciente de cómo es de importando la ciencia y por eso siempre se recorta en I+D", añade el economista.

Otro de los aspectos más importantes en la sociedad española y catalana es que la innovación se resuelve con préstamos no con subvenciones cómo por ejemplo la cultura. De este modo tal como describe Costas es muy complicado trazar una estructura sólida porque las empresas no se quieren endeudar y, por lo tanto, "mientras el modelo siga siendo de préstamos y no de subvenciones no todo el mundo podrá acceder".

Nuestra economía

La economía española, cómo también la catalana todavía van mucho por detrás otras economías especializadas a crear nuevas metodologías que se adapten al presente. Antón Costas habla de economías taller y economías laboratorio, dos clases de sociedades muy diferentes las unas de las otras, pero que innovan. "Una economía taller sería cuando la innovación se hace sobre terreno conocido", explica Costas, es decir, cuando se innova en cosas que ya existen para hacerlas mejores. En cambio, cuando el economista habla de economías laboratorio, son aquellas que innovan desde cero o cómo explica él "que experimentan para mejorar".

Ante estas dos tipologías, con las cuales Garmendia ha sido muy de acuerdo con el economista, España corresponde al primer grupo, las economías que innovan sobre el que ya existe. "Seríamos esta clase de economía, pero creo que el más importante es transformarnos en una economía laboratorio", dice Costas. Así pues, los dos ponientes recuerdan que el trabajo conjunto de la sociedad y sobre todo desde la entrada de los fondos europeos Next Generation, España tiene que cambiar sus maneras de innovar y, en este sentido se tiene que "modernizar".

Comparaciones odiosas

No es que nuestro país sea el único con problemas. Es un sentimiento más bien extendido por Europa. Uno de los problemas principales cuando se compara la innovación a Europa con la otros gigantes mundiales cómo China o los Estados Unidos la respuesta es clara por los ponientes: "Europa no es un país", aclara Costas. Por este motivo pues, Garmendia explica que es muy complicado trabajar conjuntamente con otros países europeos, puesto que las maneras de tratar los diferentes problemas siempre son diferentes, "y la innovación no es una excepción".

En cuanto a la coordinación de estas otras potencias, Costas recuerda la misión norteamericana Apolo, "aquello fue posible gracias a poder coordinar todo el país y está haciendo todos el mismo. Si lo trasladamos a España tenemos que encontrar misiones, objetivos claro e ir todos a una". Un argumento que también comparte la ex ministra Garmendia quién habla de "no fragmentar" los estimados fondos Next Generation. "Tenemos que entender que los fondos irán en diferentes direcciones y diferentes pequeños proyectos, pero necesitamos un objetivo común para acabar trabajando", remarca.

La ciencia y la innovación han permitido que esta pandemia vaya menguando, aún así tanto a España como Catalunya se necesitan proyectos que ayuden a impulsar esta nueva etapa para la innovación. Cómo explicaba Costas, nos tenemos que convertir en una economía laboratorio, y tal como compara Garmendi: "La innovación tiene que ser el fútbol de esta sociedad, es decir, tiene que formar parte de nuestra identidad nacional".

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