Anualmente hay unas 30.000 paradas cardiorespiratorias en el Estado español, las cuales tienen un índice de supervivencia de menos del 10% si se dan fuera del ámbito hospitalario. Las cifras no son alentidores, pero sí tienen solución: más desfibriladores en la calle para salvar vidas. Hoy por hoy, sólo siete comunidades autónomas obligan a tener dispositivos como estos a la vía pública, entre las cuales se encuentra Cataluña, pero el CEO de Cardionlive , Rafa Ramírez, asegura que con esto no hay bastante. "De que sirve tener si no están en buen estado? Tenemos que hacer una pasa adelante".
Ramírez conoce el sector, él mismo es distribuidor de desfibriladores, y detectó que al mercado había una carencia: "Hay que trazar los equipos". Una tarea básica para saber donde se ha instalado cada uno de los aparatos vendidos y qué es el estado de la máquina y los consumibles. Ahora bien, nadie lo hacía, o no lo hacían de manera integral. "Nos juntamos con una empresa de software y creamos nuestro software Cardionlive", explica.
Su propuesta puede prevenir incidentes como el vivido en Francia hace dos años, cuando una alerta sanitaria hizo necesaria la actualización de los desfibriladores instalados al país. Un distribuidor no tenía la información sobre donde se habían puesto sus aparatos y tuvo que hacer frente a una multa económica.
Una solución técnica y médica
La primera premisa que el CEO deja clara es que su negocio es un modelo B2B. El software está pensado para los distribuidores, no para el cliente final o el fabricante, y para cualquier marca y modelo. A pesar de que ya trabajan con algunas empresas para ser ellos el proveedor de referencia y hacer alguna personalización.
El software monitora en todo momento las baterías, los errores y se conecta en internet para comunicarse con los servicios de emergencia. "También se pone en contacto a través de una app con una red de voluntarios con capacidad para atender la muerte repentina mientras no llegan los profesionales médicos", añade. Así, consiguen tener geolocalitzades todas las máquinas y saber que están en buen estado, y a la vez incrementar las posibilidades que cualquier paro cardiaco pueda ser atendida rápidamente.
Un mercado con muchas oportunidades
Hace aproximadamente un año que Cardionlive comercializa el software y ya gestiona 2.000 equipos, 200 de los cuales están conectados en internet. Se han marcado acabar el 2018 con 10.000 y 500 equipos, respectivamente. Unas cifras assolibres si se tiene en cuenta que han hecho el salto en México, Colombia, Chile, Argentina y el Perú. "Y que en Europa hay un mercado extenso. Sólo en Francia hay casi 80.000 desfibriladores, mientras que en España no se superan los 15.000", comenta.
Ante la expansión que prevén, la compañía busca financiación externa para continuar creciente.