Cómo se valora una startup 'biotech'?

Los regresos además largo plazo y la escasa oferta de capital riesgo provocan valoraciones hasta cinco veces menores que en los Estados Unidos

El CEO de Mind the Byte, Alfons Nonell-Canals, explica a VÍA Emprendida que están preparando una ronda de financiación de medio millón de euros para finales de año. A día de hoy ya prevé que la negociación será más complicada que en las rondas anteriores. Como cualquier otro de los que se mueve por el sector biotech, sabe que "es específico porque tarda mucho a dar resultados". Quizás porque la biotecnología no siempre se entiende a la primera y los regresos tardan a llegar, la oferta de capital riesgo dispuesto a entrar todavía es más escasa del habitual para el resto de startups.

"Es un sector donde no entrarán nunca una buena parte de inversores, y sólo se mete el capital riesgo especializado. En Cataluña hay cuatro y un más al resto de España", indica Carles Domènech, CEO de Ability Pharma. Lamenta que entre estos players "no hay competencia porque casi siempre invierten a la vez. Y el acceso en el capital riesgo internacional es muy difícil". El resultado, asegura, es que "las valoraciones que tenemos aquí están entre cuatro y seis veces por debajo de las que hay en los Estados Unidos o en otros países de Europa".

Una de las plataformas especializadas en inversión en biotech es Capital Cell. Su CEO, Daniel Oliver, hace un símil entre la valoración de estas empresas y la de los pisos en el mercado inmobiliario. "Tienen un misterio similar, no está regulado y un mismo piso en una cierta coyuntura y en un país puede valer una cosa; y en otro contexto puede costar el triple. A las empresas los pasa un poco el mismo", reconoce.

Oliver evidencia que las tecnologías médicas son muy comparables en todos los países, "quienes desarrolla un medicamento en Cataluña lo está haciendo exactamente igual que el que lo hace en Rumanía o en los Estados Unidos". Pero confirma que la valoración de las empresas en Cataluña es cuatro o cinco veces inferior a la que tendrían en los Estados Unidos, tal como dice Domènech. Por Oliver, la explicación es tan simple como la ley de la oferta y la demanda: "Se debe de a la cantidad de gente que hay al suyo cercando con dinero al bolsillo; y se acaba haciendo difícil de decir cuál es el valor real de estas tecnologías".

Una espera larga pero rentable
A Mind the Byte hacen software científico para dar servicio a las biotech y por eso se autodenominan bioTIC. "Si coges una empresa 100% TIC el que se valora más es la tracción, las métricas, etc. Nosotros hacemos un SaS y a veces algún inversor nos pide métricas...pero no tenemos!", indica su CEO.

"No vamos a tener dos millones de usuarios, sino a tener 100 y que nos paguen mucho dinero cada uno de ellos. Me muevo entre los dos sectores y los inversores bio valoran mucho más el conocimiento que hay detrás, tienen más paciencia", dice Nonell-Canals. Asegura que apostando por la biotecnología "el regreso será mucho más lento, pero si todo va bien será más grande".

A la banda de los inversores, Daniel Oliver explica que a Capital Cell han optado para poner dinero a las biotech "porque es un sector de alto crecimiento y alta rentabilidad". Como muestra, un botón: "Es uno de los sectores más rentables en España desde el 2008 y el crecimiento de las biotech al Nasdaq es el triple que el de las 500 compañías más rentables del mundo".

Eso sí, recuerda que se trata de desarrollo de tecnologías en un campo muy regulado como el de la salud. "Se tiene que superar una legislación muy estricta y vivir muchos años de pruebas. Por lo tanto, cualquier startup biotech tenderá a tener una llegada al mercado a la cabeza de muchos más años que cualquier otra startup". De media, desde que se empieza la empresa biotech hasta que hay un exit y alguien puede hacer dinero, pasan entre cuatro y siete años. "Quién invierte en biotech sabe que su dinero estarán bloqueado durante más años que si hubiera invertido en turismo", resume.

Cómo se valora una compañía?
"Una biotech pura se valora por el mercado objetivo de los medicamentos o fármacos que desarrolle", resume el CEO de Mind the Byte. Generalizando, "si estás haciendo un fármaco por un tipo de cáncer concreto, miras cuántos pacientes al año se diagnostican de este tipo de cáncer".

Por el CEO de Capital Cell, las reglas para decidir el valor de una empresa se mueven relativamente poco, independientemente del sector. "Al final estás derivando su valor futuro. La particularidad de las biotech es que los valores finales de mercado del que desarrollan son muy altos. Por lo tanto, las valoraciones son más altas". Aún así, insiste, las técnicas para hacer la valoración son similares. "Miras cuántos dinero hará aquello, cuánto dinero necesitas para hacerlo realidad, y la uno dividido por el otro te saca un multiplicador de cuánto dinero esperas hacer. De allá se deriva el valor de la empresa", resume.

Carles Domènech, de Ability Pharma, coincide que la valoración normalmente "se basa en el potencial de mercado que tienen las tecnologías que produces. Somos biofarma, desarrollamos nuevos medicamentos, y nuestro producto tiene unas expectativas de ventas a largo plazo, así como unas expectativas de firmar acuerdos de licencia que te suponen unos ingresos a corto y medio plazo". Son estos ingresos los que permiten cuantificar el valor de la empresa. Este es el sistema que se usa sobre el papel.

El CEO de Ability también apunta la opción de hacer un benchmarking para analizar compañías que han recibido inversión recientemente (y se ha sabido la cantidad). "La otra referencia son las salidas a bolsa, que te da unos números del que sería tu target en el supuesto de que salieras".

Objetivo: máxima valoración
"Si haces una valoración muy baja te diluyes más. Es mejor hacer la valoración más alta que puedas", dice Alfons Nonell-Canals. Las dificultades para lograrla en casa nuestra, pero, han traído compañías como Abiility Pharma a buscar estrategias alternativas. "Una opción es financiarnos a través de préstamos blandos de la administración. Son sin garantías, se basan en el éxito de la tecnología y el riesgo por la empresa es bajo", resume Carles Domènech. "Esto nos ha permitido avanzar mucho el proyecto sin que los fundadores ni los primeros inversores se diluyan mucho (menos de un 20%)", añade.

La otra estrategia que han aplicado es la de buscar acuerdos territoriales con otras empresas del sector. "Ahora hace unos meses firmamos un acuerdo con una empresa del mercado chino para licenciar los derechos de desarrollo y comercialización de nuestro primer producto en este país". Este acuerdo, explica, los ha dado una entrada de dinero que no diluyen la propiedad y que los permiten financiar prácticamente toda la fase dos del estudio. "Esto nos puede dar hasta 20 millones de euros de pagos en los próximos tres años", concluye.
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