Sólo una empresa de todo el Estado español presenta estos días su proyecto a la Disrupt Alley de San Francisco que organiza TechCrunch. Se trata de la valenciana Freshdeal, la cual hace un año puso una marcha una plataforma B2B que pone contacto compradores y vendedores del sector agroalimentario. Venden vegetales frescos, congelados, manipulados, especies, frutos secos... una larga lista de productos que piden una gestión cuidadosa y rápida para evitar que se echen a perder.
La idea fue de en Luis Galdón, cofundador, socio y actual business development de la startup, quien sumaba años de experiencia en el mundo de la exportación e importación del sector, especialmente en la Asia. "Sabía como era el mercado, qué carències tenía y pensé que era el momento. Lo comenté a dos de los que ahora son socios-fundadores, lo estudiamos, hicimos una app en fase beta, nos pusimos en contacto con actores del mercado y formalizamos la idea luego que vimos que era viable", relata. Y así es como septiembre del 2016 Freshdeal salió al mercado.
La compañía opera en 123 países y gestiona casi 2.000 operaciones de más de 3.000 usuarios
La compañía nació de la mano de siete socios-fundadores, a pesar de que Galdón explica que sólo tres de ellos se dedican al 100% a la empresa, los otros cuatro son consejeros. El equipo está formado por seis personas que se encargan de tener en marcha una plataforma que opera en 123 países y gestiona casi 2.000 operaciones de más de 3.000 usuarios.
Paliar las deficiencias del mercado
Freshdeal sólo une empresas. Es decir, pone contacto figuras como la del productor, intermediario, trader, cooperativa y cualquier otro que entre en el procedimiento y que busque un comprador o un vendedor. "Nosotros sí que hacemos un seguimiento de la operación, pero no entramos en ella", remarca; y asegura que su trabajo es mantener la "confiabilidad" en un sector que tiene un elemento bueno y a la vez malo: "El producto siempre va a peor".
Freshdeal verifica los usuarios para evitar operaciones fraudulentas
Galdón asegura que es un mercado donde hay mucho fraude precisamente porque son productos que se tienen que comprar y vender con rapidez. Para evitar esto, ellos verifican los usuarios y evitan que entren actores que operen de manera negativa para cerrar procesos de compraventa exitosos y con pagos seguros.
Contactos para un negocio en crecimiento
Dos meses después de empezar a operar, la compañía se fusionó con otra de americana que ofrecía servicios similares. La diferencia radicaba en el ámbito de actuación. Mientras que Freshdeal operaba a escala nacional, la norteamericana lo hacía sólo en los Estados Unidos. "Nuestra visión era más global, ellos era más por operaciones de intermediación sobre todo con México. Por eso llegamos a un acuerdo, vimos que pelearnos en un futuro por el mercado estatunidenc era absurdo", argumenta.
Su segundo punto de inflexión llegó al mes de febrero, con la inversión de un fondo alemán que los está ayudando a mantenerse en pie mientras no llegue una segunda ronda. Un dinero que prevén destinar a desarrollar nuevos servicios que los permitan facturar, puesto que hasta ahora no monetitzen nada.
La feria Disrupt Alley es una buena oportunidad. Saben que son tres fases: un primer día con un pitch, un segundo de networking y un tercero de entrega de premios. "Nos gustaría mucho llegar a la final, pero sabemos que hay que superar cada una de las fases", reconoce Galdón, "el que tenemos claro es que el más importante son los dos primeros días, donde podemos encontrar contactos importantes".