TRC, reciclar los molinos eólicos

La startup idea un sistema para reciclar el material de que están hechas las alas de los aviones

El asiento de un avión, la mesita reclinable o la puerta del portamaletes podrían estar hechos, de aquí poco tiempo, a partir de las alas de otro avión. O la manecilla de un coche podría estar hecho a partir de una pala de un molino de energía eólica. Reciclar los materiales reforzados de fibras de vidrio y carbono de que está hecha el ala de un avión o la hélice de un aerogenerador no era posible. Hasta ahora. TRC (Thermal Recycling of Composites) es una empresa derivada (espín off) del CSIC dedicada al desarrollo y explotación de tecnologías por el reciclado de materiales compuestos.

Actualmente en el sector eólico hay 1,8 millones de toneladas de material de rechazo pendiente de ser gestionados en vertederos en Europa. Estos composites son muy resistentes y pesan poco, por lo tanto su uso está creciente: se calcula que en los próximos años su consumo subirá un 10% y por lo tanto los residuos se dispararán un 40%. Pero después de su vida útil, los residuos no se podían reciclar.

Oriol Grau es CEO y co-fundador de TRC, una startup que ha desarrollado R3FIBER, una tecnología para reciclar estos residuos solucionando el problema y reportando beneficio al sector de los composites y los sectores que los usan. A través de un proceso termoquímico los materiales se transforman en fibras de alta calidad, en combustible y en energía. El material resultante tiene infinidad de aplicaciones en el sector automovilístico, construcción, náutico, aeronáutico, industrial, eólico, etc. Grado pone como ejemplo de la Torre Agbar de Barcelona la cúpula de la cual incorpora "elementos hechos con composites" o también el sector automovilístico "donde la fibra de carbono es muy empleada por su ligereza".


TRC es la primera empresa no portuguesa a ser incubada por EDP Starter, la aceleradora de la empresa Energias de Portugal, uno de los principales grupos energéticos a escala mundial y referente de las renovables. Esta compañía también suministra las palas a reciclar -que llegan a hacer 72 metros de largo y pesan 15 toneladas-, sobre todo provenientes del Estado español. Alemania e Inglaterra también son grandes emisores de este tipo de residuo porque han apostado por los molinos de viento para producir energía. En cuanto al sector aeronáutico, TRC ha recibido alas de aviones de la compañía Air Buzo.

La energía verde más verde
A pesar de que la empresa se ha constituido este mes de enero, la idea de reciclar este tipo de materiales es un trabajo que hace años que se trabaja. El CSIC detectó el problema y Grado, junto con su equipo, investigaron para desarrollar la tecnología que daba solución.

La empresa se encuentra actualmente en una planta piloto y ya trabajan para construir una planta preindustrial. "Estamos en una fase de escalar el proyecto, tener una planta más grande y poder dar una cobertura más genérica a todas las empresas y potenciales clientes", explica Grado. A TRC trabajan de momento los siete miembros fundadores y estiman que la compañía superará la facturación de 4 millones de euros en cinco años.

TRC ha sido proclamada ganadora del programa CleanTech Camp Barcelona 2016 organizado por KIC InnoEnergy, Barcelona Activa y la Caixa Capital Riesgo. La startup se ha reivindicado como el proyecto con mayor potencial de crecimiento en el ámbito de las energías limpias y las ciudades sostenibles. "Ganar este galardón nos da prestigio y visibilidad, además de 15.000 euros de premio y un estudio de propiedad industrial", explica el emprendedor.

La compañía apunta ahora, después de haberse centrado en el sector eólico y aeronáutico, hacia otros sectores como el náutico y la automoción "tanto para recibir como para proporcionar fibras y resolver el problema de la gestión de los residuos emergentes en estos sectores", afirma Grado. Así mismo, en un futuro la compañía se plantea vender licencias y buscar financiación para hacer escalar la empresa.
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