Bajar a la calle y ver que antiguos locales de tiendas del barrio se han convertido en colmados regentados por extranjeros se ha convertido en un episodio habitual. Arran la crisis, el paisaje urbano ha mutado para albergar una cantidad importante de los ya conocidos como pakis, negocios de pakistaníes que su variedad de productos y amplios horarios facilita cubrir las emergencias de última hora de los vecinos.
Este no es más que el resultado migratorio de ciudadanos de todo África y los países árabes, como comenta la miembro de Economistas Séniors del Colegio de Economistas de Cataluña Carlota Solé, en una sesión organizada por la entidad, sino que es también la muestra de cómo concretamente los pakistaníes tienden a pensar en la emprendeduría: "Muchos trabajan para terceros, pero muchos más asumen el riesgo que comporta la aventura empresarial". Esta comunidad representa el segundo grupo extranjero en Barcelona y también el segundo con más habitantes con negocio propio.
Que la capital catalana sea uno de los polos principales de desarrollo de estos comercios no es casual. Es una zona urbana tradicionalmente abierta a la inmigración, muy posicionada geográficamente y con muchas oportunidades en cuanto al desarrollo de la emprendeduría. Estos elementos, en combinación con los efectos de la globalización y la crisis económica, según la socióloga e investigadora del Grupo de Estudios de Inmigración y Minorías Étnicas (Gedime) de la UAB Berta Güell, son las causas de la proliferación de pakis a la ciudad. Especialmente en los barrios del Arrabal sur, el Besòs Maresme y la Villa de Gràcia, donde ha centrado su estudio. Es a los dos primeros donde se concentran los ciudadanos pakistaníes en Barcelona, mientras que el Arrabal es donde se encuentran más comercios de esta etnia.
La fruta y el saldo del móvil, al 'paki'
El perfil de empresario es hombre de entre 21 y 30 años y sin experiencia previa en el ámbito más allá del que han visto en negocios de familiares. Son emprendedores jóvenes con una formación de grado superior, que traen una media de entre 11 y 15 años como residentes en Barcelona y que dan trabajo también paquistaníes, pero con edades que en pocos casos supera los 30 años y los 6 años de residencia, el que muestra que un golpe se tiene experiencia, "se decantan por la emprendeduría".
Berta Güell, en el centro, durante la presentación del estudio | A. Corón
La alimentación y las telecomunicaciones son la tipología de establecimientos preferidos por los pakistanessos. Desde el 2012, año cuando se logró el máximo número de residentes del país en Barcelona, el número de comercios no ha parado de crecer.
Las tiendas de alimentación representan el 33% del total de comercios recogidos por la socióloga en su investigación y se concentran a la Villa de Gràcia. "Buscando alejarse de la competencia el máximo posible", señala. Un 6% de los establecimientos son franquicias, con Suma y Condis como cadenas principales, y gran parte de los comercios buscan proveedores de origen español, mientras que prácticamente su totalidad es minorista.
Güell: "Los comerciantes de la calle Santa Pau trabajan al por mayor y proveen otras empresas de la ciudad y de Europa"
Una situación contraria a la del Arrabal sur, donde ha centrado la investigación. "Concentra los negocios de telecomunicaciones, que representa el 38% de los comercios estudiados, y están sobre todo a la calle SantaPau ", comenta el especialista. De hecho, esta vía es conocida en toda Europa, afirma, "sus comerciantes trabajan al por mayor y proveen otras empresas de la ciudad y de Europa".
En los dos barrios los comerciantes provienen en su mayoría de la zona del Punjab, el que Güell entiende como que la ayuda entre pakistaníes es una de las causas que ha impulsado la proliferación de los establecimientos.
"Son negocios que surgen fruto de la carencia de relevo generacional de los establecimientos de barrio que cierran"
Ante la crítica creciente que ha surgido respecto a los pakis, la investigadora defiende que no son ellos quienes sacan los locales a los comerciantes de siempre, sino que ocupan espacios vacíos: "Son negocios que surgen fruto de la carencia de relevo generacional de los establecimientos de barrio que cierran". Es decir, son una consecuencia de falta de segunda y terceras generaciones, no la causa de bajar la persiana.
También son fruto de un cambio de consumo. "Hoy todo el mundo quiere poder comprar a cualquier hora y cualquier día. Ellos saben que su margen de negocio está especialmente en horarios en que los supermercados están cerrados, que sería de 21 horas a 23 horas, y en domingo", especifica la socióloga, que añade a continuación que el hecho de estar debajo de casa y cubrir un segmento tan necesario como la alimentación los ayuda a mantenerse de pie.
Abrir la puerta al mercado laboral
La mujer, un colectivo que hoy todavía tiene dificultades para ser equiparada al hombre, tiene un plus de dificultades en el caso de los inmigrantes de los países árabes. A diferencia de las marroquíes, comunidad que toma como referencia Güell, las mujeres paquistaníes tienen más facilidad para encontrar trabajo con este fenòmen. La proliferación de comercios de conocidos o amigos otros amigos son una vía ayudarlas a incorporarse al mercado laboral. "El hecho de tener un tejido empresarial fuerte y formato por miembros de su comunidad es una ventaja", comenta, "a pesar de que las condiciones laborales son precarias".
Fotografía: Artur Ribera
En estos casos, las tiendas de víveres o las franquicias de supermercados son la opción preferida para las mujeres. Ahora, pero, algunas entidades del tercer sector quieren impulsar la emprendeduría femenina a través de tiendas de ropa, especialmente de vestidos paquistaníes, un producto que difícilmente encuentran en Barcelona.
Las relaciones entre empleados y cabezas acostumbran a ser jerárquicas, sean trabajadores masculinos o femeninos, y a menudo con jornadas excesivamente largas y sin festivos. Aun así, continúan siendo una fuente de ingresos que no rechazan.
Los trabajadores de la construcción o la hostelería de edad más avance ven la oportunidad de dejar trabajos físicamente más duras y con la libertad de ser su propia cabeza. Otros, en cambio, la apertura de un negocio es la manera de asegurar a los hijos y nietos un futuro puesto de trabajo a la empresa familiar.
Una comunidad de empresarios que avanza
A pesar de que la especialización en alimentación y telecomunicaciones es clara, los últimos años se ha empezado a dibujar una tendencia hacia establecimientos más generalistas. Tal como apunta la investigadora del Gedime, el incremento de franquicias los ha abierto el camino hacia la venta otros productos que han acercado sus locales al comprador occidental. "Tienen la voluntad de captar ciudadanos del barrio de siempre y de crear negocios también bajo marcas conocidas", justifica.
"Siempre que pueden se ayudan, pero en algunos casos buscan crecer territorialmente y salir a otros barrios o fuera de Barcelona"
Todo ello hace que la competencia vaya a la alza. Según la experta, la respuesta de los pakistaníes siempre es la cooperación o la expansión: "Siempre que pueden se ayudan, pero en algunos casos también buscan crecer territorialmente y salir a otros barrios o fuera de Barcelona. Otros intentan diversificar, pero el margen de innovación es bajo".
La financiación también tiene su origen en la comunidad. El primer recurso son los familiares y conocidos de la red, mientras que el dinero institucional y de entidades bancarias están en segundo término.