2015, el año del Penedès

Entente como el conjunto de las comarcas administrativas del Penedès y el Garraf, la región penedesenca pide un mayor protagonismo económico en el contexto del país y afila sus potenciales para hacerse un lugar entre las geografías mediterráneas más atractivas.

La amenaza apuntada hace unos años por algunos economistas, en el sentido que la oleada metropolitana y su fuerza centrípeta tragaría irremisiblemente las aspiraciones de la periferia sur de Barcelona y subordinaría sus directrices, ha tenido su contrapunto en el desarrollo de un escenario con proyección de futuro, con sello e identidad propia.

El marasmo económico de este último septenio ha fustigado las economías del Grande Penedès, tanto o más que las otras demarcaciones. Así lo patentizan los datos de destrucción de actividad y ocupación . Aún así, en medio de la maltempsada, la empresariat del Penedès ha reaccionado positivamente y ha sabido seducir nuevos mercados, sobre todo al exterior, y a la vez ha excel·lit en la investigación de modelos de eficiencia y en el injerto de la cultura innovadora.

El sector vitivinícola es un buen ejemplo, sin duda. Los vinos y los cavas del Penedès hoy son más internacionales que nunca y son presentes en todo el mundo. La crisis y la abaltiment de los mercados tradicionales han sido un estímulo mayúsculo para un empresariat que ha sabido espabilarse y que ha perdido el miedo a exhibirse.

Del mismo modo, es remarcable la eclosión exportadora de la industria alimentaria, con empresas familiares que hasta hace poco hacían un buen producto y alcanzaban una clientela local; como mucho, nacional. Ahora son elaboradores de un catálogo excepcional que los ha traído a hacerse un lugar en los lineales de los supermercados europeos o en los principales canales de distribución . En el mismo mapa penedesenc otros sectores empresariales, como la logística , el cartón, los componentes de automoción y los bienes de equipo muestran indicios de revitalización, muchas veces por su expansión internacional; casi siempre, por una resiliencia meritoria.

Caso a banda, las comarcas costeras del Garraf y el Baix Penedès han decantado su actividad hacia el pentàmer de los servicios a las personas, formado por el comercio, el turismo, la cultura, el ocio y el sector socio-sanitario. Esta estrella de cinco puntas sostiene la economía de la marina penedesenca y ha contribuido a su subsistencia, si bien angoixosa, en estos años difíciles, cuando la caída de la construcción y el declive de la industria han azotado muy particularmente nuestro litoral.

El año 2015 será un buen año porla economía del Grande Penedès. Está preparada para subir al tren de la recuperación, consolidar los destinos de sus exportaciones y metabolitzar los afanes invertidos por un empresariat perseverando. Cómo también está a punto para multiplicar su imantación comercial y turística, con palos de pajar tan atractivos como Vilanova i la Geltrú y Sitges, y con un acelerador tan notable como la capitalidad cultural de Cataluña que recaerá en Vilafranca del Penedès.
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