Ahora viene Nadal y mataremos el gallo

Siempre me he preguntado cómo afectan las fechas navideñas en las relaciones al trabajo. Y me he encontrado de todo cuando he empezado a preguntarlo. También, estudios que avalan que por el 37% de las personas la Navidad está asociada a una época de estrés. Hay que no soportan las fechas que rodean las fiestas, por el que significa cerrar el ejercicio anual, los presupuestos del año próximo; en cuanto a temas personales en reencuentro con la familia, no haber colegios, los gastos que comporta y otros. Y es que el espíritu navideño no es igual para todo el mundo, está claro. Y como elemento común podemos decir que no deja indiferente a nadie.

Por otro lado, las relaciones al trabajo tiñen en muchos casos de cierto espíritu colaborativo, generando espacios de solidaridad que van mucho más allá del día a día. También se aprovechan estas fechas como espacio de reflexión para hacer balance del año que nos deja y el nuevo que empieza con sus deseos preparados. Qué ilusión pensar qué queremos mejorar de nosotros mismos y lograr los objetivos que deseamos, verdad?

Son fechas muy especiales, que hacemos paréntesis, aunque sea entre las comidas y cenas con sus excesos culinarios, donde aprovechamos para hacer repaso de la actualidad social, económica y también política, como si se tratara de una mesa de tertulians.

Seguramente a la cabeza de pocos días cuando entramos de nuevo al trabajo, en pleno mes de enero, nuestra empresa pondrá en marcha sus reuniones de valoración entre mandos y colaboradores, denominadas de desempeño, de competencias, de valoración, para aprovechar también a hacer balance y establecer nuevos objetivos, pero esta vez de manera individual. Será un gran momento, después de los turrones, que habrá que hacerlo bien, si queremos acompañar a las personas a conseguir sus objetivos profesionales.

En fin, la Navidad es uno de aquellos paréntesis monográficos donde podemos aprovechar, pe que no, para mejorar relaciones y establecer nuevos espacios de confianza con aquellos colaboradores y mandos que se resienten, también con los clientes y proveedores, socios y accionistas, como si todo ello fuera suficiente motivo para adquirir un hábito muy saludable, necesario y beneficioso para todo el mundo: interesarnos por los otros sin esperar nada a cambio, simplemente deseándonos unas Felices Navidades.
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