Esta última semana he comparecido ante los medios de comunicación para hacer balance de este año que estamos a punto de finalizar y, también, para explicar en primera persona qué es mi visión sobre el papel de las organizaciones empresariales en la sociedad, ante el intenso debate que se ha generado en las últimas semanas sobre esta cuestión y del convencimiento que ahora hace falta un nuevo modelo de patronales que haga evolucionar el actual y responda los nuevos retos.
Creemos en un modelo patronal que separe la representación de pymes y de grandes empresas. Es el único modelo de futuro posible para un relanzamiento del progreso social y económico. Considero fundamental que este país continúe contando con una patronal dedicada exclusivamente a las pymes y los autónomos. Las pymes son la gran mayoría de empresas y generan más PIB y más puestos de trabajo que las grandes.
PIMEC ha trabajado, y lo continuará haciendo, a favor de las pymes en todos los ámbitos y niveles, desde denunciar los precios de la energía y el alta presión fiscal, contribuir decisivamente a las leyes de simplificación administrativa y del ZOCO en Cataluña, hasta la reforma laboral, la ley de morosidad o la de contratación pública al Congreso de los Diputados. Son muchos los ámbitos en que surgen intereses contrapuestos cómo, por ejemplo, en la contratación pública, donde la CEOE eliminó en el proceso de enmiendas todos aquellos puntos que podían dar juego a las pymes o a los plazos de pago, y Cepyme no dijo absolutamente nada; lo toleró.
Estudios recientes confirman, por ejemplo, como algunas grandes constructoras pagan hasta 500 días a las pymes proveedoras cuando ellas están cobrando a 60 días de las administraciones públicas. En este caso concreto, PIMEC y Fomento/CEOE/Cepyme se encuentran en bandos confrontados: las grandes empresas dominan en las organizaciones donde hay pymes y grandes.
La defensa de los intereses de las pymes es una necesidad crucial en Cataluña, como lo tendría que ser también a escala española, hecho que desaconseja una fusión entre patronales de grandes y pequeñas empresas. En este sentido, creemos en un modelo patronal que separe la representación de pymes y de grandes empresas, como sucede en Europa y en los EE.UU..
La carencia de entente actual por la representatividad de las dos patronales cúpula catalanas es consecuencia de una decisión muy injusta y que perjudicó mucho PIMEC cuando hace casi 20 años, y de forma no justificada y provisional, se otorgó un 25% a PIMEC y un 75% a Fomento, a pesar de que las pymes representan el 99% de las empresas y el 70% de la ocupación en Cataluña. Sin embargo, alargamos la mano para trabajar plegados cuando haya coincidencia de intereses para defender con firmeza las empresas, por el bien de nuestro tejido productivo y del conjunto de los ciudadanos, que es, al fin y al cabo, el que nos tiene que mover a todos.
Es un momento de cambios económicos, políticos y sociales en que, más que nunca, es fundamental que se escuche la voz de las pymes, las que crean la riqueza del país, con un nuevo modelo de patronal.
Creemos en un modelo patronal que separe la representación de pymes y de grandes empresas. Es el único modelo de futuro posible para un relanzamiento del progreso social y económico. Considero fundamental que este país continúe contando con una patronal dedicada exclusivamente a las pymes y los autónomos. Las pymes son la gran mayoría de empresas y generan más PIB y más puestos de trabajo que las grandes.
PIMEC ha trabajado, y lo continuará haciendo, a favor de las pymes en todos los ámbitos y niveles, desde denunciar los precios de la energía y el alta presión fiscal, contribuir decisivamente a las leyes de simplificación administrativa y del ZOCO en Cataluña, hasta la reforma laboral, la ley de morosidad o la de contratación pública al Congreso de los Diputados. Son muchos los ámbitos en que surgen intereses contrapuestos cómo, por ejemplo, en la contratación pública, donde la CEOE eliminó en el proceso de enmiendas todos aquellos puntos que podían dar juego a las pymes o a los plazos de pago, y Cepyme no dijo absolutamente nada; lo toleró.
Estudios recientes confirman, por ejemplo, como algunas grandes constructoras pagan hasta 500 días a las pymes proveedoras cuando ellas están cobrando a 60 días de las administraciones públicas. En este caso concreto, PIMEC y Fomento/CEOE/Cepyme se encuentran en bandos confrontados: las grandes empresas dominan en las organizaciones donde hay pymes y grandes.
La defensa de los intereses de las pymes es una necesidad crucial en Cataluña, como lo tendría que ser también a escala española, hecho que desaconseja una fusión entre patronales de grandes y pequeñas empresas. En este sentido, creemos en un modelo patronal que separe la representación de pymes y de grandes empresas, como sucede en Europa y en los EE.UU..
La carencia de entente actual por la representatividad de las dos patronales cúpula catalanas es consecuencia de una decisión muy injusta y que perjudicó mucho PIMEC cuando hace casi 20 años, y de forma no justificada y provisional, se otorgó un 25% a PIMEC y un 75% a Fomento, a pesar de que las pymes representan el 99% de las empresas y el 70% de la ocupación en Cataluña. Sin embargo, alargamos la mano para trabajar plegados cuando haya coincidencia de intereses para defender con firmeza las empresas, por el bien de nuestro tejido productivo y del conjunto de los ciudadanos, que es, al fin y al cabo, el que nos tiene que mover a todos.
Es un momento de cambios económicos, políticos y sociales en que, más que nunca, es fundamental que se escuche la voz de las pymes, las que crean la riqueza del país, con un nuevo modelo de patronal.
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