El fenómeno Apple: 34.000 iPhones vendidos por hora   

Apple ha publicado recientemente sus resultados, con un excepcional recuerdo de 74.600 millones de dólares de ventas, y unos beneficios de 18.000 millones, dos tercios de los cuales provienen de las ventas de la iPhone. Esta ha sido un hito histórico. Nunca antes una empresa había logrado tal nivel de ventas y de beneficios en tan poco tiempo.

En el último cuatrimestre del 2014, Apple vendió 34.000 iPhones por hora. El iPhone solo dobló las ventas de Microsoft y triplicó los ingresos de Google. En la guerra de los móviles, el hardware todavía cuenta. En el mundo digital, inmersa enla economía del conocimiento, Apple triunfa todavía vendiendo dispositivos físicos.

Apple decidió, ya a finales de los 90, escapar del sector de los PCs, su nicho original. El Apple 1 (1976), un estrambòtic dispositivo pensado por techies, inauguró la categoría de productos conocidos posteriormente como ordenadores personales. Pero la entrada de IBM en el negocio, seguida de innumerables clónicos, forzó una nueva innovación radical: el lanzamiento del iPod, que cambió las reglas del juego de la industria musical.

El 2007, pero, aparece la máquina que ha cambiado el mundo en la última década: el iPhone. Mientras los líderes de la telefonía móvil, como Nokia, enfocaban su estrategia al hacer productos de continuidad (teléfonos más pequeños, más bonitos, más baratos), Apple intersecciona la industria de la telefonía móvil con internet, y genera el fenómeno iPhone, al que sigue el iPad el 2010.

Apple es el paradigma de empresa que crea continuamente nuevas "oleadas de ventaja competitiva transitoria", en términos de dirección estratégica moderna. Apple innova más, más rápido y mejor que sus competidores, de forma continuada. A pesar de competir con una combinación única de diseño industrial y creación de un ecosistema de productos compatibles, el presupuesto de R D de Apple por este primero quatrimestre sube a 1.900 millones de dólares, con un incremento del 42% respecto al año anterior.

Como la mayoría de empresas tecnológicas, Apple no hace públicas sus líneas de investigación, a pesar de que sí que están accesibles sus registros de patentes. Y, como empresa global, escoge sus emplazamientos por R D en función de la densidad de talento existente. Shinzo Abe, el primer ministro japonés, hizo pública esta semana la noticia de qué Apple construiría un nuevo centro de investigación state-of-the-arte (investigación fronteriza) en el Japón. Otro centro está proyectado en Cambridge (Reino Unido), que se unirá a los institutos de R D de Apple a Shangai, Tel Aviv y Cupertino (su sede central en California).

Si hubiéramos invertido en Apple a principios de los 2000, nuestra inversión se habría multiplicado por 120. Si lo hubiéramos hecho hace dos años, habríamos doblado la inversión. La prematura muerte del gran genio creativo de la nuestra era, Steve Jobs, parece que no ha perjudicado, a pesar de los rumores, la increíble trayectoria de Apple.
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