El Instituto-Escuela y los nuevos catalanes

Ahora ya hace 10 años que tengo el placer y el honor que, año tras año, me alojen a la Residencia de Estudiantes, cuando voy a Madrid a hacer mis clases de Comunicación Política, a la Maestría que, sobre este tema, se imparte al Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset. A la Residencia, al primer tercio del siglo pasado, se alojaban los más relevantes intelectuales del país, durante sus estudios a las Facultades Universitarias de la capital. Allí fueron residentes Dalí, Buñuel, Garcia Lorca, Severo Ochoa, Ortega y Gasset, Rafael Alberti, Falla, etc., siendo uno de los centros difusors de la nueva cultura al país, con estancias y conferencias de Le Corbusier, Marie Curie, Albert Einstein o Igor Stravinsky.

El 1918, para aplicar los más modernos y revolucionarios principios pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza, creada por Fernando Giner de losRíos , se fundó en Madrid la Instituto-Escuela, junto con la Residencia de Estudiantes, la Residencia de Señoritas y otras instituciones científicas. El objetivo que perseguía era ser pionero en la aplicación de las nuevas técnicas pedagógicas a la enseñanza secundaria, que crearan nuevos planes de estudio, diferentes métodos y prácticas a la enseñanza de cada rama científica, incorporando el alumno, de forma activa, al mismo proceso de aprendizaje, construyendo sus materiales didácticos, eliminando exámenes finales, con evaluaciones continuadas, y una serie de importantes innovaciones al ámbito educacional.

El 3 de febrero de 1932, al Palacio del Gobernador del Parque de la Ciutadella, siendo Presidente Francesc Macià, y consejero Ventura Gassol, una sexagésima de estudiantes empezaban su educación al instituto-Escuela de la Generalitat aprovechando las experiencias matritenses y añadiendo innovaciones de casa nuestra. El objetivo fundamental era la formación integral del alumno en todos los aspectos de su personalidad. Se consideraba que el más importante es que el centro de gravedad de la clase recayera en el estudiante, no en el profesor. Sus ideas se concretaban, entre otros, en el laicismo real, la excelencia en el profesorado, la supresión de calificaciones y de libros de texto, la completa coeducación, las clases en catalán, con la obligación de dar un resumen en castellano y con libertad para redactar sus trabajos en catalán o castellano. Tema no menor que fuera bueno redescubrir y aplicar para la integración y mejor convivencia, después de un importante periodo de 30 años de inmersión lingüística, totalmente necesario para recuperar el idioma, prohibido y anulado por el franquismo.

Los últimos años han llegado a Cataluña un millón y medio de personas que son los nuevos catalanes, procedentes de múltiplos y varios países. La gran inmigración en Europa que se está produciendo por la puerta fundamentalmente de Turquía a través de los Balcanes, Grecia e Italia, ya la hemos tenido en Cataluña los últimos años, pasando de 6 millones de habitantes a los actuales 7'5. Creo que un cambio en los tipos de requerimientos escolares, con más incidencia al conseguir hacer ciudadanos participativos, cooperativos y entregas que sabios tecnológicos, recordando los principios del Instituto-Escuela de la Generalitat, que tantos alumnos destacados formó a pesar de su corta vida, fuera un tema para reflexionar.

Cómo decía el gran poeta de Sarriá, Josep Foix: "Me exalta el nuevo y me enamora el viejo "
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