El lenguaje metafórico está de moda, y se hace un uso más generalizado que hace un tiempo. Qué hay detrás de su práctica?
Cuando hablamos de metáforas, entramos en el terreno de la influencia y de la persuasión; en una forma de comunicar que es capaz de despertar emociones y sentimientos, por debajo el nivel de la conciencia, de manera holística, creativa y visual, y que se encuentra fisiológicamente hablando en las funcionalidades del hemisferio derecho del cerebro.
Más bien al contrario tenemos la comunicación consciente lógica-racional, propia de las funciones del hemisferio izquierdo que pone más el énfasis en verbalitzar las ideas, de una manera analítica, lineal y realista.
El uso de la metáfora y de la historia narrativa, ya sea con una cuenta, un relato, una frase, un contraste, hace que su contenido llegue a la persona "por la puerta de atrás", sin que esta sea consciente que lo está recibiendo. De una manera imaginativa donde cada una de las personas que escuchan se la hacen suya asociándola con sus propias vivencias y experiencias.
De hecho, todo aquello que no puede ser explicado por palabras, puede ser explicado por metáforas. Y todo aquello que no superan las palabras, si lo hacen las metáforas.
El efecto de la metáfora en las personas es muy significativo y va más allá de su nivel de educación. Se aplica en diferentes disciplinas como la comunicación, el marketing, la publicidad , la formación , el comportamiento organizativo, la neurología.
Dentro de las metáforas hay que tienen un mayor impacto, (a menudo aplicado en la publicidad y comunicación ): las que hablan de equilibrio, ya sea emocional, racional, social; de transformación, en la capacidad de fomentar o gestionar el cambio; de viaje, que evocan sensaciones de pasado, presente y futuro "como un barco de vela que sale del puerto..."; de recipientes "como quieres el vaso, medio pleno o medio vacío?"; de control, "te gusta conducir...?".
La metáfora es mucho más efectiva que la confección de los mensajes, más convencionales, pues aunque estos estén muy construidos de manera convincente y lógica, no van más allá de la razón.
Utilizando las metáforas en un discurso se potencia la capacidad de recuerdo pues estas se asocian con los mismos contenidos de la persona, hecho que provoca que la comunicación sea más interactiva, y por lo tanto con una mayor dosis de comunicación y de influencia. Se logra una respuesta del que se está escuchando, aunque sea silenciosa. Se logra que el/s interlocutores estén resonando con su personalidad y experiencias personales.
Además, descifrar de manera consciente o inconsciente una metáfora produce satisfacción. El interlocutor no tan sólo habrá recibido la información activando muchas zonas de su cerebro, visual, afectivo, recuerdos, asociaciones; lo habrá hecho acompañando este proceso con una sensación de satisfacción al ser capaz de descifrar el mensaje: su mensaje.
Qué curiosa verdad, se tratará de un juego? A quien no le gusta jugar?
Cuando hablamos de metáforas, entramos en el terreno de la influencia y de la persuasión; en una forma de comunicar que es capaz de despertar emociones y sentimientos, por debajo el nivel de la conciencia, de manera holística, creativa y visual, y que se encuentra fisiológicamente hablando en las funcionalidades del hemisferio derecho del cerebro.
Más bien al contrario tenemos la comunicación consciente lógica-racional, propia de las funciones del hemisferio izquierdo que pone más el énfasis en verbalitzar las ideas, de una manera analítica, lineal y realista.
El uso de la metáfora y de la historia narrativa, ya sea con una cuenta, un relato, una frase, un contraste, hace que su contenido llegue a la persona "por la puerta de atrás", sin que esta sea consciente que lo está recibiendo. De una manera imaginativa donde cada una de las personas que escuchan se la hacen suya asociándola con sus propias vivencias y experiencias.
De hecho, todo aquello que no puede ser explicado por palabras, puede ser explicado por metáforas. Y todo aquello que no superan las palabras, si lo hacen las metáforas.
El efecto de la metáfora en las personas es muy significativo y va más allá de su nivel de educación. Se aplica en diferentes disciplinas como la comunicación, el marketing, la publicidad , la formación , el comportamiento organizativo, la neurología.
Dentro de las metáforas hay que tienen un mayor impacto, (a menudo aplicado en la publicidad y comunicación ): las que hablan de equilibrio, ya sea emocional, racional, social; de transformación, en la capacidad de fomentar o gestionar el cambio; de viaje, que evocan sensaciones de pasado, presente y futuro "como un barco de vela que sale del puerto..."; de recipientes "como quieres el vaso, medio pleno o medio vacío?"; de control, "te gusta conducir...?".
La metáfora es mucho más efectiva que la confección de los mensajes, más convencionales, pues aunque estos estén muy construidos de manera convincente y lógica, no van más allá de la razón.
Utilizando las metáforas en un discurso se potencia la capacidad de recuerdo pues estas se asocian con los mismos contenidos de la persona, hecho que provoca que la comunicación sea más interactiva, y por lo tanto con una mayor dosis de comunicación y de influencia. Se logra una respuesta del que se está escuchando, aunque sea silenciosa. Se logra que el/s interlocutores estén resonando con su personalidad y experiencias personales.
Además, descifrar de manera consciente o inconsciente una metáfora produce satisfacción. El interlocutor no tan sólo habrá recibido la información activando muchas zonas de su cerebro, visual, afectivo, recuerdos, asociaciones; lo habrá hecho acompañando este proceso con una sensación de satisfacción al ser capaz de descifrar el mensaje: su mensaje.
Qué curiosa verdad, se tratará de un juego? A quien no le gusta jugar?
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