"Eppur si muove" dijo Galileo Galilei después de abjurar de la visión heliocéntrica del mundo ante la Sagrada Inquisición. "A pesar de todo, se mueve", podríamos decir del mundo de la innovación todo y la situación paupérrima a la cual estamos llegando en estas comarcas. Aunque el entorno más cercano no lo vea, la innovación se mueve a gran velocidad, las inversiones en R D se multiplican por todas partes, la competencia se intensifica y el fenómeno innovador va ganando peso crítico en la competitividad global.
Boston Consulting Group acaba de publicar su ranking 2015 de empresas más innovadoras del mundo. Entre las 50 primeras, 29 son americanas, 11 europeas y 10 asiáticas. Tres de ellas, chinas, y una india. Ninguna española. Entre las 10 primeras (Apple, Google, Tesla, Microsoft, Samsung, Toyota, BMW, Gilead Sciences, Amazon y Daimler), tres (las que encabezan el ranking) surgen del mismo clúster innovador (Silicon Valley). Tencent, Huawei y Lenovo, siguiendo sus huellas, son la punta de flecha de una legión de empresas chinas que invadirán la élite mundial en los años próximos. Las empresas chinas, según otro informe reciente, de PriceWaterhouse Coopers, incrementaron sus presupuestos de R D en un astronómico 31'6% el 2014. Las americanas, en media, un 7'1%, y las europeas un tímido 4%.
Pero los datos en España tienen otro carácter. Aquí la dinámica es otra. Otros sectores despuntan. Según la consultora CBRE, la inversión inmobiliaria llegará este año en España a 13.000 millones de euros, un 25% más que el 2014 y tres veces más que el 2013. En paralelo, hemos conocido los últimos datos de R D del Instituto Nacional de Estadística. La inversión en R D madriguera de nuevo al Estado, a un raquítico 1,23% del PIB. Recordamos que los objetivos europeos nos marcan llegar al 3% de R D/PIB antes del 2020 para disponer de una economía capaz de competir globalmente.
Hoy en día, en España, se invierten 2.000 millones de euros anuales en R D menos que el 2008. La inversión inmobiliaria supera la de R D en valor absoluto. Por quinto año consecutivo, Cataluña también pierde posiciones. Hemos pasado del 1,68% (2009) al 1,47% (2014), en un decrecimiento constante, que mengua sustancialmente nuestra capacidad competitiva como país. Más construcción y menos innovación. Avanzamos decididamente hacia una nueva burbuja especulativa.
Es hora de pedir a nuestros partidos políticos, ahora que se acercan las elecciones y abundan las ofertas electorales, que piensan hacer para capturar la oleada de cambio de la revolución tecnológica global que estamos viviendo. Qué piensan hacer para no quedar descabalgados de la dinámica internacional y quedar, definitivamente, en una posición marginal y con una economía incapaz de generar crecimiento y ocupación. Cuál es la hoja de ruta para llegar a los objetivos europeos de inversión en investigación y desarrollo? Con qué programas, con qué instrumentos y con qué presupuestos piensan conseguirlo? Alguien lo ha pensado de verdad?
Galileo demostró que no era el Solo el que giraba alrededor de la Tierra. No somos el centro del mundo. Se la Tierra la que orbita alrededor del Solo. El problema es que, si no nos planteamos avanzar con decisión hacia una economía basada en conocimiento, nuestra Tierra se parará definitivamente y se convertirá en un mundo baldío y helado donde difícilmente podrán vivir nuestros hijos.
Boston Consulting Group acaba de publicar su ranking 2015 de empresas más innovadoras del mundo. Entre las 50 primeras, 29 son americanas, 11 europeas y 10 asiáticas. Tres de ellas, chinas, y una india. Ninguna española. Entre las 10 primeras (Apple, Google, Tesla, Microsoft, Samsung, Toyota, BMW, Gilead Sciences, Amazon y Daimler), tres (las que encabezan el ranking) surgen del mismo clúster innovador (Silicon Valley). Tencent, Huawei y Lenovo, siguiendo sus huellas, son la punta de flecha de una legión de empresas chinas que invadirán la élite mundial en los años próximos. Las empresas chinas, según otro informe reciente, de PriceWaterhouse Coopers, incrementaron sus presupuestos de R D en un astronómico 31'6% el 2014. Las americanas, en media, un 7'1%, y las europeas un tímido 4%.
Pero los datos en España tienen otro carácter. Aquí la dinámica es otra. Otros sectores despuntan. Según la consultora CBRE, la inversión inmobiliaria llegará este año en España a 13.000 millones de euros, un 25% más que el 2014 y tres veces más que el 2013. En paralelo, hemos conocido los últimos datos de R D del Instituto Nacional de Estadística. La inversión en R D madriguera de nuevo al Estado, a un raquítico 1,23% del PIB. Recordamos que los objetivos europeos nos marcan llegar al 3% de R D/PIB antes del 2020 para disponer de una economía capaz de competir globalmente.
Hoy en día, en España, se invierten 2.000 millones de euros anuales en R D menos que el 2008. La inversión inmobiliaria supera la de R D en valor absoluto. Por quinto año consecutivo, Cataluña también pierde posiciones. Hemos pasado del 1,68% (2009) al 1,47% (2014), en un decrecimiento constante, que mengua sustancialmente nuestra capacidad competitiva como país. Más construcción y menos innovación. Avanzamos decididamente hacia una nueva burbuja especulativa.
Es hora de pedir a nuestros partidos políticos, ahora que se acercan las elecciones y abundan las ofertas electorales, que piensan hacer para capturar la oleada de cambio de la revolución tecnológica global que estamos viviendo. Qué piensan hacer para no quedar descabalgados de la dinámica internacional y quedar, definitivamente, en una posición marginal y con una economía incapaz de generar crecimiento y ocupación. Cuál es la hoja de ruta para llegar a los objetivos europeos de inversión en investigación y desarrollo? Con qué programas, con qué instrumentos y con qué presupuestos piensan conseguirlo? Alguien lo ha pensado de verdad?
Galileo demostró que no era el Solo el que giraba alrededor de la Tierra. No somos el centro del mundo. Se la Tierra la que orbita alrededor del Solo. El problema es que, si no nos planteamos avanzar con decisión hacia una economía basada en conocimiento, nuestra Tierra se parará definitivamente y se convertirá en un mundo baldío y helado donde difícilmente podrán vivir nuestros hijos.
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