Fraude fiscal, cuestión de voluntad

Hay que distinguir entre dos clases de fraude fiscal. Por un lado está el fraude el origen del cual se encuentra en la economía sumergida que, según las estimaciones, oscila entre el 18% y el 25% del PIB. Por otra banda, el fraude que nace en personas físicas y jurídicas que recurren a la ingeniería fiscal para ocultar rentas e ingresos.

De hecho, en este apartado, la interpretación de las normativas fiscales juega un importante papel. Varias estimaciones sitúan el fraude fiscal entre el 6% y el 9% del PIB, es decir, y redondeando, entre 60.000 y 90.000 millones de euros. Aunque no soy un experto en legislación fiscal, pienso que el problema no es de norma, sino de cumplimiento de la norma y, por lo tanto, de vigilancia, seguimiento e inspección, pero ojo. La primera fuente de fraude genera PIB, eliminarla mantendría tal generación de PIB? Y eliminarla es muy sencillo: imponer la obligación que cualquier pago por encima de un céntimo se realice en apoyo electrónico.

La segunda se desarrolla en gran medida en el exterior, por lo cual para su persecución tendría que contarse con una colaboración, al menos, europea. Básicamente, con el actual sistema fiscal, eliminar el fraude es un tema de voluntad y de colaboración internacional.

La deuda, nexo de unión en España y Grecia
La situación de degradación económica y social de Grecia es muy superior a la de España, esto por un lado, por otro, Syriza ya tiene experiencia parlamentaria y en gobiernos municipales el que no sucede con Podemos. El común denominador de España y de Grecia es la deuda: ninguno de las dos puede pagar todo el que debe de, y el común denominador de Syriza y de Podemos es el hecho de haber sabido captar la atención y el voto de personas desanimadas, picaduras por la crisis y faltas de ilusión y de expectativas.

Syriza y Podemos pueden servir para poner encima de la mesa una situación de posible quiebra social, por eso, pienso, pueden ser interlocutores muy válidos, puesto que, en el fondo, a nadie le interesa romper la pelea: ni a los acreedores ni a los deudores. Y la quiebra social: no es por casualidad que la reestructuración de la deuda y la renta básica –con el nombre que se le quiera poner a ambas– sean las propuestas estrella de Podemos.

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