habrá trabajo en el futuro?

Hace unos días escribía en este mismo diario que los datos económicos mundiales no eran buenas y que la economía retardaba su crecimiento, incrementando los temores sobre un nuevo periodo de crisis, cuando todavía no hemos salido del anterior. En el artículo hacía referencia a que los temores se vieron espoleados por el último informe de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, que ajustó el crecimiento mundial por el 2015 en el 3% y en el 3,6% por el 2016. Un menor crecimiento mundial originado e importantes incertidumbres, que emergen por todas partes por la inestabilidad creciente en amplias zonas del planeta.

El análisis de los datos, que se han ido publicando relativas en el primer semestre y las previsiones de final de año, me han hecho pensar en los problemas de las personas que hay detrás de los números macroeconómicos y en los datos de pobreza que año tras año publica INDESCAT o ECAS y en particular en cuanto a Cataluña, explicitan que los ciudadanos que se encuentran en situación de pobreza severa llega al 4,98% (casi 4 puntos más que el 2008) y que casi 60% de los hogares catalanes tienen serias dificultades para llegar a final de mes o que un 13,7% de los catalanes son pobres, a pesar de tener un trabajo, 6 puntos por encima del conjunto de la Unión Europea. Una Europa con casi 79 millones de personas que viven por debajo del umbral de pobreza.

Frente a los a menudo olvidados dramas humanos por la carencia de actividad económica; es decir, carencia de puestos de trabajo, hay que desplegar políticas de protección social, programas de ayuda a la emprendeduría y de reforzamiento del tejido industrial. También planos de formación en las nuevas actitudes y aptitudes que la actividad productiva demanda.

Pocos son los que dudan que los puestos de trabajo estables en el seno de una sola empresa con horarios definidos y con equipos de personas conocidas se está desvaneciendo. Hoy en día se requieren personas con capacidad de tomar decisiones, de ayudar a definir la mejor manera de como hacer el trabajo, personas que han interiorizado los retos y oportunidades de la globalización, de los adelantos tecnológicos, de la inteligencia artificial, de los nuevos modelos productivos en red y la telepresència en cualquier lugar y momento. Todo un conjunto de hechos que abren ventanas de oportunidades a personas 'nativas digitalmente', aquellas que han crecido con dispositivos electrónicos enlas manos , personas que progresivamente vertebran la población activa, de hecho ellos configurarán más del 50% de la misma el 2020.

Sin duda generar trabajo, recuperar el crecimiento sólido implica aceptar los nuevos desafíos. Ahora bien, en este contexto hay un aspecto capital que a menudo se olvida. No es otro que la pérdida sistemática de puestos de trabajo desarrollados por humanos en beneficio de maquinas más o menos inteligentes. Una sustitución de humanos por robots, que según varios especialistas en robótica puede rondar el 50% en uno el horizonte de 20 a 30 años. Esta tendencia fue recientemente corroborada en el estudio The future of jobs, 2025: working side by side with robots elaborado por la empresa Forrester, en él se explicita que sólo en los Estados Unidos 22,7 millones de puestos de trabajo pasarán a manso de robots en los próximos 10 años. Porcentajes similares en cuanto a transformación, pérdida de puestos de trabajo desarrollados por humanos, se producirán en el resto de economías avanzadas y tecnificadas, si bien en un periodo de tiempo superior. La sustitución de humanos por robots llegará por todas partes, a la industria convencional, a los hogares, a la sanidad, a las oficinas, al transporte privado y público, a la formación, etc. Una sustitución de humanos que creará nuevas tareas y puestos de trabajo, aquellos asociados a su mantenimiento, programación y diseño. A buen seguro que a corto plazo y el diferencial de puestos de trabajo perdidos y generados representa un saldo positivo. Nuevos puestos de trabajo radicalmente diferentes, más cualificados y más complejas. Pero a largo plazo el trabajo entendido como hasta ahora menguará. Estos es un aspecto incuestionable y entonces todo será diferente.

Este escenario con poco trabajo humano y mucho por los robots requiere ser considerado, puesto que obligará a una redistribución de la riqueza y del trabajo diferente de la que hasta ahora se ha aplicado. La fiscalidad tiene que ser diferente y habrá que garantizar un salario social para todos, mercedes al trabajo de los robots. Habrá que velar para erradicar el crecimiento de las desigualdades y la governança mundial acontecerá indefugible.

Todos estamos de acuerdo que el escenario laboral ha cambiado y seguirá cambiante y que acontece requerido adaptarse a los cambios, pero habría que levantar la vista y mirar más allá y descubrir que la robotització puede vertebrar un mundo más justo, más confortable, pero a la vegada más excluyen a menos que se avance significativamente hacia nuevos modelos de producción y generación de valor más compartidos y no excluyentes.
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