Innovación social: la nueva frontera

En los últimos años, una nueva formad 'innovación está emergiendo con fuerza: la innovación social. Resolver parte de los problemas del capitalismo mediante las mismas leyes del capitalismo. Desarrollar iniciativas empresariales que tengan un dividendo económico pero, a la hora, resuelvan una problemática social.

Tres grandes colectivos de usuarios conforman el mercado de la innovación social: en primer lugar, la precaria "base de la pirámide", millones de personas con necesidades básicas al Tercer Mundo, personas con ingresos inferiores a 5$ diarios, un mercado inmenso necesitado de energía, alimentación, agua potable y salud, que puede ser servido con productos básicos, por los cuales hay tecnología disponible al Primer Mundo.

C.K. Prahalad, profesor americano de origen hindú, explicaba como un sencillo horno, comercializable por 1 $, que utilizaba excrementos de vaca como combustible para cocinar, frenó la deforestación (evitando el corte de árboles para obtener madera para cocinar) a amplias zonas de la India.

El horno tenía un mercado potencial de centenares de millones de hogares. Sencillos dispositivos para potabilizar agua, o pequeñas láminas de placas solares para cargar móviles en zonas sin acceso a electricidad son ejemplos de productos simples con ingentes mercados low coste. Nuevos servicios financieros como los micro-créditos son también grandes ejemplos de innovación social.

Un segundo mercado es el de las clases medias que están emergiendo de los países en desarrollo en amplias zonas de Sudamèrica, Europa del Este, Asia, y, de forma incipiente, enla África, que reclama electrodomésticos, automóviles, fármacos y servicios sanitarios. Y, este mercado, extremadamente sensible al coste, se está fusionando con un tercer mercado: el de las clases medianas de los países occidentales, que, como resultado de la crisis, se han empobrecido y se han visto dramáticamente perjudicadas por el retroceso del sector público en áreas asistenciales y de salud.

Los tres mercados, fusionados, configuran una inmensa "base de la pirámide" internacional ampliada que supera los 5.000 millones de personas. A esto podemos añadir, según McKinsey, más de 250 millones de microempresas sin acceso al sistema financiero internacional.

Paradójicamente, en este momento, existe posiblemente tecnología suficiente para dar servicio e incrementar dramáticamente la calidad de vida de estas personas, mediante nuevos diseños de productos (productos lean, sencillos, básicos, desproveídos de todo el que sea accesorio), nuevos modelos de negocio , o nuevas formas de organización y captación de recursos (como el crowfunding).

Nuestras empresas pueden innovar en formato social, diferenciándose (El Hayedo es un ejemplo). Nuestros territorios pueden incidir en formas competitivas más sociales (manteniendo actividades productivas locales a cambio de que los empleados se comprometan a su competitividad global). Y nuestros emprendedores tienen grandes oportunidades en los inmensos mercados de innovación social. La innovación (como puede ser el propio capitalismo) será social o no será.
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