La pérdida de capital humano

Las posibilidades de una empresa para reeixir en su actividad, están totalmente condicionadas al hecho de poder disponer de un conjunto de "capitales" de calidad. Para mí, este concepto incluye bastantes elementos. Distingo entre el capital propio (físico, humano, tecnológico, financiero...) y el capital del entorno (infraestructuras, sistemas de formación, legislación, instituciones públicas...). No es el momento de hablar de todo esto. Me quiero limitar a explicar que creo que estamos en un proceso que nos está trayendo a una progresiva pérdida de capital humano, y que esto es muy peligroso.

Siempre he pensado que nuestro periodo de fuerte desarrollo durante las últimas décadas del siglo XX fue debido a un "círculo virtuoso" entre importante crecimiento económico y fuerte redistribución de rentas. Más productividad, más crecimiento del PIB, más redistribución fiscal, menos desigualdad, más servicios públicos, mejor sanidad, mejor educación, más capital humano, más productividad, más crecimiento... El aumento cuantitativo y cualitativo del capital humano fue uno de los factores clave, y el motor de este círculo ascendente.

Esto ahora se está degradante, al menos por cuatro razones:

1. El gran incremento de las desigualdades de las familias, debido al paro, las reformas fiscales regresivas, y los recortes en servicios públicos, están empeorando la situación de muchos niños y jóvenes, influyendo negativamente en su capacidad de formación (y en algunos casos, incluso en su salud), y en sus posibilidades laborales.

2. Las modificaciones y las reducciones en los sistemas de becas inciden en la misma dirección, y dejan fuera de algunas etapas formativas y de algunos tipos de formación, a partes importantes de jóvenes, que quedan excluidos del mundo del trabajo.

3. La utilización mayoritaria de la contratación temporal por parte de las empresas reduce su interés en la formación interna de los trabajadores, puesto que esta actividad es una inversión de futuro que no tiene sentido para este tipo de contratos.

4. La escasa utilización de la formación en edad adulta o del reciclaje, dificulta la corrección de estas deficiencias que se convierten en permanentes.

A todo esto podemos añadir la marcha de mucho capital ya formado, y muy formado. Todo ello me hace temer que no estamos preparando adecuadamente nuestra sociedad para el futuro, un futuro en que la calidad del capital humano será todavía más importando que actualmente, debido a las características de la competitividad en un mercado cada vez más globalizado. Tenemos que echar atrás esta dinámica de forma urgente.

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