Nuevos aires en Europa

Estas dos últimas semanas hemos notado aires nuevos, unos soplando desde Frankfurt, otros desde Bruselas, y otros desde Atenas. Aunque todos están relacionados, y que seguramente unos no soplarían sin los otros, querría sobre todo analizar los primeros, es decir las decisiones del BCE de inyectar al mercado cantidades importantes de dinero a través de la compra de deuda pública en el mercado secundario, es decir, comprándolos a quienes los tienen actualmente, es decir sobre todo a los bancos.

El objetivo es muy claro: cambiar de una vez el mecanismo que permitía a las instituciones financieras obtener dinero muy barato del BCE y utilizarlo en gran parte para comprar buenos soberanos de más alta rentabilidad. Esta actuación del BCE saca atractivo a una situación que hacía que el negocio bancario, en vez de consistir al recibir depósitos de clientes y dar créditos a empresas , se centrara sobre todo a aprovechar el diferencial de interés entre el cual los cobraba el BCE y el que rendían los bonos. Todo sin que la economía real, la actividad productiva, participara bastante de la nueva liquidez. Ha ayudado mucho en los bancos, que lo necesitaban, pero poco al conjunto de la economía.

Creo que el nuevo viento de Frankfurt ha pasado de "permitir" la concesión de créditos , a "forzarla" de alguna manera. Pero la gran pregunta es: habrá ahora una demanda suficiente de créditos solventes? Un empresario puede necesitar un crédito para invertir enla empresa, pero no hará una inversión si no tiene, o no prevé tener, más pedidos, más ventas...

Esto quiere decir que los vientos de Frankfurt, se tendrían que combinar con vientos que tímidamente empiezan a soplar en Bruselas y en otras capitales europeas; vientos que permitan aumentar el consumo (tanto privado como público). Sin esto, el mecanismo de la reactivación no se pondrá en marcha. Dedo más claro: la política monetaria del BCE, que era necesaria, puede ser ineficaz sin una política fiscal paralela destinada a impulsar la demanda y el crecimiento. Cómo? No exagerando los ritmos en los necesarios procesos de desendeutament de algunos países, haciendo las reformas que hagan falta para mejorar la productividad y la competitividad , y repartiendo las cargas de forma que el consumo de las clases medianas y los sectores menos favorecidos se puedan recuperar.

En medio otros abanicadas muy discutibles, hay algunas ráfagas que vienen de Atenas que tendrían que ser analizadas, negociadas y aprovechadas.
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