Reequilibrar el territorio es futuro

Este lunes 20 se ha celebrado la Jornada sobre Economía Industrial'15 que organiza la Fundación por la Industria. La jornada llega en un momento en que las magnitudes macroeconómicas han mejorado sensiblemente respecto a la edición del año pasado y con unas perspectivas positivas de crecimiento económico por los próximos años.

Ciertamente, la actividad productiva crece, se crea ocupación, la renta disponible sucia, si bien muy tímidamente, aumentó un 1,4% por primera vez en cinco años, si bien todavía es inferior en un 10% a la del año 2009, mercedes al aumento de la ocupación. El consumo de las familias se ha incrementado, si bien a expensas de menos ahorro, puesto que si el 2014 la capacidad de ahorro mediano fue del 9,7% de la renta disponible sucia, el 2013, el ahorro llegaba al 10,4%.

Ahora bien, la mejora de las perspectivas económicas no va acompañada de disminuciones significativas de la tasa el paro, por la carencia de creación de puestos de trabajo, ni por una mejora de la calidad de vida y seguridad de los ciudadanos, puesto que los niveles de retribución salarial no se han incrementado, la precariedad no ha disminuido, las tasas de paro son enormes, por encima del 24% en el ámbito del Estado y hay una notoria rendija entre el coste de la vida y los ingresos de las familias.

Crear de forma vigorosa ocupación, mejorar las retribuciones salariales y posibilitar el progreso colectivo requiere recuperar el peso de la manufactura el PIB (si bien en valor absoluto en 2014 se ha superado la aportación que tenía al inicio de la crisis), tomando como referencia, en primer lugar, el 29% que era la aportación de la Industria al PIB catalán, el 2007 había bajado al 22%. En segundo lugar la manifestación de la Comisión Europea relativa que "la Europa del siglo XXI necesita revertir la tendencia a la pérdida de peso de la industria en el total del PIB de los países de la Unión, como la única solución para conseguir un crecimiento sostenido con más ocupación y de mejor calidad... estableciendo como objetivo aumentar el peso de la industria al 20% del PIB en 2020".

Un crecimiento Industrial que, como explicitó el Sr. Josep Bombardó, presidente de la Fundación por la Industria, es trascendental por su capacidad de generar, absorber y difundir todo tipo de innovaciones, así como mercedes al hecho que "estira" y "arrastra" otros sectores tiene que permitir equilibrar el territorio. Reequilibrar el territorio comporta mejorar la calidad de vida de los ciudadanos al permitir de forma simbiótica: vivir, trabajar y desarrollarse profesionalmente y personalmente. También permite avanzar en la sostenibilidad al disminuir la movilidad innecesaria al mover los productos y servicios y minimizar la movilidad de las personas.

En tercer lugar, distribuir el tejido productivo al hogar de todo el territorio catalán permite aumentar la renta disponible por igual nivel de ingreso, a raíz del diferencial de costes básicos en las grandes conglomeracions urbanas y las ciudades no masificadas, utilizar las infraestructuras e instalaciones disponibles por la geografía catalana y liberar recursos económicos asociados a los gastos para mantener los aspectos asociados a la masificación.

Reequilibrar el territorio es, consecuentemente, asegurar un crecimiento sostenible, establo, integrador y asegurador, que los beneficios lleguen a todos los ciudadanos, frenar el crecimiento de la desigualdad, el deterioro del medio ambiente, la sobreexplotación de los recursos naturales fruto de la concentración y masificación.

A buen seguro, son incuestionables los beneficios del reequilibre territorial, ahora bien, lograrlo requiere una decidida actuación por parte de las Administraciones, unas actuaciones que en opinión de los industriales que han asistido a la Jornada de Economía Industrial implica considerar la política industrial como política de Estado, definida y gestionada a largo plazo, sin cuestionarlas por cambio de Gobierno o prioridades ideológicas que los inspiran.

Y también, en primer lugar, al huir de las iniciativas y políticas que incentivan la concentración y centralismo, incentivando la implantación de nuevas iniciativas en el territorio y considerando las peculiaridades de las áreas/zonas industriales existentes.

En segundo lugar, acontece requerido descentralizar la Administración, no las Consejerías, persiguiendo el objetivo de que por cada área industrial o de actividad el tiempo de interacción con la Administración tienda a ser el mismo, aceptando que todas las administraciones locales pueden ser ventanilla de la Generalitat; en tercer lugar pensar e interactuar con el tejido productivo real, aceptando las asimetrías de los problemas existentes en función de la ubicación, ajustando las políticas con criterios de transversalidad a nivel sector-zona geográfica.

Por último, en cuarto lugar, potenciar el teletrabajo y la telepresència, incentivando su uso por parte de las organizaciones, desde las diversas poblaciones de más de 30.000 habitantes. Todo un conjunto de actuaciones que obligan a la cooperación competitiva entre todos los agentes, recordando que "no es que la industria tenga futuro, el futuro es la Industria" en palabras de Joan B. Casas, decano del Colegio de Economistas.
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