Las ciudades juegan un papel clave en la respuesta a los retos globales como cambio climático, pobreza y desigualdad. Si bien sólo cubren el 2% de la superficie de la tierra, las ciudades son generadoras del 80% de la producción económica mundial y del 70% de los gases invernadero. Hoy en día más de la mitad de la población del planeta vive en ciudades, porcentaje que ascenderá en los próximos años pudiendo llegar a los 2,3 mil millones de personas en entornos urbanos en 2050.
En consecuencia, la transformación hacia ciudades sostenibles, circulares y funcionales será capital para lograr un desarrollo sostenible del planeta. Para lograr un impacto global es necesario que estas transformaciones tengan lugar en todos los espacios urbanos del mundo, no sólo a las grandes metrópolis, sino también en las ciudades medianas y pequeños municipios. Por lo tanto, hay que concebir modelos de transformación urbana adaptables a cada uno de los contextos municipales, y a sus capacidades técnicas y económicas.
En este escenario el paradigma smart city es una oportunidad clave, una potente herramienta capaz de adaptarse al contexto de cada ciudad, superar las barreras existentes y avanzar hacia un desarrollo sostenible. En primera instancia, la smart city aporta una aproximación holística a la transformación urbana, con una visión global que permite priorizar y planificar una estrategia transversal de ciudad así como detectar sinergias e identificar iniciativas tractores.
"Las alianzas con otras ciudades permiten el aprendizaje mutuo, la replicación de soluciones y la generación de mercado"
Un otra aportación clave es la colaboración. Las alianzas con otras ciudades permiten el aprendizaje mutuo, la replicación de soluciones y la generación de mercado que dé respuesta a las necesidades comunes. Adicionalmente, las colaboraciones con empresas, centros de investigación y actores locales fomentan la creación de un ecosistema que apoya e impulsa la transformación para lograr una visión compartida a la vez que se genera crecimiento económico.
Uno de los retos comunes identificado por las ciudades alrededor del mundo es el acceso a capital. En este sentido, los modelos de negocio innovadores resultan primordiales para aumentar la sostenibilidad económica de los servicios e infraestructuras municipales así como por palanquejar inversión del sector privado en el desarrollo sostenible de las ciudades.
La ciudad inteligente se concibe por y con el ciudadano. Las personas están en el centro del diseño de los nuevos servicios y políticas, y al mismo tiempo un agente activo en la toma de decisiones, con marcos de participación que facilitan la cocreació y la corresponsabilidad ciudadana.
Por último, las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC), ententes como un facilitador y no un objetivo, tienen el potencial de transformar las ciudades y su gestión. Bigdata , tecnología móvil, aplicaciones y servicios en la nube, YATE y sensorització, híper-conectividad, impresión 3D y fabricación digital son algunas de las tecnologías que pueden ser aplicadas por las ciudades para una mejor toma de decisiones y formulación de políticas, una asignación de recursos más eficiente y una governança más abierta, transparente y participativa.
"Las personas están en el centro del diseño de los nuevos servicios y políticas, y al mismo tiempo un agente activo en la toma de decisiones"
Smart city es, por lo tanto, un catalizador por la transformación urbana que ataca los retos globales de una manera transversal, holística y colaborativa. Actuando como un paraguas, engloba el uso de la innovación y las TIC para responder a los retos, la colaboración y la creación de un ecosistema de innovación urbana, cubre también la componente económica con nuevos modelos de financiación y colaboraciones publico-privadas a la vez que incluye al ciudadano y todos los actores urbanos en la toma de decisiones a través de modelos de governança más participativos.