Un crecimiento sostenible (III)

Sigo con la segunda estrategia que propone la Comisión de la UE. Cuando esta pide un crecimiento sostenible, lo hace con propuestas que pretenden a la vez mejorar la competitividad europea, tener en cuenta las necesidades de todo el planeta y asegurar los niveles de bienestar futuros de los ciudadanos europeos. Es una manera de hacer cosas que sean buenas para el conjunto de la humanidad, pero también beneficiosas para nosotros.

Se trata de edificar una economía que aproveche con más eficiencia los recursos escasos (de los que normalmente no disponemos), haciendo que nuestras empresas desarrollen técnicas y soluciones que nos permitan adquirir un liderazgo tecnológico mundial, cosa que nos puede facilitar su exportación en otras zonas. La mejora de la eficiencia y el desarrollo de tecnologías verdes evitará la degradación del medio ambiente, ayudará al mantenimiento de la biodiversidad, permitirá luchar contra el cambio climático, y a la vez nos ayudará a todos a poder mantener unos buenos niveles de bienestar utilizando menos recursos naturales, sobre todo energéticos.

El objetivo es reducir las importaciones de petróleo y gas en 60.000 millones de euros hasta el 2020, y mejorar mucho la balanza comercial. Y al mismo tiempo, para conseguir que el 20% de la energía sea de fondos renovables y que la eficiencia energética aumente un 20% , habrá que crear entre 600.000 y 900.000 puestos de trabajo, de los que en todo Europa estamos muy faltados. Me parece, dones, una estrategia muy acertada.

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