Hace poci más de un año que se decretó el estado de alarma raíz de la crisis sanitaria provocada por la irrupción de la covid-19. Una pandemia que nos ha obligado a cambiar nuestros esquemas mentales, la manera de trabajar, la forma de vernos y también, evidentemente, la manera de comunicarnos. Hemos sustituido las reuniones presenciales, por las reuniones virtuales, el trabajo físico por a menudo el teletrabajo en los casos en que se ha podido, los abrazos por los golpes de codo, las llamadas normales, por las videollamadas y los WhatsApp esporádicos por los WhatsApp continuos.
Y en todo este cambio de paradigma la comunicación ha acontecido clave para el futuro de las empresas y las instituciones, también evidentemente para la prosperidad de las relaciones humanas. La comunicación digital ha cobrado más relevancia que nunca, las redes sociales han sido sin duda el medio de comunicación más usado especialmente por el público maduro y joven y las compañías han tenido que reorientarse comunicativamente y estratégicamente para adaptarse a esta nueva corriente.
Las organizaciones que mejor han comunicado y que más bien se han adaptado al cambio son aquellas que han podido sobrevivir
Se ha visto claramente que "el que no se comunica no existe". Las organizaciones que mejor han comunicado y que más bien se han adaptado al cambio son aquellas que han podido sobrevivir e incluso mejorar su imagen social, su reputación, ante esta crisis económica sangrienta provocada por la crisis sanitaria.
La cara positiva de la pandemia
Pero de esta pandemia también hemos sacado aspectos positivos que han reforzado nuestras empresas e instituciones. Ahora, las reuniones virtuales son más breves que las presenciales. Se convocan únicamente cuando se necesitan y se ha demostrado también que el teletrabajo es una fórmula en que si se garantiza la seguridad en el trabajo o el derecho a la desconexión digital puede ser una apuesta enriquecedora que ayude a conciliar la vida profesional y personal de todos los integrantes de las compañías.
Hemos aprendido que se pueden dirigir equipos con grupos burbuja que coinciden unos físicamente y otros desde casa. Este cambio estructural sin duda nos ha forzado a idear fórmulas comunicativas más ingeniosas para garantizar la efectividad. Nos hemos tenido que adaptar a la transformación digital y aquellos que más rápido lo han hecho son los que han tenido más talento, porque en esta realidad cambiante, líquida, la adaptación al cambio es seguramente la virtud que las empresas valorarán más de sus empleados y empleadas.
Tenemos que potenciar la comunicación emocional, la comunicación empática y sincera para generar confianza y credibilidad, en definitiva, para crear negocio
Tenemos que evitar el discurso de la queja, de la negatividad haya pandemia o no, porque no aporta ningún beneficio para las organizaciones ni para las personas. En su lugar, tenemos que potenciar la comunicación emocional, la comunicación empática y sincera para generar confianza y credibilidad, para crear negocio, en definitiva.
Aunque la distancia lo dificulte, los empleados, los clientes y las empresas necesitan líderes con corazón, comunicación siempre y una apuesta clara y firme por la comunicación sincera y transparente, porque aunque a corto plazo no lo parezca, a la larga es una garantía de futuro, #SerSinceroSuma, #ComunicarSuma.
