Barcelona es uno de los polos de atracción de talento tecnológico más relevantes en Europa. A su vez, según el ranking de Tech Cities of the Future de 2020-2021, se posiciona como la quinta ciudad en proyectos de inversión extranjera directa respecto de soluciones tecnológicas. Pero, a pesar de la concentración de compañías punteras y el estilo de vida, la ciudad no es ajena a la problemática global de escasez de talento IT. Hablamos de ingenieros, programadores y demás carreras técnicas.
Parte del problema de esta escasez de talento es la falta de mujeres en las llamadas profesiones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Y es que, por ejemplo, el porcentaje de mujeres que eligió estudiar carreras tecnológicas ha aumentado del 24% al 29% en cinco años, según datos de noviembre de 2020 de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), que concentra alrededor del 80% de los estudios científicos y tecnológicos de Catalunya. Un porcentaje minoritario que luego tiene su traslación al mundo profesional, y que debe atajarse desde la colaboración público-privada.
Barcelona, como decía, es un foco de atracción de talento técnico, pero debe mejorar su potencial como polo de talento femenino técnico. La participación de las mujeres profesionales inspiradoras en aquellas iniciativas de instituciones, asociaciones o grupos que fomentan la visibilidad, el networking, el emprendimiento, compartir experiencias y conocimiento, es fundamental para que otras tengan una mayor proyección. Y, en consecuencia, se desate un efecto dominó que impulse cada vez a más jóvenes a plantearse su futuro en este entorno más tecnológico y técnico.
Barcelona es un foco de atracción de talento técnico, pero debe mejorar su potencial como polo de talento femenino técnico
Pero además es necesario que las empresas sean socialmente responsables y actúen en este sentido, fomentando la rotura de los techos de cristal a los que siempre se han enfrentado las mujeres. Y luego está la responsabilidad individual de cada uno de nosotros, lo que podemos hacer a nivel personal y profesional para romper con estereotipos y contribuir a crear referentes femeninos en las profesiones STEM.
Algo especialmente interesante es que las profesionales en estos campos sean activas en la vertiente pública, que participen en foros y eventos, que sean activas en las redes sociales y medios de comunicación. Ellas son referentes gracias a su esfuerzo y profesionalidad y no hay nada más interesante que poderlas escuchar, entender y aprender de ellas.
En Barcelona ya hay, como decía, muchas iniciativas de asociaciones que fomentan el networking, el mentoring entre mujeres profesionales, pero es necesario ir un paso más allá y hacer un esfuerzo colectivo para trasladar estas iniciativas al ámbito de las STEM. Es importante que haya más niñas y jóvenes mujeres que se interesen por estas profesiones, que son el presente y futuro de una parte importante de la economía de nuestro país. No podemos permitirnos el lujo de no contar con todas ellas, de no integrar su visión, su capacidad de liderazgo. No podemos seguir construyendo desde una óptica que no contemple el aporte de las mujeres en un mercado tan dinámico y cambiante como el actual. Y esto solo se puede cambiar si, como industria y como sociedad, hacemos un esfuerzo para dar mayor visibilidad a las profesionales de estos sectores. Porque las más jóvenes deben tener referentes en su día a día que las inspiren y animen a empezar una carrera en el mundo de la ingeniería, la programación, o las matemáticas.
“Es importante que las profesionales STEM sean activas en la vertiente pública, que participen en foros y eventos, que sean activas en las redes sociales y medios de comunicación”
La insuficiente presencia de talento femenino ocupando cargos de responsabilidad y, sobre todo en los vinculados a las profesiones de carácter técnico, sigue siendo uno de los principales problemas para el desarrollo de nuestras empresas y de nuestro país. Pero tenemos la gran oportunidad de cambiar las cosas. La sociedad es mucho más consciente de esta necesidad y este contexto lo debemos aprovechar para fomentar el cambio.
Barcelona es una ciudad de acogida de grandes profesionales y empresas, muchos de ellos jóvenes que tienen mucho que aportar para mejorar las cosas. Confiemos en ellos y contribuyamos al debate y a la reflexión, pero, sobre todo, actuemos en consecuencia para que, en un futuro, al menos la mitad de los jóvenes que lleguen a la ciudad atraídos por su talento tecnológico sean mujeres.