Barcelona, a medio camino de ser una capital de startups

Los deberes pendientes de los inversores, las administraciones y los emprendedores catalanes se analizan en el Círculo Ecuestre

Barcelona se encuentra en medio camí de convertir se en una capital de startups | iStock Barcelona se encuentra en medio camí de convertir se en una capital de startups | iStock

"El ecosistema emprendedor se encuentra en una etapa plana dentro de una escalada". Así resume el CEO del Barcelona Tech City, Miquel Martí, la situación actual de las startups en Barcelona. ¿Qué falta? Tiempo y ejemplos. Según la CEO de Neuroelectrics, Ana Maiques, el sector todavía tiene que madurar y, para hacerlo, son necesarias décadas. Para el cofundador de Glovo Sacha Michaud cuanto más empresas de éxito haya, más inversiones llegarán. Este es el esbozo que han hecho los tres protagonistas de una nueva edición del Foro Barcelona Capital organizado por el Círculo Ecuestre, en este caso, sobre emprendimiento. Los tres han coincidido en que Barcelona se encuentra a medio camino de convertirse en una capital de startups y han debatido sobre cuáles son los deberes pendientes de todos los actores del ecosistema para llegar a tener este estatus.

La sesión se ha iniciado con algunos datos que ha aportado el moderador, Aleix Valls, CEO y fundador de Liquid Lab Ventures. "En 2020, se ha reducido en un 42% la inversión en startups en Barcelona debido a la covid-19", ha indicado. A pesar de que la financiación ha sido menor, el volumen de actividad se ha mantenido, hecho que supone que las inversiones han sido más pequeñas. De hecho, esta tendencia ya se entreveía en 2018 y 2019. Valls ha apuntado que mientras otras ciudades europeas como Múnich han crecido claramente, la capital catalana ha quedado un poco estancada.

Tanto Martí como Maiques y Michaud se han mostrado optimistas pero con reservas. La CEO de Neuroelectrics -una empresa que produce dispositivos para estimular el cerebro- ha explicado que vive a caballo entre Barcelona y Boston y que la principal diferencia entre el ecosistema catalán y el norteamericano es clara. "Nosotros empezamos más tarde; nos tenemos que hacer más grandes y competir a nivel mundial", ha afirmado. Es la más optimista de los tres y piensa que la falta de inversión que hay en fases avanzadas y que impiden el crecimiento de muchas empresas emergentes llegará a desaparecer. De hecho, asegura que dinero, hay mucho en todo el mundo y que es igual de dónde provenga el capital mientras te permita crecer allá donde estés.

"En Barcelona hay una competitividad tanto a nivel de talento como de costes empresariales, y puedes entender la competitividad como quieras", según el CEO del Barcelona Tech City, Miquel Martí

La ventaja de Barcelona: talento y oficinas baratos

La empresa de Maiques ha levantado recientemente 18 millones de dólares, una financiación que ve imposible haber conseguido en Catalunya. Un motivo que da por el optimismo es el volumen de rondas del sector de la salud que ha habido en 2020: "¡No lo habíamos visto nunca!". Michaud, en cambio, aporta la propia experiencia de Glovo como ejemplo: "La mayoría de nuestros inversores son extranjeros". Al inicio, la empresa captó fondos en España de amigos y familiares y, después, de capital riesgo. Tras la primera fase, sin embargo, "necesitas salir al extranjero; lo que puedes conseguir aquí, en EE.UU. no es nada", indica. Su esperanza reside en que cada vez hay más compañías escaladas, como la suya. Aún así, todavía hay trabajo por hacer: "Los inversores son como ovejas: faltan ejemplos para atraerlos".

Més info: Las startups de salud marcan una inversión récord en el año de la covid-19

En este sentido, los tres creen que Barcelona tiene ciertas ventajas competitivas que la harán crecer y posicionarse entre las grandes ciudades europeas en la carrera del emprendimiento. "Nosotros cuando nos vendemos fuera, intentamos evitar lo que denominamos el pitch de la paella", ha bromeado Martí. El CEO del Barcelona Tech City -la entidad que aglutina el ecosistema emprendedor- asegura que intentan explicar en el extranjero que el ecosistema es sólido y que tiene potencial de crecimiento y, sobre todo, que hay mucho talento.

Precisamente el pitch de la paella -que otros muchos hacen- es uno de los motivos por los que hay tanto talento: la calidad de vida lo retiene y lo atrae. Pero esta ventaja no es diferencial, puesto que hay buenos profesionales en todo el mundo. ¿Cuál es el valor añadido del talento local? Es barato. Los "precios" competitivos de talento y oficinas se tienen en cuenta en muchos casos para establecerse en una ciudad u otra. Martí lo ha explicado así: "Hay competitividad tanto a nivel de talento como de costes empresariales, y más cuando hablamos de un mundo globalizado, y puedes entender la competitividad como quieras". Como ejemplo, ha comparado a un ingeniero de la Universidad de Stanford y uno de un centro educativo catalán. El segundo es un 40% más barato para la empresa a pesar de que el talento sea el mismo.

La ética y la responsabilidad pueden convertir a Europa en un modelo alternativo a los crecimientos exponenciales y salvajes de Asia y EE.UU.

Al otro lado de la balanza hay varios factores. Maiques echa en falta "que los empresarios catalanes se involucren en las nuevas generaciones". Recuerda que hay muchos ejemplos de empresas muy exitoses en Catalunya, pero asegura que en el territorio no hay la cultura del "give back", es decir, del devolver algo a cambio. "En América, si te ha ido bien, devuelves algo a la sociedad, que no tiene que ser necesariamente dinero", ha explicado.

El moderador, Aleix Valls, i els ponents del Fòrum Barcelona Capital, Miquel Martí, Ana Maiques i Sacha Michaud | Cedida

El moderador, Aleix Valls, y los ponentes del Foro Barcelona Capital, Miquel Martí, Ana Maiques y Sacha Michaud | Cedida

La ventaja de Europa: ética y responsabilidad

Pero para Michaud, la desventaja principal es la "falta de apoyo administrativo". El cofundador de Glovo se ha mostrado contundente: "Somos de los peores países en esto". La empresa de entregas a domicilio es una de las principales afectadas por la nueva ley de riders, que obliga a las compañías a contratar a todos los repartidores con quienes trabajen en tres meses. Sin mencionar directamente la decisión del Gobierno central, Sacha Michaud ha criticado lo que considera "barreras a la innovación" que se ponen en algunos países europeos. De hecho, sí ha mencionado a una empresa de su competencia, Uber. "¿Cómo puede ser que Uber no pueda trabajar aquí hasta ahora? Se tiene que buscar el equilibrio, no es blanco o negro", ha dicho.

Precisamente en encontrar este equilibrio se encuentra una virtud que Europa podría explotar en un futuro como hogar de startups, según Maiques. "Europa tiene la posibilidad de resolver problemas graves de manera responsable, hecho que en Asia y en EE.UU. no pasa", ha indicado. Son esta ética y responsabilidad que pueden convertir al continente en un modelo alternativo a los crecimientos exponenciales y salvajes de los dos gigantes mundiales. Como ejemplos de equilibrio entre ética y facilidades a las empresas, Michaud pone Francia y Portugal. España, de momento, considera que se encuentra muy lejos. Es por eso que el pitch del Barcelona Tech City -que no es el de la paella- es: "A pesar de todo, competimos".

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