Calçotades a domicilio en los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Alemania

Un emprendedor de Mataró crea la startup La Calçotada con el objetivo de vender 100.000 calçots en el centro de Europa este 2021

Julià Delos, el mataroní fundador de la startup La Calco̧otada, que comercializa calco̧ots en el centro de Europa | ACN Julià Delos, el mataroní fundador de la startup La Calco̧otada, que comercializa calco̧ots en el centro de Europa | ACN

Una fiesta de cumpleaños en 2014 se ha convertido en la semilla del proyecto empresarial de un emprendedor de Mataró residente en los Países Bajos. Julià Delos se marchó a vivir a Eindhoven a hacer un doctorado y, añorado de las tradiciones de casa, organizó una calçotada con amigos, como hacía siempre en Mataró en su cumpleaños. La implicación de un restaurante muy popular en la ciudad convirtió aquella fiesta con amigos en un festival que ha reunido cada año a cientos de personas. En 2020, Delos decidió dar forma empresarial a su hobby y la covid-19 lo obligó a redefinir el concepto. Ahora, ha creado la startup La Calçotada, que envía calçotades a domicilio en los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Alemania. El objetivo para 2021 es vender 2.000 calçotades -unos 100.000 calçots-.

En los Países Bajos no se cultivan calçots y Delos no supo encontrar ninguna empresa catalana que hiciera envíos fuera del estado español. Fue de esta manera que Delos recurrió a su agricultor de confianza de Mataró, la cooperativa el Bròquil, que le envió 1.500 calçots en un viaje de coche compartido. Aquel año la calçotada fue un "hecho puntual" y en 2015 no hubo, pero en 2016 la recuperó empujado por los amigos. Las ediciones que marcaron el rumbo empresarial del acontecimiento, sin embargo, fueron las de 2017 y 2018, con más de 500 personas en cada una de ellas.

El envío de calçots se profesionalizó a través de una empresa de transporte, que ya enviaba palets enteros. Además, en 2018 Delos dejó el trabajo y su principal fuente de ingresos para centrarse en exclusiva al proyecto de La Calçotada: "Era un hobby, pero pensé que me gustaría vivir de esto". En este sentido, Delos preparó la campaña del año 2020 creando un nuevo concepto, al margen de los festivales. La Calçotada planteaba la organización de calçotades a medida para empresas, pero la llegada de la pandemia en plena temporada de calçots lo acabaría haciendo inviable. "Tuve que cancelar todo lo que tenía contratado", se lamenta.

Producción local holandesa

A pesar de que estuvo a punto de abandonar, el contacto con un agricultor holandés que había hecho una pequeña producción local de calçots sirvió para salvar la temporada de 2020 con un nuevo cambio de concepto. La Calçotada empezaba a vender online a través de lacalcotada.com packs que incluían calçots, salsa romesco, baberos y un porró de vino. El año pasado, a pesar de la pandemia, acabó distribuyendo los 4.000 calçots de esta pequeña producción local, sobre todo entre catalanes residentes en el extranjero: "Los catalanes cuando lo conocen rápidamente compran. En el mercado holandés, el producto está penetrando y hay interés, pero culturalmente hay diferencias".

El objetivo para este 2021 es mucho más ambicioso. La Calçotada se propone distribuir 100.000 calçots, lo que corresponde a unos 2.000 packs de calçotades a domicilio. Si lo consigue, la viabilidad económica de la startup estaría más cerca: "El proyecto no nace de la idea empresarial, pero si consigo el objetivo, la historia podría tener recorrido".

Hasta el momento, explica Delos, los únicos beneficios han sido a nivel personal y a través de los festivales. El emprendedor de Mataró asegura que la respuesta del público es muy positiva. "La gente te paga y encima el agradecimiento es infinito. Hay catalanes que me han dicho que se han sentido como en casa y holandeses que dicen que los festivales son el mejor acontecimiento donde han ido", se felicita.

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