Cómete la paja de tu cóctel

La empresa Sorbos ha creado una palleta comestible y con diferentes sabores para ofrecer una experiencia nueva al cliente y reducir el consumo de plástico

Os imagináis poder comeros la paja de vuestro gintònic? La imagen puede parecer extraña, pero esto ya es posible gracias a la empresa de reciente creación Sorbos, ubicada en les Franqueses del Vallès. Su fundador, el joven emprendedor y bartender desde hace 10 años Víctor M. Sánchez ha creado una paja comestible y con diferentes sabores, que podemos utilizar para beber nuestros cócteles favoritos. De este modo, evitamos que se malgaste más plástico, puesto que el material que se utiliza es mucho más sostenible. Pero no sólo esto: la paja sirve también como merchandising para determinadas marcas, como NH Hoteles o Maseratti, que ya han serigrafiat su nombre.

"Sorbos nació del mundo de la restauración para la restauración, con el objetivo de ofrecer un valor añadido en cuanto a producto y a responsabilidad medioambiental. Nuestro objetivo es compartir esta sensibilización por el desarrollo sostenible y ofrecer una experiencia al consumidor final", explica el creador. Formato en criminología, Sánchez trabajaba como Brand Ambassador para una multinacional de distribución de licores, cuando quiso crear una paja comestible con el sabor de uno de los botánicos de la ginebra que promocionaba. Le explicó la idea a su compañero Enric Juvina, y juntos empezaron el camino.

Entonces, un grupo de ingenieros alimentarios desarrolló la fórmula óptima para el uso de Sorbos, trabajando la rigidez, la durabilidad y la estabilidad, mirando que ni el color ni el sabor de las pajas pasaran al líquido, y que fuera económicamente rentable. Un golpe patentada la fórmula, crearon, junto con una empresa italiana, una máquina industrial que produjera el producto.

La compañía se ubicó inicialmente en un vivero de empresas de las Franquezas, donde había un pequeño taller adaptado a producto alimentario y donde las conexiones en cuanto a transporte eran óptimas. Actualmente, hay siete trabajadores en la fábrica, cinco externos directos y 10 colaboradores externos indirectos de perfiles muy diferentes: comerciales, financieros, operarios de fábrica e ingenieros industriales.

El ciclo perfecto
El nombre de Sorbos fue muy pensado. "Buscábamos un concepto intuitivo y que la gente recordara. Con la 'O' de Sorbos jugamos con la imagen de una copa desde arriba, y el punto simboliza una paja mordida. Por otro lado, Sorbos define muy bien la función del producto, que es chupar", explica Sánchez. Y es que Sorbos es un concepto único al mercado. Por primera vez, se crea una paja biodegradable, comestible y aromatitzada que no desvirtúa el gusto de la bebida con la cual interactúa. "En el ámbito de la hostelería, conseguimos el que se denomina el 'ciclo perfecto': todos los elementos que hay dentro de la copa tienen un sentido aromático y comestible", relata el fundador. Un golpe acabado el cóctel, el cliente se puede comer la paja con el gusto de la misma y el gusto de la bebida, puesto que la paja hace de esponja.

Las pajas creadas por Sorbos están hechos de azúcar. Cedida


Las pajas de Sorbos contienen 23 calorías y están hechos de azúcar. Se puede escoger entre siete sabores: fresa, lima, limón, jengibre, canela, manzana verde o sabor neutro. El producto, que se puede adquirir a través de la tienda online de la compañía con una compra mínima de 200 unidades, es válido para todo tipo de bebidas, naturales o frías, y mantiene las propiedades de una paja de plástico corriente durante 25 minutos. Después, se empieza a ablandar y es momento de consumirlo.

Una evolución positiva
Desde que nació, Sorbos ha estado en constante evolución en cuanto a las ventas. "Estamos cerrando acuerdos comerciales, tanto a escala nacional como internacional, con empresas de distribución y de importación y exportación de producto. La aceptación está siendo muy buena, tanto para nuestro cliente directo, por el precio del producto, como para el consumidor final, por el valor añadido que aporta", asegura Sánchez. Contando que iniciaron la acción comercial hace cuatro meses, la evolución es "muy positiva", en palabras suyas. En este sentido, su intención es, a corto plazo, triplicar la facturación.

De momento, ya han ganado el premio Pascual Startup a la emprendeduría. "Nos inscribimos y fuimos seleccionados como finalistas del concurso nacional entre más de 270 empresas. Nos hizo mucha ilusión ser los ganadores en el apartado de medio ambiente", explica.

Desde que apareció, Sorbos ha ido introduciendo mejoras, sobre todo al packaging: el nuevo formato de embalaje es individual, e indica, con el color y el nombre, el gusto que estás consumiendo. En cuanto a la gama de sabores, están desarrollando nuevos sabores, y de cara en verano, quieren disponer de un sabor lácteo y otro tropical. "Nuestro departamento de R D trabaja en una continua mejora del producto y en la investigación de nuevas líneas relacionadas con un mismo concepto: ofrecer valor añadido a la hostelería respetando el medio ambiente", apunta Sánchez.

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