Como adaptar los robots al mercado laboral?

La convergencia de tecnologías facilita el aumento de la robotització y un replanteamiento mundial del reparto del trabajo

"Hay un millón y medio de robots industriales al mundo, junto a entre 700 y 900 millones de personas trabajando en la industria", explica Marc Segura, vicepresidente de ABB Robótica. Se trata, dice, "de una proporción muy pequeña, pero muy visible; y que ha crecido muchísimo los últimos dos años". Los robots y la automatización, pues, se incorporan a buen ritmo al sistema productivo, lo cual obliga a repensar el reparto del trabajo entre las personas.

Los robots crean puestos de trabajo o los destruyen? Esta pregunta se planteaba desde los Ingenieros Industriales de Cataluña, una cuestión que no parece tener una respuesta clara. "De entrada es evidente que como elemento sustitutivo destruye, pero la evidencia también dice que crea muchos", reflexiona Joan Majó, exministro de Industria, sobre las consecuencias que ha tenido la creciente automatización productiva los últimos dos siglos.

Cambio de tareas
Por Alfred Pastor, profesor de Economía a la IESE, "para imaginar las consecuencias de la robotització, tenemos que mirar la revolución industrial. No es el mismo, pero podemos sacar consecuencias". El aumento de la productividad y la mecanización, que liberó la gente de los trabajos más pelmazas, fue algunas.

Majó plantea que "hay que ver de qué tipo son los puestos de trabajo que se crean y se destruyen, donde y cuando lo hacen". Y es que, al fin y al cabo, "la actividad económica tiene como objetivo final la utilidad de las personas".

Según Pastor, entender la robotització como un enemigo del trabajo humano "es una visión miop". Asegura que "la vida productiva de la gente se alargará mucho, y no será posible sin la ayuda de ordenadores y robots. Por lo tanto, a la larga seguramente tendrá un efecto positivo".

coincide Marc Segura, que señala que las razones de la automatización raen a "fabricar cosas que los humanos no pueden hacer, por precisión o calidad; o para garantizar su seguridad y ergonomía; además de la investigación de las eficiencias". Además, según el dirigente de ABB Robótica, este proceso también ha permitido al consumidor "acceder a productos de grandes prestaciones a precios asequibles".

La transición
El problema principal, pero, es la transición y la gente que pierde su puesto de trabajo por el camino. Pastor alerta que "tenemos que tomar conciencia que el proceso técnico y la innovación no son unas fuerzas ciegas. Son cosas motivadas y pagadas, por lo tanto, se puede tener en cuenta el entorno". Advierte de este modo que es posible evolucionar hacia una mayor automatización sin dejar de tener en cuenta la gente que se queda por el camino.

incide Joan Majó que recuerda "el papel del trabajo productivo a la vida de las personas: ocupación, obtención de ingresos e inclusión social. Si hay gente que deja de ser necesaria, tenemos que ver como lo afrontamos".

En este sentido, Majó plantea reflexionar alrededor "del trabajo no productivo, el trabajo social, y la redistribución del trabajo, así como la conveniencia de la renta básica". Pastor se suma a "pensar en planteamientos alternativos. Tenemos que satisfacer las necesidades de la gente y crear trabajo por todo el mundo. El peor que puede haber es no trabajar".

La robótica, a gran velocidad
Hay muchos factores diferentes para tener en cuenta el adelanto cada vez más rápido de la robótica. Marc Segura apunta "la globalización o el desarrollo de tecnología en otros campos que pueden impactar". Y es que los robots tienen acceso a sensores mucho más baratos que antes, a grandes cantidades de datos para tomar decisiones, y a procesos de desarrollo de inteligencia artificial. "Son precondiciones tecnológicas y de coste que antes no existían", asegura.

Segura tiene claro que la robotització a gran escala "empezará a la fuerza con los trabajos de menos valor añadido, y el sistema educativo lo tiene que tener en cuenta porque las nuevas generaciones puedan tener trabajos de más valor añadido".

Por Segura "el servicio industrial, robots capaces de reparar y revisar maquinaria; la logística y distribución; y las aplicaciones médicas y para asistir la gente mayor" serán las grandes áreas de crecimiento de la robótica los próximos años. Tiene claro que "cada vez será más familiar ver robots reparando cosas, pero cuando más nos aproximamos al B2C, los costes tienen que ser mucho más pequeños. Por lo tanto, el ritmo no será tan rápido para entrar a las casas".

Finalmente, el dirigente de ABB Robótica asegura que "uno de los retos es ayudar a crear segmentos realmente nuevos". Y añade que "los grandes cambios no vendrán de los actores de la robótica industrial, sino de nuevos actores surgidos de la convergencia de tecnologías , como en el caso de Google , y siempre enmarcado en la economía de mercado".

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