Los trabajos de final de carrera son siempre un punto y final. A veces, pero, también son un punto de partida. Año tras año, un buen puñado de estudiantes de varias escuelas de negocio y universidades deciden dar un paso adelante, abrocharse el cinturón y apostar para convertir su proyecto teórico en su empresa. Es un salto hacia la emprendeduría.
Sila Games
"La empresa acabó pasando por encima del trabajo final"
Hace sólo nuevo meses nacía Sila Games, la empresa surgida de un trabajo final de carrera de Francisco Mosquera, una plataforma de videojuegos online, "un Spotify de videojuegos", como resume su creador.
Sila Games se empezó a gestar hace un año y medio con un proyecto final de carrera que Mosquera fue redefiniendo a medida que se iba desarrollando hasta acontecer la plataforma actual que salió a la luz el pasado domingo 22 de septiembre.
Francisco Mosquera explica como la idea de una empresa se acabó comiendo el proyecto: "A medida que desarrollaba el proyecto final de carrera, fui descubriendo un vacío de mercado. Lo hablé con los compañeros –ahora mismo son cuatro programadores de Ingeniería Multimedia de La Salle Campus Barcelona (URL), junto con una compañera business manager y un diseñador y community manager– y decidimos saltar en el mundo empresarial puesto que el proyecto quedaba demasiado grande por el trabajo final de carrera, la empresa acabó pasando por sobre".
Sila Games ya ha completado una primera etapa de financiación inicial gracias a una campaña de crowfunding (3.000 euros) y ahora buscan figuras de business angels para encarar una ambiciosa etapa de marketing y publicidad en todo Europa. Mosquera agradece "el apoyo recibido por parte de la escuela de negocios La Salle", que los trajo a diferentes acontecimientos de creación y promoción de nuevas empresas, así como concursos que los ayudaron a hacer los primeros pasos de Sila Games.
Ruralmind
"El salto a la empresa es muy diferente a la teoría formativa"
Ya tiene un año de vida Ruralmind, la agrupador de turismo rural y actividades de aventura ideado por Carles Royo y Clara Sellarès, dos exestudiants de Administración y dirección de empresas de la escuela de negocios Esade.
Cómo en el caso de Sila Games, la constitución de la empresa se acabó precipitando pasando por ante la conclusión del propio trabajo final de carrera en que estaba basado. "Dejé el trabajo a una gestoría y aparqué la parte teórica del propio trabajo por entomar el proyecto práctico, diseñar el business plan y constituir finalmente la empresa el abril de 2012", puesto que según él mismo concluye, "llega un momento en que tienes que tomar una decisión: o dejarlo o dedicarte por completo".
Royo lamenta la poca ayuda institucional que han recibido para impulsar el proyecto: "Hemos tenido que aprender nosotros sólo sobre la marcha más allá del asesoramiento que nos proporcionó Barcelona Activa". En este sentido, pone énfasis en las diferencias entre la teoría y la práctica: "Estamos muy muy formados, pero hemos visto que después la mayoría de cosas no te sirven. El salto a la empresa es muy diferente a la teoría formativa. El día a día de la empresa es un mundo distinto que si no aprendes te puedes llevar un buen batacazo".
Ruralmind cumple su primer aniversario con perspectivas de crecimiento . Después de acoger más de 1.000 clientes y facturar el justo para cubrir costes, el agrupador de turismo rural abre puertas a partir de ahora a "buscar enlaces con otras compañías para crecer en producción y capital humano".
Patatabrava
"Al principio era simple ocio y no se nos pasaba por la cabeza convertirlo en empresa"
Desde el mundo universitario y por el mundo universitario apareció Patatabrava, la red social que se ha adentrado en todas las facultades del Estado español. Tres estudiantes de la Facultad de Comunicación de la UAB la diseñaron en 2002 más como divertiment que proyecto con ningún objetivo concreto: "Al principio era simple ocio y no se nos pasaba por la cabeza convertirlo en una empresa", expone un de sus fundadores, Andreu Caritg.
La idea, pero, va reeixir, se hizo grande y en 2006 planteó el siguiente dilema: "O abandonamos porque nos supera o lo profesionalizamos y nos dedicamos de pleno". Dos de los tres socios iniciales hicieron ajo-in por el proyecto y a día de hoy Patatabrava SL se ha convertido en una empresa consolidada con presencia en toda España –500.000 usuarios–, siete trabajadores y una facturación anual estabilizada alrededor de los 250.000 euros anuales.
Andreu Caritg explica que no tuvieron excesivas dificultades para desarrollar la empresa: "No tuvimos grandes problemas, la base del proyecto ya estaba consolidada, el más complicado fue la vertiente comercial, pero fuimos aprenenent sobre la práctica".
A pesar de cultivarse en el entorno de la UAB, las sinergias con otras nuevas empresas surgidas de la Universidad Autónoma no ha sido fácil puesto que "el 80% de las nuevas compañías que nacen a la UAB son empresas de biotecnología", dice Caritg. Al hablar de ayudas, el fundador de Patatabrava también lamenta que "el entorno emprendedor de Cataluña no sea tanto prolífico como el de Estados Unidos, el proceso para pedir ayuda y asistencia se hace mucho farragós. Somos una red social universitaria pero aquí no creo hubiéramos podido brotar como Facebook".
Softonic
"Las ideas no son tan importantes, el éxito viene por la ejecución"
Pero si hay una proyecto final de carrera convertido en éxito empresarial por antonomasia es Softonic, la empresa de descargas de programas informáticos que el barcelonés Tomás Diago creó en 1997. Una década y media después, el éxito del proyecto universitario de Diago llega a 100 millones de usuarios y 52 millones de facturación el año pasado.
Malgra todo, a Diago no le gusta poner por las nubes su exitosa idea: "Las ideas no son tan importantes, el éxito viene por la ejecución, la pasión y la tenacidad", como defendió el fundador de Softonic en una entrevista a la ABC.
Ideas de dibujan trabajos finales de carrera. Trabajos finales de carrera que se convierten en nuevas empresas y salen adelante.
Sila Games
"La empresa acabó pasando por encima del trabajo final"
Hace sólo nuevo meses nacía Sila Games, la empresa surgida de un trabajo final de carrera de Francisco Mosquera, una plataforma de videojuegos online, "un Spotify de videojuegos", como resume su creador.
Sila Games se empezó a gestar hace un año y medio con un proyecto final de carrera que Mosquera fue redefiniendo a medida que se iba desarrollando hasta acontecer la plataforma actual que salió a la luz el pasado domingo 22 de septiembre.
Francisco Mosquera explica como la idea de una empresa se acabó comiendo el proyecto: "A medida que desarrollaba el proyecto final de carrera, fui descubriendo un vacío de mercado. Lo hablé con los compañeros –ahora mismo son cuatro programadores de Ingeniería Multimedia de La Salle Campus Barcelona (URL), junto con una compañera business manager y un diseñador y community manager– y decidimos saltar en el mundo empresarial puesto que el proyecto quedaba demasiado grande por el trabajo final de carrera, la empresa acabó pasando por sobre".
Sila Games ya ha completado una primera etapa de financiación inicial gracias a una campaña de crowfunding (3.000 euros) y ahora buscan figuras de business angels para encarar una ambiciosa etapa de marketing y publicidad en todo Europa. Mosquera agradece "el apoyo recibido por parte de la escuela de negocios La Salle", que los trajo a diferentes acontecimientos de creación y promoción de nuevas empresas, así como concursos que los ayudaron a hacer los primeros pasos de Sila Games.
Ruralmind
"El salto a la empresa es muy diferente a la teoría formativa"
Ya tiene un año de vida Ruralmind, la agrupador de turismo rural y actividades de aventura ideado por Carles Royo y Clara Sellarès, dos exestudiants de Administración y dirección de empresas de la escuela de negocios Esade.
Cómo en el caso de Sila Games, la constitución de la empresa se acabó precipitando pasando por ante la conclusión del propio trabajo final de carrera en que estaba basado. "Dejé el trabajo a una gestoría y aparqué la parte teórica del propio trabajo por entomar el proyecto práctico, diseñar el business plan y constituir finalmente la empresa el abril de 2012", puesto que según él mismo concluye, "llega un momento en que tienes que tomar una decisión: o dejarlo o dedicarte por completo".
Royo lamenta la poca ayuda institucional que han recibido para impulsar el proyecto: "Hemos tenido que aprender nosotros sólo sobre la marcha más allá del asesoramiento que nos proporcionó Barcelona Activa". En este sentido, pone énfasis en las diferencias entre la teoría y la práctica: "Estamos muy muy formados, pero hemos visto que después la mayoría de cosas no te sirven. El salto a la empresa es muy diferente a la teoría formativa. El día a día de la empresa es un mundo distinto que si no aprendes te puedes llevar un buen batacazo".
Ruralmind cumple su primer aniversario con perspectivas de crecimiento . Después de acoger más de 1.000 clientes y facturar el justo para cubrir costes, el agrupador de turismo rural abre puertas a partir de ahora a "buscar enlaces con otras compañías para crecer en producción y capital humano".
Patatabrava
"Al principio era simple ocio y no se nos pasaba por la cabeza convertirlo en empresa"
Desde el mundo universitario y por el mundo universitario apareció Patatabrava, la red social que se ha adentrado en todas las facultades del Estado español. Tres estudiantes de la Facultad de Comunicación de la UAB la diseñaron en 2002 más como divertiment que proyecto con ningún objetivo concreto: "Al principio era simple ocio y no se nos pasaba por la cabeza convertirlo en una empresa", expone un de sus fundadores, Andreu Caritg.
La idea, pero, va reeixir, se hizo grande y en 2006 planteó el siguiente dilema: "O abandonamos porque nos supera o lo profesionalizamos y nos dedicamos de pleno". Dos de los tres socios iniciales hicieron ajo-in por el proyecto y a día de hoy Patatabrava SL se ha convertido en una empresa consolidada con presencia en toda España –500.000 usuarios–, siete trabajadores y una facturación anual estabilizada alrededor de los 250.000 euros anuales.
Andreu Caritg explica que no tuvieron excesivas dificultades para desarrollar la empresa: "No tuvimos grandes problemas, la base del proyecto ya estaba consolidada, el más complicado fue la vertiente comercial, pero fuimos aprenenent sobre la práctica".
A pesar de cultivarse en el entorno de la UAB, las sinergias con otras nuevas empresas surgidas de la Universidad Autónoma no ha sido fácil puesto que "el 80% de las nuevas compañías que nacen a la UAB son empresas de biotecnología", dice Caritg. Al hablar de ayudas, el fundador de Patatabrava también lamenta que "el entorno emprendedor de Cataluña no sea tanto prolífico como el de Estados Unidos, el proceso para pedir ayuda y asistencia se hace mucho farragós. Somos una red social universitaria pero aquí no creo hubiéramos podido brotar como Facebook".
Softonic
"Las ideas no son tan importantes, el éxito viene por la ejecución"
Pero si hay una proyecto final de carrera convertido en éxito empresarial por antonomasia es Softonic, la empresa de descargas de programas informáticos que el barcelonés Tomás Diago creó en 1997. Una década y media después, el éxito del proyecto universitario de Diago llega a 100 millones de usuarios y 52 millones de facturación el año pasado.
Malgra todo, a Diago no le gusta poner por las nubes su exitosa idea: "Las ideas no son tan importantes, el éxito viene por la ejecución, la pasión y la tenacidad", como defendió el fundador de Softonic en una entrevista a la ABC.
Ideas de dibujan trabajos finales de carrera. Trabajos finales de carrera que se convierten en nuevas empresas y salen adelante.
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