Llordachs: "Doctoralia tendría que salir a la definición 'suerte' de la Wikipedia"

El cofundador de la empresa, Frederic Llordachs, fue un visionario al comprar el dominio de Doctoralia justo cuando empezaba la explosión de Internet pensando que "algun día haría algo con eso"

Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, duranat un First Tuesday Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, duranat un First Tuesday

"Yo fui una de las víctimas de las series de médicos". Y es que con sólo seis años, el cofundador de Doctoralia, Frederic Llordachs, ya sabía que quería estudiar medicina. Pero con los años su trayectoria profesional ha hecho un giro que lo ha llevado, al final, a ser emprendedor en serie en el sector de la salud. De médico a montar un negocio creando, el 2007, una de las primeras empresas a digitalizar las citas médicas.

Más de una década después de su nacimiento, Doctoralia factura ya 2,3 millones de euros anuales y cuenta con más de 25 millones de usuarios a todo el Estado español. "En la ficha de suerte de la Wikipedia tendríamos que salir nosotros, porque tuvimos suerte en todo", afirma el cofundador de la empresa. Ahora bien, Llordachs compró el dominio de Doctoralia en 2000, "cuando encara la gente no tenía Internet en casa, y nadie nos hizo ni caso". Un proyecto que quedó en un cajón hasta que el 2007, coincidiendo con la presentación del primer iPhone de Steve Jobs, aprovecharon la explosión de la transformación digital para recuperarlo.

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Pero que lleva a un médico a abandonar el hospital y emprender? Llordachs hizo el MIR un año en el cual redujeron a la mitad el número de plazas, cosa que lo llevó a buscar alternativas y una de ellas fue el MBA. "Allí aprendí lo que a los médicos no enseñan, que es la parte de negocio", afirma. Por suerte, Llordachs ya había ayudado de pequeño a "apuntar la mitad del que se vendía en la joyería familiar. La mitad sí, todas las tiendas tienen una parte en B", reconoce.

Después de años trabajando en diferentes consultoras, aseguradoras y para la industria farmacéutica, se dio cuenta hacia los años 90 y 2000 que "Internet tenía que servir para algo" y compró el dominio de Doctoralia pensando que "algún día haré algo con esto". Un visionario que se avanzó a la revolución digital.

4x3 en cirugía estética de pechos

La primera idea del que sería después Doctoralia llegó el 2003 con un Booking para el sector sanitario. Pero con la burbuja de las punto com y que Internet era un lujo de minorías, no consiguieron ni clientes ni usuarios. También se plantearon convertir el proyecto en una central de revisiones médicas, puesto que en aquellos años se daban muchas hipotecas con un seguro de vida. La idea era agilizar todo el proceso del seguro de vida para firmar la hipoteca cuanto antes mejor. "Nos encontramos pero con que teníamos una solución a un problema real, una herramienta y un potencial cliente, pero nadie quería pagar por ello", explica. "Así que nos cansamos de jugar a esto y lo dejamos".

Hasta que el 2007, con la llegada de Albert Armengol y David Díaz, decidieron volver a impulsar Doctoralia como un directorio médico y, después, recuperar las citas por Internet. Y, por fin, aquel sí que fue el momento indicado.

No sin antes, pero, de intentar montar un negocio de cirugía estética. "Es verdad que eres de las personas que ha vendido más pechos por Internet en España?", pregunta el inversor Carlos Blanco, a lo que Llordachs afirma con su otro pasado. Y es que mientras estaban iniciando el proyecto de Doctoralia y trabajaba todavía en una clínica privada de Barcelona, decidieron lanzar una oferta de cirugía estética de mamas de cuatro pechos por el precio de tres, intentando conseguir que dos amigas se hicieran la operación juntas. "Una decisión que nos dio a conocer pero a la vez nos hizo fuerza impopulares dentro del sector", recuerda. De anécdotas, mil y una para contar.

Un centauro que aspira a ser unicornio

Como la fusión con la empresa polaca DocPlaner. "Después de contactarnos en 2014, en 2015 y por tercera vez en 2016, finalmente aceptamos su propuesta de fusionarnos", señala Llordachs. DocPlaner era una startup joven que vendía de unos emprendedores que ya habían vendido otro negocio y que crearon una especie de Doctoralia en Polonia. Qué cambió del primer email proponiendo la fusión al último? "Que aquel año TripAdivsor había comprado Eltenedor y uno de sus fundadores había levantado 60 millones de euros para montar Doctolib en Francia, y que unos emprendedores de la India habían levantado 70 millones de dólares para comercializar una plataforma de citas médicas en Latinoamérica". Así que a Llordachs y a sus socios no los quedó más remedio que aceptar la fusión para crecer a escala internacional.

Llordachs: "Se tienen que buscar socios que sean buenas personas y en este mundo hay mucha gente que te puede hacer la jugada"

Con este acuerdo, lo que hicieron las dos compañías fue crear un holding, con el cual pasaron de los 75 trabajadores de Doctoralia a 235 añadiendo los de DocPlanner. Una operación que les ha funcionado muy bien y han superado la inversión lograda por sus competidores franceses e indios, logrando los 130 millones de euros levantados. "No somos un unicornio todavía, pero somos centauro –empresas con una valoración entre 100 y 999 millones de euros-", afirma el emprendedor, quien bromea añadiendo que "soy el centauro de las canes".

Y es que Llordachs, con 51 años, es la persona más mayor de la compañía. Ahora bien, no se lanzó a emprender hasta los 32 años. Una edad que Blanco quiere enfatizar, puesto que ahora hay mucha gente que quiere emprender con justo 20 años, pero Llordachs primero tuvo una larga experiencia profesional. "Yo siempre digo, primero aprender y después emprender", añade Blanco.

Una experiencia y conocimiento del sector que ha llevado a Llordachs a emprender también otros negocios, como MedPrivé, ahora llamada Clinicpoint, con los mismos socios que Doctoralia. "El 2010 vimos la oportunidad de vender servicios médicos por Internet", explica el emprendedor. Ahora bien, aquí la jugada de dividir el capital a partes iguales no les salió tan bien como con Doctoralia.

Y es que acertar con los cofundadores no es fácil y que crezcan con la empresa, todavía menos. "Se tienen que encontrar socios que sean buenas personas y que sean competentes", apunta Llordachs, quién tuvo suerte de encontrar unos socios que funcionaron de startuperos en el principio pero también para que la empresa facturara millones. "Lo que me sorprende es que en este mundo tan conectado haya gente que te pueda hacer la jugada más de una vez", añade.

No todo lo que tiene éxito en los Estados Unidos se puede copiar

Ya hace años el sector fintech dominaba el mercado norteamericano y europeo de las inversiones, pero desde noviembre en los Estados Unidos se ha empezado a imponer el healthtech. Una situación que, según Blanco, todavía no se nota en el mercado europeo pero que entre los próximos seis y 12 meses llegará aquí y se empezarán a reproducir modelos de negocio que funcionan al otro lado del Atlántico.

El cofundador de Doctoralia no se cansa de emprender: "Después de perder dinero en otros, prefiero perderlos en mí mismo que almenos es más divertido"

Sin embargo, Llordachs apunta que no es el mismo copiar en el sector fintech que en el healthtech, puesto que el sistema sanitario norteamericano es muy diferente. "Allí tienen el sistema sanitario más caro del mundo y, además, es muy defectuoso. Aquí, en cambio, el marco regulador y económico es otro y no es comparable", explica el emprendedor. Llordachs pone el ejemplo que hay gente que vuelve de los Estados Unidos para montar aquí un servicio para ir al médico 24 horas al día, pero realmente ya puedes ir al servicio de urgencias de Vall de Hebrón y te atenderán gratuitamente.

De hecho, en los Estados Unidos hay unas 300 empresas de telemedicina, y en España han nacido unas 10 en los últimos años "y les va regular". Y es que para el emprendedor, se tiene que pensar bien cuál es el mercado y qué es el mejor modelo de negocio. "En realidad yo estoy montando algo de telemedicina parecido", desvela, a lo cual Blanco replica: "Qué pasa, te aburrías de las anteriores y ahora montarás otra?". "Echo de menos los viejos tiempos. Después de invertir en otros y perder dinero, prefiero perder dinero en mí mismo, que al menos es más divertido".

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