El taxi se fortalece contra Uber

El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea analiza si la empresa norteamericana puede continuar operante como un servicio de transporte colaborativo

"Hemos salido mucho, mucho, muy contentos. Se ha descubierto que realmente Uber no es un servicio de intermediación, ni tampoco un servicio de la sociedad de la información porque se ha podido acreditar que hacen un servicio de transporte puro y llevar. Hemos podido ver que los 15 jueces que estaban procediendo han tomado plena conciencia que realmente esto es así", explica Montse Balagué, abogada de SBC Abogados, el despacho legal de Barcelona que este martes ha traído la compañía norteamericana ante el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, en Luxemburgo. La sensación de triunfo con que salen de la vista la trasladarán a la Asociación Profesional Elite Taxi, su cliente y principal responsable de poner contra las cuerdas la plataforma digital de coches compartidos.

En la sala eran una empresa, una asociación de taxistas, representantes de los Estados miembros de la Unión Europea –algunos críticos, como Francia o Irlanda- y 15 jueces, los cuales tienen la palabra, en última instancia y después del informe del Abogado General de la UE, ante la polémica entre el sector del taxi y la popular aplicación móvil que convierte usuarios en conductores.

Pero también eran presentes dos modas de entender la economía colaborativa, el nuevo sector que arran la digitalización ha dado pàbul numerosas fórmulas empresariales que, hasta ahora, desconocíamos: "Aquí ha quedado más que claro que en ningún concepto se la puede calificar de economía colaborativa por un matiz puntual o clarificador, puesto que la economía colaborativa exige que dos personas compartan gastos pero no existe nunca un lucro de las dos partes. No puede ser que Uber, una empresa que factura millones de dólares ejerciendo este tipo de actividad, nos pretenda vender que es economía colaborativa", argumenta Balagué.

Sin duda, es la queja más reiterada de los taxistas. "La economía colaborativa intenta acogerse a vacíos legales para aprovecharse de la situación e intentar introducirse en sectores sin las mismas cargas", afirma Iban Sesma, portavoz de la Asociación Profesional Elite Taxi, durante su comparecencia del 16 de noviembre a la Comisión de Territorio del Parlamento de Cataluña. "Tenemos que diferenciar entre los usuarios que quieren compartir los gastos y las plataformas que quieren acogerse a diferentes modelos de trabajo donde obtienen un claro beneficio económico", ha apuntado Sesma.

"La Justicia nos dará la razón"
Si desde la representación están contentos, la tranquilidad impera entre los taxistas. "Estamos tranquilos, pues, confiamos que la Justicia nos dará la razón con todas las pruebas que hemos presentado porque se considere Uber como una empresa mediadora de transporte y, por lo tanto, tenga que cumplir con las leyes estipuladas a cada país a tal efecto", ha admitido la asociación en un comunicado a través de su perfil de Facebook. "Ahora la pelota está en el tejado de la Unión Europea y no puede, ni tiene que seguir con la venda puesta a los ojos, ajenos a toda esta problemática que está consumiendo el sector del taxi europeo", reza el comunicado.

La duda a resolver es si la empresa necesitaría una licencia para operar en el Estado español o si, por el contrario, hay libertad absoluta de implantación. La justicia catalana había admitido con antelación que Uber opera sin licencia de transporte o taxi en Barcelona, lo cual sería necesaria en el caso de un servicio remunerado de transporte, pero durante la vista, Uber pidió que el caso se trasladara a la Unión Europea. Y es aquí donde este martes la polémica puede haber avanzado algo más.

El origen: la lluvia de una noche en París
El nacimiento de Uber bien podría ser la descripción de una noche difícil, como las que hemos vivido los últimos días de lluvias inagotables. Día laborable, ya es por la noche, llueve a cántaros y no tienes coche. Al menos, no lo has traído contigo. No pensabas que caería tanta lluvia. El metro de Barcelona ha cerrado y la parada más cerca de donde te encuentras está en 15 minutos andando. "Llegaré xop", piensas. Buscas un taxi y, en primera vista, no encuentras ni un circulante cerca tuyo. Recuerdas que tienes alguna aplicación de taxis y echas millas...

... No es una situación real, pero es muy parecida a la que describen los emprendedores Trabes Kalanick (@travisk) y Garrett Camp como génesis de su empresa. La dificultad de encontrar un taxi en París en medio de una tormenta de nieve los hizo pensar en cómo sería de fácil polsar un botón y conseguir un chófer. "El que empezó siendo una aplicación para solicitar coches exclusivos en algunas zonas metropolitanas ahora está cambiando la estructura logística de ciudades de todo el mundo", afirma la compañía a su web.

Una de estas ciudades es Barcelona, los taxistas de la cual han sido especialmente beligerantes con la aplicación móvil que convierte usuarios en conductores. Los profesionales del taxi han manifestado su inconformismo varias veces y han hecho sonar el claxon más de una vez a las calles barcelonesas. Ahora, pero, del asfalto ya pasan al parqué de los tribunales de justicia europeos. Cómo confirma su abogada, no se espera una respuesta del Abogado General de la Unión Europea antes del mes de abril. Después el Tribunal en cuestión tendrá que decidir, pero el sabor que deja a los protagonistas de la batalla permite aventurar una difícil situación para la compañía que nació una noche de lluvia en París.
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