Tecnología de Mataró para purificar el agua del mundo

Dos ingenieros italianos residentes en Cataluña son los fundadores de Watly, una solución tecnológica que permite purificar agua, generar electricidad y proveer conectividad en Internet

Marco Antonio Attisani se define como un ciudadano transhumà. Esto implica imaginarse un futuro no tan lejano en que los humanos habrán abandonado sus hábitos más animales: no comerán carne, por ejemplo, y habrán integrado la Inteligencia Artificial y las tecnologías a su vida per evitar el derroche de los recursos naturales. "La filosofía transhumanista es la única alternativa para garantizar la sostenibilidad del planeta", comenta este emprendedor e ingeniero italiano, que llegó a Barcelona hace ocho años para trabajar en el grupo de automoción Piaggio.

Después de pasar por varios trabajos relacionados con las energías renovables, Attisani decidió emprender por su cuenta y hoy es el cofundador de Watly , una start-up tecnológica ubicada al TecnoCampus de Mataró que ha desarrollado unos dispositivos modulares equipados con energía solar que permiten purificar agua contaminada, generar electricidad y proveer conectividad en Internet. "Estas tres cosas son la base porque una sociedad pueda desarrollarse, tener educación, salud, etc..", comenta Attisani, que el pasado junio formó parte de una veintena de emprendedores tecnológicos de todo el mundo que participaron en la primera edición de Menorca Millennials.

Watly no es una empresa del sector Internet o móvil, sino que juega en el terreno de la ingeniería puntera, las energías renovables y la economía sostenible. Su producto – un tipo de planta de generación de energía modular, de dimensiones reducidas (500 metros cuadrados) – está destinado en países en vías en desarrollo, con problemas de acceso a agua potable o al cabo de la calle eléctrico, y tiene capacidad para purificar hasta tres millones de metros cúbicos de agua al año, utilizando energía termosolar. A diferencia de la energía fotovoltaica, la tecnología termosolar utiliza el calor del sol para calentar agua y generar energía.

Reconocimiento del sector
En estos momentos, Watly tiene como objetivo levantar una ronda de capital de 750.000 euros para instalar los primeros prototipos y consolidar su producto, que ha despertado el interés en numerosas competiciones de emprendeduría de ámbito europeo dedicadas a las tecnologías limpias. "Exacto, somos una mine planta de energía sostenible", confirma Attisani, que tuvo que interrumpir la participación en Menorca Millennials para participar en el concurso Tech Ajo Stars en Londres, donde quedaron finalistas. Bien pronto, Watly, viajará a Berlin para participar en el concurso EuropeanPioneer , donde pueden optar a 250.000 euros de financiación pública en programas de ayuda a las start-up europeas más innovadoras.

"Nos conviene mucho darnos a conocer en este tipo de programas e iniciativas para contactar con posibles inversores, a pesar de que viajar es caro. Conseguir dinero requiere tener dinero", bromea este emprendedor de espíritu entusiasta, mostrando la foto de su perro al salva-pantallas del móvil. Attisani admite que cada vez que viaja echa de menos su perro, un Boxer de mirada traviesa. Cuando lo siente hablar de su perro, su socio, Matteo Squizzato, también ingeniero, el boy escout y río. Matteo se incorporó al proyecto cuando todavía estaba en la Universidad, después de que un amigo en común le hablara de Watly. El proyecto lo entusiasmó tanto que tardó menos de 24 horas al decidir que dejaba Italia para mudarse en Mataró.

"Ya nos han contactado inversores muy interesados, y también potenciales clientes desde Arabia Saudí", comenta Squizzato, más silencioso y tranquilo que Attisani. Los dos acaban de volver de Italia, donde han participado en el rodaje de una serie de televisión por el canal Discovery Channel junto con otros 10 start-ups internacionales, que se emitirá el abril de 2016. "Nos esperan unos meses prometedores", dice Squizzato, confiado.

De la idea a el prototipo
Hasta el momento, el equipo ha invertido cerca de 200.000 euros de su bolsillo y más de 30.000 horas de trabajo en el desarrollo de la solución tecnológica, que valoran en torno al millón de euros. El prototipo actual es capaz de eliminar cualquier contaminación del agua, sea bacteriológica, química o física, a partir de energía termosolar, además de proveer de electricidad y conexión wi-fin.

Todo y los retos que presenta el proyecto – como por ejemplo, calcular los costes de mantenimiento o garantizar la seguridad de las instalaciones en unos países con escasos recursos económicos–, los ingenieros italianos están convencidos de una tecnología que pretende poner remedio a uno de los problemas básicos de la Humanidad. "Cómo puede ser que más de 1.000 millones de personas en este planeta no tengan todavía agua potable?", concluye Attisani.
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