Una cita, un minuto, dos emprendedores

El bizbarcelona organiza varias actividades de 'speed networking' en que corren las tarjetas, los nervios y sobre todo los contactos

Decenas, si no casi 100 personas se esperan delante del espacio de networking que ha organizado Pimec al Bizbarcelona. Jóvenes emprendedores con texanos y camiseta, mochila a las espaldas y empresarios con vestido azul y corbata. Empresarias preparadas encima de los talones como el inicio de una cursa. Tarjetas en la mano. Quienes se han apuntado entran al recinto con la experiencia otras ocasiones anteriores o con los nervios de no saber qué esperar.

Antoni Porras es el responsable de organizar estos encuentros. Según explica ante más de 80 personas que se han dispuesto alrededor de él, la speed networking que se ha repetido durante estos dos días de BizBarcelona está inspirado "enel speed dating que los judíos organizan para conocer judías", pero combinado con los negocios.

Estas sesiones se dividen en tres actividades, un speed networking, un elevator pitch y un networking libre al final, explica Porras a los asistentes. Algunos se quedan sorprendidos y quizás con cara de desorientados entre tanto concepto anglòfon. Porras añade que en estas actividades los participantes son muy diversos: "Entre vosotros hay emprendedores, inversores, empresarios, start-ups o simplemente ideas". Después de explicar la dinámica, el responsable de Pimec saca su silbato y empieza a disponer en el espacio los participantes que obedecen un poco incrèduls.

Porras avisa, "el más importando ahora es romper el hielo, ser precisos, explicar quién habla y que hace o que quiere" y, sobre todo, "no descartar a nadie, por muy alejada que parezca que está de tu negocio, porque esta persona tiene un universo de conocidos detrás y esto es el que más os interesa: contactos".

"Preparáis las tarjetas"
Dos hileras de personas enfrentadas. A toco de pito y con voz de trueno, Porras da las instrucciones para empezar: "Preparáis las tarjetas, ready, steady, go!" y un rebombori eixordador de ideas, presentaciones e intercambio de tarjetas empieza. "Veinte según", avisa Porras... y toca el silbato. En el primer cambio de parejas se da de manera un poco accidentada. Cosas de la logística.

La dinámica se repite unas cuántas veces. Algunos participantes se desmarcan temporalmente y corren a buscar un bolígrafo en los compañeros que los observan desde fuera de la zona de networking. Se escuchan varios idiomas. En Dídac Díaz explica su proyecto de coaching: "La formación tiene que ser personalizada y tenemos que encontrar nuestra carrera profesional y reforzar nuestro talento más natural y genuino, creando valor para así resolver problemas concretos que otros todavía no han resuelto". El boy escout Carme Cusidó, una emprendedora que tiene claro que su futuro "no se encuentra sólo en una empresa".

Cusidó participa en este networking para conocer "gente y cosas que ni sabía que existían", de hecho, opina que todo el mundo tendría que venir al BizBarcelona: los grandes tienen que venir "por despreocupar-se del futuro de sus hijos". Mientras que los jóvenes, "para entender que tienen más oportunidades si no tienen trabajo".

Uno 'rondo' de emprendedores
Cambio de dinámica. Elevator pitch. En forma de rondo de fútbol, los participantes escogen un responsable de cronometrar el tiempo y cada cual tiene un minuto para presentarse y exponer su caso. Se forman cuatro grupos y empiezan los discursos.

El ritmo se calma y la atención se concentra en los que hablan. Se relaja el estrés de estar pendientes de dar un paso a la derecha o no tener suficientes tarjetas para entregar al interlocutor. En esta actividad Porras apunta que los emprendedores tienen que tener muy claro qué dicen y como lo hacen, "no hay nadie que conozca mejor que tú tu negocio, esta es la ocasión para demostrarlo, ser preciso". Aconseja a los participantes que lo más importante es "hablar de beneficios, la gente está cansada de características, todo el mundo habla de coches con muchos caballos, pero poca gente sabe qué es un caballo" y, además "destacarnos del resto", añade. No parece fácil y esto lo demuestra como tiembla la voz de algunos de los participantes.

El 'networking' viene después
Silvia Hernández es agente de Caser Seguros y se ha acercado a participar en esta actividad. "En un networking puedes acabar recogiendo 100 tarjetas y de estas aprovechar sólo la mitad. Y que de esta mitad, sólo cinco acaben siendo clientes o gente con quién puedas acabar sacar algo. El networking real viene después", detalla Hernández.

Sobre esto, Porras puntualiza que después de recoger las tarjetas se tiene que hacer un seguimiento: "Se tiene que ser metódico y clasificar y seleccionar las que consideramos más importantes o relevantes y hacer llamadas a posteriori". Así mismo, añade, "no se puede descartar nada ni nadie, porque los conocidos y los saludados a veces ayudan mucho". Por Porras se tiene que salir de la zona de confort y aprender que este ejercicio sirve para conocerse a un mismo aparte de conocer gente nueva y a dirigirse: "En una actividad así hablas con inversores o empresarios, dependiendo del interlocutor se tiene que modular el discurso".

"Repetir? Seguro!"
En la última fase del networking, más relajada, los participantes se acercan de manera distendida a aquellos otros que los han llamado la atención o causado interés. De manera más natural. En Gunther Spitzer es un corredor de seguros alemán instalado en Cataluña. Ha participado en varios networkings anteriormente. Según dice, a veces no sacas ningún contacto, "pero en alemán hay un refrán que dice que te tienes que levantar un golpe más de los que has caído". Repetirás? "Seguro!".
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