Ocultar la IA: las gafas de Apple

Hace pocos días, Apple ha presentado uno de esos productos que cambiará el mundo, sus gafas. Uno de los pocos productos de Apple que todo el mundo conocía y esperaba, de hecho se conocía incluso su precio. Esto hizo que no existiera el efecto sorpresa que caracteriza a las presentaciones de Apple. La novedad no estuvo tanto en el que, sino en la calidad del producto presentado y la confirmación de que sí, era verdad, comienza una nueva era, el fin de los ordenadores tal y como los conocemos, el fin de las pantallas.

Sin embargo, hubo sorpresas, algunas escondidas. Una de ellas fue la ausencia total de dos palabras: ni I.A ni fundational models. De hecho, en toda la presentación de un producto lleno de inteligencia artificial, esa palabra no salió ni una sola vez. Las gafas utilizan I.A para detectar los ojos que guían el cursor, para detectar los gestos de las manos que emulan el clic de un ratón, para fusionar el exterior con el interior, para detectar si pasa algo alrededor y volverlas translúcidas, por todo. Se dijo de todo, Machine Learning, Deep Learning, ... ¡Pero I.A. nunca!

La novedad no estuvo tanto en qué, sino en la calidad del producto presentado y la confirmación de que sí, era verdad, comienza una nueva era

La otra palabra que nunca apareció fue foundational models. Estos modelos tipo ChatGPT que están basados en una arquitectura llamada transformers. ¡Esto, nunca, transformers si claro! Se utilizan en las gafas en muchas funciones, entre ellas el reconocimiento del habla.

¿Es interesante preguntarse por qué? De hecho, estas son las dos palabras que se utilizan en la propuesta de regulación de la I.A que está haciendo Europa, concretamente aparecen en la propuesta del Parlamento Europeo que pretende regularlas como tecnologías de alto riesgo. También son las palabras clave que aparecen en los manifiestos que pedían una moratoria y en los que alertan de los peligros para la I.A, para la humanidad y la democracia. Quizás desde esta perspectiva se puede empezar a entender por qué Apple quiere alejarse de toda esta polémica, porque hay que esconder la I.A.

A veces tenemos legislaciones que prohíben la normalidad, en Internet tenemos que prohíben el remix, utilizar contenido de otros para hacer versiones. Otras veces nos encontramos legislaciones que prohíben cosas tan sencillas como pasar en rojo cuando no pasa ningún coche, esto facilita la vida y la movilidad de los peatones. Encontraremos muchos ejemplos. En la presentación de Apple hemos empezado a ver el efecto de las campañas que pronostican el fin de la democracia o el fin del mundo, a veces, por culpa de un chatbot. Sí, la gente no dejará de hacer copy/paste, ni de hacer remix, ni de pasar en rojo, pero habrá que hacerlo a escondidas porque tendrás una legislación que te lo pondrá difícil e incluso te perseguirá.

La legislación contra lo que todo el mundo hace es una legislación corrosiva, que la degrada, que te hace delincuente. En vez de ayudar a crear una sociedad mejor, nos enseña que es necesario vivir contra la legislación. ¿Es esto lo que queremos?

Ahora las gafas harán desaparecer el ordenador

Pensará que es un hecho aislado. ¡Bien, no lo es! El pasado verano, mucho antes de la apertura al público del ChatGPT, OpenAI empezó a trabajar con muchas empresas y gobiernos que quieren incorporar esta tecnología. Algunas han trascendido, sabemos que la parte legal de PwC lo está probando internamente, también la parte de consultoría de Bain o Stripe para atender de forma automática y resolver los problemas con tarjetas de crédito (procesan tarjetas de crédito de comercios) de sus clientes. También algunos gobiernos, como Islandia o ciudades de Japón, que quieren dar un mejor servicio a sus ciudadanos y facilitarles la navegación por procedimientos y regulaciones oscuras. Ahora bien, desde la polémica, no hemos tenido más anuncios como estos. ¿Las empresas no utilizarán este tipo de I.A? ¡Claro que lo harán! ¡Pero mejor, ocultamos la I.A!

Ocurrieron muchas más cosas en la presentación de Apple. Pero quisiera comentarles especialmente dos.

La primera es la trascendencia del producto. Apple tiene un historial de redefinir lo que llamamos el user-interface. La forma con la que nos relacionamos con la computación. Mac, su primer gran producto, llevó el ratón al mundo de los ordenadores y aprendimos que la forma de interactuar con ellos era haciendo clic. El iPhone los puso en el bolsillo y, de repente, los ordenadores se hicieron un hueco en nuestra vida. Apple Watch ha redefinido la forma con la que pagamos las cosas, está haciendo desaparecer el dinero y el reloj se ha convertido en algo donde lo que menos importa es que dé la hora. Ahora las gafas harán desaparecer el ordenador.

Sin embargo, este cambio no solo tiene que ver con los ordenadores, sino también con la misma realidad que se dotará de una capa virtual, anotada. Las películas serán 3D y la realidad virtual será más inmersiva. La barrera entre la realidad física y la virtual, se difuminará.

No podemos saber qué tendrá y qué no tendrá éxito, pero sí que podemos vislumbrar

El segundo elemento es cómo lo utilizaremos. Para entender esto es necesario recordar los iPhones. Al principio no había aplicaciones y servían para realizar llamadas y algo más. Poco a poco, la sociedad fue cocreándola y aparecieron muchos más usos y ahora sirven para todo y quizás alguien todavía hace llamadas, sí, pero es totalmente residual. Este proceso de cocreación del producto es lo que ocurrirá con las gafas de Apple y con la I.A generativa. No podemos saber qué tendrá y qué no tendrá éxito, pero sí podemos vislumbrar algunas posibilidades. Entre muchas cosas, en la presentación salieron los avatares para hacer reuniones con las gafas puestas. Avatares que replican nuestra imagen y gestos. Son personas virtuales, que con I.A generativa como ChatGPT podrían dialogar como si fueran humanos. ¡Esto ocurrirá, claro! ¿Tendrá éxito? No lo sabemos... ¡Quizás sí!

Esta vez Apple, quizás hará mucho más que redefinir la interfaz de usuario... redefinirá lo que entendemos por realidad.

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