Qué hacer ante las quiebras bancarias

Ante los últimos acontecimientos bancarios, se han extendido las dudas sobre el sistema bancario. En este artículo resumiremos que es lo que ha pasado hasta ahora, que es lo que podemos esperar que pase a partir de ahora y que podemos hacer. Lo que ha pasado hasta ahora se puede resumir diciendo que al aumentar la inflación, las autoridades monetarias han incrementado los tipos de interés y han endurecido la política monetaria. Siempre que se toman estas medidas aumenta el coste de la financiación y es más difícil conseguir préstamos. Esto ha provocado varias quiebras:

· Silicon Valley Bank: Una excesiva concentración en el sector de las startups hizo que al producirse las restricciones monetarias aumentó la retirada de depósitos de los clientes para poder invertir en sus empresas. Esto impactó en un error que había hecho anteriormente el banco y que consistía a invertir una parte importante de los depósitos a la vista en deuda pública a largo plazo. Como que la deuda pública se había comprado cuando los tipos de interés eran bajos, al venderlos rápidamente se generaron grandes pérdidas. Esto asustó los clientes que incrementaron las retiradas de depósitos y el banco tuvo que ser intervenido por las autoridades. Por lo tanto, los errores principales del banco fueron la excesiva inversión en deuda pública y el desajuste entre los plazos de los depósitos de los clientes (principalmente a la vista) y el largo plazo de las inversiones que hacía el banco.

· Signature Bank y First Republic Bank: Se trataba de bancos con liquidez reducida, excesiva concentración de depósitos en pocos clientes y exceso de riesgo en el sector de las criptomonedas (en el primer caso) y en el sector inmobiliario (en el segundo caso). Les ha perjudicado la poca liquidez ante el efecto contagio del Silicon Valley Bank. La baja liquidez que tenían está relacionada con qué en los Estados Unidos los requisitos que tienen que cumplir los bancos medianos y pequeños son muy inferiores a los que hay en Europa y que se activaron después de la crisis de 2008. La desregulación promovida por Donald Trump en sus años de presidencia tiene mucho que ver.

· Credit Suisse: Este es un caso diferente. Es un banco con graves problemas reputacionales desde hace muchos años: corrupción, fraudes, blanqueo de capitales, pérdidas multimillonarias por mala gestión de riesgos... y que ha recibido muchas condenas de las autoridades. Ya hacía años que su cotización se había hundido más del 80%. En el 2022 ya perdió un tercio de los depósitos de los clientes. Y ahora todavía más por las recientes dudas sobre el sistema bancario. Ha acabado siendo comprado por el banco UBS a precio de saldo.

¿Y a partir de ahora que podemos esperar que pase? En economía puede pasar de todo. De todas maneras, no se prevé un efecto contagio generalizado. Sobre todo porque las autoridades han reaccionado muy rápidamente garantizando los depósitos, más allá de los previstos por los fondos de garantía de depósitos. Interviniendo en los bancos afectados han evitado un efecto contagio en todo el sistema bancario. Ahora bien, no podemos excluir que también tengan problemas otros bancos. Por ejemplo, en Estados Unidos se calcula que hay unos doscientos bancos (del total de casi cinco mil bancos que hay) que están en una situación débil. En Europa es diferente porque las ratios, por ejemplo de liquidez, que tienen que cumplir todos los bancos (por los requisitos de Basilea) son mucho más fuertes y afectan a todos los bancos, independientemente del tamaño

¿Y qué conviene hacer a partir de ahora? Por parte de las autoridades conviene continuar dando garantías a los depósitos e intervenir preventivamente en los bancos más débiles. También es importante que las pérdidas producidas y las ayudas de las autoridades sean pagadas por los que ganan cuando las cosas van bien: accionistas y bonistas (que han comprado bonos emitidos por los bancos). Esto evitará el relajamiento que generaría si los estados cubren las pérdidas de entidades privadas. También hay que profundizar en los controles y regulación bancaria para todas las entidades (en el caso de los Estados Unidos), también las pequeñas, como ya se hace en la zona euro. Incrementar los requisitos de capital y de liquidez y, finalmente, sancionar a los directivos que hayan hecho malas prácticas.

Y por parte de los clientes de los bancos, conviene no sobreactuar y hacer lo que hay que hacer siempre, tanto cuando las cosas van bien como cuando van menos bien: diversificar bien los ahorros (tanto por el tipo de entidad como de producto) sabiendo que los depósitos en nuestro país tienen una garantía de 100.000 euros por titular y cuenta. No olvidamos que los bancos hoy están mucho más capitalizados y fuertes que en el 2008. Y las personas que han invertido en acciones de empresas sólidas y con un futuro prometedor a medio y largo plazo, mejor no venderlas porque cuando pase la tormenta ya se recuperarán las pérdidas.

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