El bienestar pandémico

Bienestar y pandemia son dos palabras que no ligan demasiado, incluso llegan a ser contradictorias. ¿Cómo es posible conseguir bienestar en la situación actual? Esto en psicología se denomina disonancia cognitiva, la tensión interna que experimenta una persona cuando tiene al mismo tiempo dos pensamientos antagónicos o que están en conflicto.

Esta es una de las realidades actuales, la lucha constante para sobrevivir en este entorno hostil y sostenido, privado de libertades, y que lleva, no nos tiene que extrañar, a graves consecuencias, porque el malestar psicológico es uno de los efectos que está causando la pandemia de la covid-19. Estudios recientes durante esta pandemia dicen que el 20% de la población ha tenido o tiene una depresión grave, mientras que en condiciones normales, no pandémicas, su prevalencia sería de un 7% (Hospital Universitario Dexeus). También la OMS estima que una de cada cinco personas atendidas en emergencias se ve afectada por depresión y ansiedad.

El 20% de la población ha tenido o tiene una depresión grave, mientras que en condiciones normales, no pandémicas, su prevalencia sería de un 7%

Pero cuando se habla de personas, se tiene que hablar también de aquellos elementos que favorecen su bienestar, lo que los hace sentir bien. Y de este análisis poder sacar provecho que ayude a paliar los efectos de la pandemia:

  • La carrera profesional. Las personas procuran tener objetivos de crecimiento y desarrollo profesional, poder luchar para conseguirlos. No hay nada más gratificante que disponer de una brújula y los medios para conseguir los retos que uno se proponga. Desgraciadamente la disminución de la actividad económica y sus efectos no acompañan a tener una visión positiva para muchos jóvenes.
  • El bienestar físico. Es la base que alimenta y da la energía suficiente para afrontar el día a día. Su cuidado fomenta la autoconfianza y el aprecio con un mismo. Hacer deporte, cuidar los hábitos de alimentación y ejercicio físico y mental son necesarios ahora más que nunca. Pero restricciones en la actividad física no ayudan en este sentido.
  • El social. Las personas son sociales, tienen necesidades de relacionarse y mantener el contacto con otros. El aislamiento que experimentan algunas personas, y también el teletrabajo dentro del entorno laboral, puede llevar a conflictos de relación, de exceso de horas de trabajo, e incluso a tener problemas de conciliación.
  • El comunitario. Las personas tienen propósitos que les llevan a colaborar y participar en su ámbito comunitario, sea de manera profesional o personal de manera altruista, sin esperar retorno. Les hace sentir bien y alineados con sus causas. Lógicamente, la situación actual de pandemia ha llevado también a fuertes restricciones en este ámbito, por las limitaciones de movilidad y de relación.
  • El financiero. Las personas tienen que cubrir sus necesidades básicas (Abraham Maslow) de alimentación, seguridad, vivienda, incluso de higiene. Quien más quien menos conoce a familias donde alguno de sus miembros se encuentran en situaciones de ERTE, pérdida de ingresos o de actividad económica provocada por las restricciones y limitaciones.

Bienestar y pandemia, como hemos dicho, son dos significados diferentes, por ahora dos caras de la misma moneda, donde las personas tienen que sobrevivir y hacer frente su día a día. Una disonancia que provoca conflicto interno en las personas, pero con la esperanza de que si nos aferramos a las noticias positivas bien pronto saldremos adelante y podremos volver a una nueva normalidad más positiva.

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