Soy un 'boomer'

Nací en la década de los 60 y ahora tengo más de 50 años. Soy un boomer.

La etiqueta boomer la empezaron a utilizar hace ahora un par de años los adolescentes de la llamada generación Z para tomarnos el pelo y hacer evidente el tono paternalista con el que los acostumbramos a tratar. Los boomers hemos vivido una época de relativa prosperidad social y económica, mientras que nuestros hijos están viviendo una época de indudable y contundente crisis económica, social y medioambiental. Mientras ellos van hacia un futuro incierto y dudoso, nosotros nos referimos constantemente a un pasado lleno de certezas y evidencias sobre qué está bien y qué está mal. Estamos insoportablemente contagiados por el moralismo de Disney y el consumismo de los 80, y con nuestra mirada de retrovisor no paramos de explicar una y otra vez lo que hay que hacer para ir hacia adelante.

Con 50 años, nosotros los boomers nos sentimos aún razonablemente jóvenes y capaces, y justo ahora empezamos a estar al frente de empresas, organizaciones y temas porque la generación anterior que ahora tiene 60 o 70 ha alargado en el tiempo de una manera insoportable su posición de control. Aún hay muchos de estos (normalmente hombres blancos heterosexuales) que siguen convencidos de que sin ellos todo iría peor. Pero el mundo se ha acelerado, la sociedad digital está substituyendo a la industrial, la escala estatal se ha visto reemplazada como mínimo por la continental, ahora se trabaja masivamente con tecnologías que no existían cuando nosotros los boomers teníamos 30 años, la nueva movilidad cuestiona los coches que hemos utilizado como símbolo de estatus social, el cambio climático amenaza nuestras segundas residencias en primera línea de playa, y el #MeToo deja en evidencia maneras de hacer en las que habíamos participado.

Pensábamos que cada generación tenía el derecho a mandar durante un par de décadas y ahora estamos descubriendo que quizás lo más interesante que podemos hacer es dejar pasar el turno y ponernos al servicio de gente más joven

Es evidente que solo con experiencias construidas en el siglo XX vamos mal para diseñar el siglo XXI, y sospecho que el papel de los boomers debería ser acompañar en vez de liderar. Pensábamos que cada generación tenía el derecho a mandar durante un par de décadas y ahora estamos descubriendo que quizás lo más interesante que podemos hacer es dejar pasar el turno y ponernos al servicio de gente más joven. Acompañar, apoyar, ayudar. Formar parte, en vez de mandar.

En vez de una persona de 65 años al frente con la capacidad de escuchar a gente más joven, mejor una persona por debajo de los 50 años al frente con la capacidad de escuchar a gente mayor. Esto aplica a empresarios, políticos, ONGs y casi cualquier tipo de proyecto. Generalizar es malo, pero cada vez que veas una iniciativa liderada por un hombre blanco, heterosexual, de más de 50 años… muy probablemente conecta mal con el futuro.

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