Cataluña – Valencia, vía secundaria

Las declaraciones del ministro español de Fomento, Íñigo de Serna, anunciando una doble plataforma –pasajeros y mercancías– para el tramo ferroviario entre Valencia y Castelló han despertado la euforia de una parte de la sociedad valenciana y han hecho brotar elogios en ríos de tinta sobre el savoir faire de la diplomacia valenciana por parte de algún periodista al norte del ríe Ebro. Mejorar la conexión entre las dos ciudades valencianas es, no hay duda, una necesidad de primera orden para la movilidad de pasajeros en este tramo de Corredor Mediterráneo por donde circula la línea C6 de cercanías, una de las de mayor tránsito de pasajeros de la red valenciana. Este tramo es el que sufre mayores retrasos debido a las obras de adaptación de la vía para la llegada del alta velocidad. Hablamos del tercer hilo, una solución que ya se calificaba de insuficiente por los actores implicados en estos temas de Corredor Mediterráneo al inicio de su construcción y que ahora, por el que se desprende del anuncio realizado por el ministerio de Fomento, será sustituido por esta doble plataforma de ancho europeo.

"El tramo Valencia-Castelló es el que sufre mayores retrasos debido a las obras de adaptación de la vía para la llegada del alta velocidad"

Existen, en cualquier caso, algunos detalles que me gustaría comentar alrededor de este importante, insisto, anuncio. En primer lugar, es razonable compartir la preocupación expresada por el consejero de infraestructuras catalán, Josep Rull, cuando advierte que el tramo Castelló-Vandellòs continúa sin doble plataforma europea ni ningún plan específico para su finalización. Este hecho impediría satisfacer la capacidad aumentada de los flujos que el nuevo tramo Valencia-Castelló tendría, si damos por hecho que el anuncio del Ministerio español se cumplirá, en tiempo y en forma.

"Los compromisos de inversiones en Corredor Mediterráneo llegarán a las dos décadas de incumplimientos en la actual legislatura"

Por otro lado, el anuncio no incluye una solución para el conjunto del tramo valenciano. Desde Castelló con la frontera catalana, casi 100 kilómetros de red valenciana que quedan fuera del anuncio. Los compromisos de inversiones en Corredor Mediterráneo llegarán a las dos décadas de incumplimientos en la actual legislatura, planes que parecen nebulosas incomprensibles y ejercicios intencionados para la confusión del personal. Porque, de verdad que la doble plataforma que se anuncia entre Valencia-Castelló no servirá, sobre todo, para el AVE entre Madrid-Puerta de Atocha y la capital de la Plana?

La coyuntura política, es cierto, dificulta la comprensión de estos anuncios, separar el que puede ser una victoria de la ingeniería de la presa de pelo continuada con la que el Estado ha tratado, y continúa tratando, los valencianos. El discurso ferroviario ha secuestrado el debate de las relaciones entre Cataluña y el País Valenciano. Las ha situado, de facto, en una vía secundaria. Aquí es donde todavía esperan su turno para circular la reanudación de las emisiones de Tv3, la entrada en la Euroregión, en el Instituto Ramon Llull y tantos otros proyectos como se quieran. Estos son los hechos. Y vía secundaria también para Corredor Mediterráneo y muchos de los otros puntos clave del sistema viario y ferroviario valenciano. Las victorias, si no pueden ser completas, valdría la pena compartirlas. La mejora urgente de la movilidad ferroviaria entre las ciudades de Gandia y Dènia, o entre Xàtiva y Alcoi, son algunos ejemplos. También tendrían que tener ocasión de disfrutar. Aunque fuera mediante la construcción de grandes relatos sobre el papel. Todo ayuda.

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