Estoy segura que la input más importante del mercado inmobiliario del 2016 ha sido el crecimiento importantísimo de la venta de viviendas de obra nueva; este mercado ha sido muy bueno en Barcelona ciudad y en toda el área comprendida entre el río Llobregat y el Besòs, al cual habría que añadir la zona de Viladecans-Gavà y seguramente Sitges. Es el que diríamos la primera corona de Barcelona.
Es verdad que había mucha demanda retenida, pero también lo es que hemos añadido nuevos compradores a los cuales los resulta difícil encontrar mercado de alquiler, así como pequeños inversionistes que vuelven a decidirse por el sector inmobiliario ante el poco o nulo rendimiento de los depósitos bancarios.
Precisamente este gran incremento de las ventas puede traer que, todos juntos, perdemos el sentido de contención tanto en precios como en oferta que hemos tenido hasta ahora. Creo que no lo tenemos que hacer, hay que continuar siendo medidos. Hay dos factores que hay que tener en cuenta, uno son los sueldos que suben pero poco; el otro, la demografía, muy estancada. No quiere decir que no suban los precios, subirán, tan sólo quiero decir que no nos pasamos, puesto que el mercado tiene unas barreras en precios absolutos muy marcadas y cuando las traspasas, no vendes, tenemos más de una experiencia reciente.
El segundo input importante es el mercado de alquiler: hace ya meses que los medios hablan sin cesar y es un gran problema de difícil solución. No hay vivienda de alquiler por muchísimas razones: una de muy importante es que gran cantidad de viviendas se han destinado al alquiler turístico; otra de las razones es que hay menos rotación que antes, por el que quedan menos pisos libres y otra razón es que hay menos personas que compran y, en consecuencia, más personas que alquilan.
Cuál es el resultado? Que los precios suben y cuesta mucho encontrar pisos en el mercado, el mismo problema que tienen todas las grandes ciudades europeas. Seguramente, cuando buscamos alquiler, nos tendremos que acostumbrar a elevar la vista y entender que Barcelona es ya toda el área metropolitana. Porque hay soluciones, seguro; no es fácil por hay que poner imaginación y, sobre todo, dar mucha seguridad jurídica. Estoy segura que se pueden hacer actuaciones público–privadas pero, está claro, con garantías.
Un tercero input es la carencia de viviendas de segunda mano en venta. Hay muy pocos en comercialización y muchísimas comercialitzadores, seguramente de aquí a un par de años habrá más porque se entregarán promociones y quienes haya adquirido una vivienda de mejora pondrá al mercado el que ocupa en la actualidad.
Por último, en relación a las previsiones por este 2017, lo podríamos resumir en más actividad y que la demanda crece, tan sólo hay que ver que ya hay más grúas, el que quiere decir nuevas promociones. Hay más facilidad para obtener crédito y mucha más confianza y este es un tema capital, la confianza, y un detalle importante a remarcar es que hay mucha más presencia en positivo del sector inmobiliario a los medios de comunicación.
Es verdad que había mucha demanda retenida, pero también lo es que hemos añadido nuevos compradores a los cuales los resulta difícil encontrar mercado de alquiler, así como pequeños inversionistes que vuelven a decidirse por el sector inmobiliario ante el poco o nulo rendimiento de los depósitos bancarios.
Precisamente este gran incremento de las ventas puede traer que, todos juntos, perdemos el sentido de contención tanto en precios como en oferta que hemos tenido hasta ahora. Creo que no lo tenemos que hacer, hay que continuar siendo medidos. Hay dos factores que hay que tener en cuenta, uno son los sueldos que suben pero poco; el otro, la demografía, muy estancada. No quiere decir que no suban los precios, subirán, tan sólo quiero decir que no nos pasamos, puesto que el mercado tiene unas barreras en precios absolutos muy marcadas y cuando las traspasas, no vendes, tenemos más de una experiencia reciente.
El segundo input importante es el mercado de alquiler: hace ya meses que los medios hablan sin cesar y es un gran problema de difícil solución. No hay vivienda de alquiler por muchísimas razones: una de muy importante es que gran cantidad de viviendas se han destinado al alquiler turístico; otra de las razones es que hay menos rotación que antes, por el que quedan menos pisos libres y otra razón es que hay menos personas que compran y, en consecuencia, más personas que alquilan.
Cuál es el resultado? Que los precios suben y cuesta mucho encontrar pisos en el mercado, el mismo problema que tienen todas las grandes ciudades europeas. Seguramente, cuando buscamos alquiler, nos tendremos que acostumbrar a elevar la vista y entender que Barcelona es ya toda el área metropolitana. Porque hay soluciones, seguro; no es fácil por hay que poner imaginación y, sobre todo, dar mucha seguridad jurídica. Estoy segura que se pueden hacer actuaciones público–privadas pero, está claro, con garantías.
Un tercero input es la carencia de viviendas de segunda mano en venta. Hay muy pocos en comercialización y muchísimas comercialitzadores, seguramente de aquí a un par de años habrá más porque se entregarán promociones y quienes haya adquirido una vivienda de mejora pondrá al mercado el que ocupa en la actualidad.
Por último, en relación a las previsiones por este 2017, lo podríamos resumir en más actividad y que la demanda crece, tan sólo hay que ver que ya hay más grúas, el que quiere decir nuevas promociones. Hay más facilidad para obtener crédito y mucha más confianza y este es un tema capital, la confianza, y un detalle importante a remarcar es que hay mucha más presencia en positivo del sector inmobiliario a los medios de comunicación.
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