Si has llegado aquí es porque has hecho clic a un enlace. A la hombre de VÍA Emprendida, a Twitter a Facebook a Whatsapp o en una página de busca de Google. Has hecho clic en un enlace con una prometida implícita de información prohibida a un clic de distancia y de balde; es más difícil pasar de largo que hacer clic.
Antes no ha aparecido a tu pantalla el artículo que los diarios no quieren que leas, Internet ha hecho su magia. Tu clic se ha sumado a los clics de los otros usuarios que ya han leído el artículo a los servidores de VÍA Emprendida, ha sumado uno a la base de datos de OJD, al contador de visitas de Google Analytics y al número de apariciones de cada anuncio de la página, aquí a la columna derecha.
De hecho, antes de tu felicidad por haber encontrado respuesta en una pregunta que nunca te habías hecho, hay la del medio de comunicación que ve como podrá vender la publicidad más cara, la del Sr. Google que indexa más páginas donde insertar publicidad y la de los anunciantes porque más gente ha visto su marca. Más audiencia y más anunciantes que pagan por más contenidos y un círculo virtuoso que vuelve a empezar.
Este sería en resumen el modelo publicitario en Internet... y a la radio y a los diarios y a la tele. De hecho es el modelo publicitario de toda la vida: los anunciantes pagan los contenidos y la audiencia los tiene de balde. No ha cambiado nada pues? Sí, todo. Enel en torno a oferta informativa infinita actual el coste de elegir aumenta exponencialmente con la oferta, y el de equivocarse en la elección también. Y no sólo estoy hablando de la oferta de prensa digital: tuits, documentales de Netflix, vídeos de gatitos y fotos de Instagram compiten en igualdad de condiciones por el tiempo de atención del usuario, y la moneda de cambio es el clic. Si no hay clic, el círculo virtuoso se para.
Así pues gran parte de la prensa digital vive cada vez más preocupada para competir generando clics, y todo clic empieza con un titular bastante sensacionalista que capte nuestra atención. Es igual si el contenido no se ajusta muy bien a la expectativa creada, el que cuenta es el clic. Este fenómeno es el que se conoce como clickbait (pescaclics). De hecho esto tampoco es nuevo ni es necesariamente doliendo –los tabloides lo han hecho toda la vida–, el problema llega cuando el clickbait se convierte en la norma.
Hagamos una repasada al azar a los grandes medios digitales de hoy. Sin ir a buscar los más explícitos encuentro:
Las fincas que podrían llegar a hundir a Isabel Pantoja
Seis cosas que hace la gente triunfadora antes de almorzar
La censura en la música: culos que se transforman en ancas de elefante
Titulares como estos son aquellos que clicamos a la una de la noche cuando todavía somos ante el ordenador y decimos: "este y bastante, va". Imposible no clicar. Si os queréis vacunar contra el clickbait seguís la cuenta de Twitter @savedyouaclick que lo critica de una manera divertida: coge los titulares engañosos, los reproduce a su cuenta y los responde directamente ahorrándonos el rato de leerlos. En palabras suyas: "No hacéis clic, ya lo he hecho yo. Os he ahorrado un clic".
Os tengo que confesar que me costó mucho elegir el título del artículo –tenía que ser el clickbait perfecto– entre los que tenía. Os los dejo como referencia:
10 razones porque los diarios digitales no quieren que leas este artículo
El artículo sobre la prensa digital que está haciendo hervir la red
Aquello que ignora Beyoncé de la prensa digital
Porque estos gatitos triunfan a los medios digitales
Antes no ha aparecido a tu pantalla el artículo que los diarios no quieren que leas, Internet ha hecho su magia. Tu clic se ha sumado a los clics de los otros usuarios que ya han leído el artículo a los servidores de VÍA Emprendida, ha sumado uno a la base de datos de OJD, al contador de visitas de Google Analytics y al número de apariciones de cada anuncio de la página, aquí a la columna derecha.
De hecho, antes de tu felicidad por haber encontrado respuesta en una pregunta que nunca te habías hecho, hay la del medio de comunicación que ve como podrá vender la publicidad más cara, la del Sr. Google que indexa más páginas donde insertar publicidad y la de los anunciantes porque más gente ha visto su marca. Más audiencia y más anunciantes que pagan por más contenidos y un círculo virtuoso que vuelve a empezar.
Este sería en resumen el modelo publicitario en Internet... y a la radio y a los diarios y a la tele. De hecho es el modelo publicitario de toda la vida: los anunciantes pagan los contenidos y la audiencia los tiene de balde. No ha cambiado nada pues? Sí, todo. Enel en torno a oferta informativa infinita actual el coste de elegir aumenta exponencialmente con la oferta, y el de equivocarse en la elección también. Y no sólo estoy hablando de la oferta de prensa digital: tuits, documentales de Netflix, vídeos de gatitos y fotos de Instagram compiten en igualdad de condiciones por el tiempo de atención del usuario, y la moneda de cambio es el clic. Si no hay clic, el círculo virtuoso se para.
Así pues gran parte de la prensa digital vive cada vez más preocupada para competir generando clics, y todo clic empieza con un titular bastante sensacionalista que capte nuestra atención. Es igual si el contenido no se ajusta muy bien a la expectativa creada, el que cuenta es el clic. Este fenómeno es el que se conoce como clickbait (pescaclics). De hecho esto tampoco es nuevo ni es necesariamente doliendo –los tabloides lo han hecho toda la vida–, el problema llega cuando el clickbait se convierte en la norma.
Hagamos una repasada al azar a los grandes medios digitales de hoy. Sin ir a buscar los más explícitos encuentro:
Las fincas que podrían llegar a hundir a Isabel Pantoja
Seis cosas que hace la gente triunfadora antes de almorzar
La censura en la música: culos que se transforman en ancas de elefante
Titulares como estos son aquellos que clicamos a la una de la noche cuando todavía somos ante el ordenador y decimos: "este y bastante, va". Imposible no clicar. Si os queréis vacunar contra el clickbait seguís la cuenta de Twitter @savedyouaclick que lo critica de una manera divertida: coge los titulares engañosos, los reproduce a su cuenta y los responde directamente ahorrándonos el rato de leerlos. En palabras suyas: "No hacéis clic, ya lo he hecho yo. Os he ahorrado un clic".
Os tengo que confesar que me costó mucho elegir el título del artículo –tenía que ser el clickbait perfecto– entre los que tenía. Os los dejo como referencia:
10 razones porque los diarios digitales no quieren que leas este artículo
El artículo sobre la prensa digital que está haciendo hervir la red
Aquello que ignora Beyoncé de la prensa digital
Porque estos gatitos triunfan a los medios digitales
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