La presentación del informe sobre innovación en turismo urbano que acaba de hacer la asociación Barcelona Global puede representar un punto de inflexión en la manera como aborda el sector empresarial los retos y los efectos no deseados que genera el éxito turístico de la ciudad.
Hasta ahora nos habíamos encontrado con un silencio incomprensible por parte de los representantes más relevantes del sector turístico ante esta problemática. Por un lado, todo y la larga trayectoria de éxito que lo avalaba, Turismo de Barcelona ha sido incapaz de reformularse para superar la tradicional dedicación exclusiva a la captación de demanda. Entre la desconfianza de los responsables municipales y el inmovilismo del sector privado, Turismo de Barcelona –con un director dimitido desde hace borde dos meses-, n o ha sido capaz de ejercer el rol de punto de encuentro entre operadores privados y sector público y el liderazgo que le correspondía.
El Gremio de Hoteles, encabezado por un empresario que había sido paradigma de la modernidad y la innovación pero que ahora ha corrido a apuntarse a la oleada de traslado de suyos sociales en Madrid, ha continuado practicando el papel de la triste figura que históricamente había ejercido. Los nuevos operadores, locales y foráneos, se han desentendido de las necesidades colectivas de la ciudad y del sector y han desistido de cualquier intento de reavivar y modernizar las entidades representativas.
"Los nuevos operadores, locales y foráneos, se han desentendido de las necesidades colectivas de la ciudad"
Sólo los nuevos operadores vinculados en los apartamentos, probablemente debido al entorno conflictivo en que se mueven, se han preocupado de algo más que de su negocio estricto. Y mientras tanto, los grandes equipamientos e instalaciones que viven de atraer atraen centenares de miles de visitas foráneas– desde la Sagrada Familia en la casa Batlló, desde el Museo del Barça hasta los grandes festivales musicales- han continuado haciendo como siempre, lavándose las manos como si esto de la gestión del turismo no fuera con ellos.
En este sentido, hay que remarcar que en Barcelona Global, una asociación transversal que "quiere hacer de Barcelona una de las mejores ciudades del mundo para el talento y la actividad económica", de los veinte socios corporativos protectores, sólo dos pertenezcan al sector turístico, eDreams ODIGEO y Airbnb, que son dos operadores que no tienen nada que ver con los tradicionales del sector. Y entre los 42 socios corporativos, sólo uno pertenece al sector, precisamente la patronal de los apartamentos turísticos, Apartur.
Afortunadamente, el acto de presentación del informe contó con un número más relevante de operadores turísticos, tanto en cuanto a hoteles como recintos y monumentos singulares. Una lástima que, para formular unas recomendaciones bastante sensatas y que algunos ya habíamos apuntado en varias ocasiones, tuvieron que buscar expertos extranjeros. Es aquello que cuando se quiere comunicar un mensaje que puede resultar conflictivo se recurre a las patums foráneas se porque parezca más objetivo y más incuestionable.
"Cuando se quiere comunicar un mensaje que puede resultar conflictivo se recurre a las patums foráneas se porque parezca más objetivo"
Resulta especialmente interesando la apuesta que hace Barcelona Global por los acontecimientos culturales y, sobre todo por la música, como elemento tractor y diferenciador de la oferta de turística Barcelona. La tradición familiar del presidente de la organización, Gonzalo Rodara, seguro que tiene mucho que ver.
Y entre los hoteleros que se mostraron más comprometidos con el nuevo rumbo que tendría que emprender, destaca un nombre, Pau Guardans, también de alcurnia ilustre. Empresarios como Guardans pueden representar el rejoveniment y la modernización del reduïdíssim núcleo que ha sido encabezando el sector durante treinta años y que necesitan dar a visiones más innovadoras y más comprometidas con el futuro del conjunto de la ciudad, que es el atractivo principal que hace llenar sus alojamientos.
Finalmente, hay que reconocer que la persistencia del equipo municipal de gobierno a señalar las limitaciones y los impactos a corregir del actual modelo turístico empieza a tener éxito, cuando menos entre los empresarios más inquietos e innovadores. Un equipo de gobierno que, como casi siempre, tiene más acierto a la hora de identificar problemas que no de encontrar soluciones. Pero en el año que resta de mandato y pensando especialmente en el gobierno que salga de las próximas elecciones municipales, tendría que ser más fácil de encontrar la complicidad imprescindible entre el Ayuntamiento y los principales operadores del sector si realmente se quiere pasar del diagnóstico a las soluciones.