El exceso colaborativo

Has tenido temporadas con la sensación que no llegas a todo el que tenías programado hacer?, sentir que no avanzas en el trabajo a tu día a día? Incluso que te lo acabas llevando en casa? Si es así, puedes haber sufrido un exceso colaborativo.

Seguramente habrás destinado la mayor parte de tu tiempo (quizás más de un 80%) a dar respuestas a los otros y sus peticiones, ya sea por teléfono, por mail, y participar en no pocas reuniones. Tu rendimiento desgraciadamente habrá bajado para no disponer casi del tiempo que necesitas para hacer la tarea principal, y con el peligro de sufrir desgaste, estrés y finalmente rotación (por la empresa).

El exceso colaborativo es uno de los riesgos asociados al momento que estamos vivimos de globalización, de estar permanentemente conectados, de fomentar que a la empresa haya espíritu colaborativo, que las personas cooperen y que trabajen en equipo.

Curiosamente hay estudios de empresa que avalan que la distribución del trabajo colaborativo está mal equilibrada. Entre el 20 y el 35% de las colaboraciones de alto valor añadido vienen tan sólo de parte de un 3% y un 5% de los colaboradores. Hecho que trae que pocas personas sean permanentemente solicitadas a colaborar, provocando culos de botella, tomar decisiones lentas, y desgraciadamente el riesgo de perder su talento por sobrecarga de actividad, un precio muy alto.

"Hay estudios de empresa que avalan que la distribución del trabajo colaborativo está mal equilibrada"

Pero hay soluciones que dan respuesta a estos excesos colaborativos, y especialmente también en cuanto a las reuniones. Tres tipos de recursos engloban estas solicitudes de colaboración que nos piden los otros: recursos de información, que son los conocimientos y capacidades que se pueden transmitir; los relacionales, de ayudar a los otros que dependen de la posición y lugar que se ocupa; y los personales, que incluyen directamente el tiempo de dedicación y la energía de cada uno.

A menudo se organizan reuniones para pedir información o solicitar ayuda relacional, penalizando el tiempo y energías que dispone el colaborador con su recurso personal, su bien más preciado. Por estas demandas, que incluyen estos recursos informativos y relacionales, si se dispone de los canales adecuados que estén al alcance de todo el mundo se pueden compartir, evitando de este modo una llamada, un mail (ya no hablamos si se pone en copia a los otros), o una reunión.

Seguramente tendremos que hacer parada, reflexionar, y aprender a hacerlo para organizarnos mejor, no sea que caemos en la tentación de tener un exceso colaborativo, que afecte nuestro rendimiento. Si lo hacemos, todos ganaremos, profesionales y empresas!

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