El Instagram de las estrellas

Escribo estas rayas todavía en estado de choque. Ayer me llegaba por Twitter una gráfica publicada por The Economist sobre el que ganan los famosos, celebrities en el idioma de ahora. Miras la gráfica —YouTube, Facebook, Snapchat, Twitter, Instagram— y ves cifras estratosféricas: 150 mil dólares, 187 mil, 300 mil, que dependen obviamente del número de seguidores.

La conversación continuó por Twitter sobre cómo nos arreglaría la vida el sueldo de 300 mil dólares del YouTuber de éxito o el de 187 mil del famoso de Facebook, y si alguien de los presentes cobraba algo parecido. Otra línea de argumentación era que esto eran precios en los Estados Unidos y que aquí las estrellas social mediáticas no llegaban a estos ingresos ni de lejos.

Hasta que a alguien se le acudió de preguntar si las cifras eran por mes o por año. 300 mil dólares al mes por un YouTuber con más de 7 millones de seguidores me parecía una barbaridad hasta que me fijé en la leyenda de la gráfica: "ganancias medianas por publicación de un influencer en plataformas de medios sociales seleccionadas". Cómo? Volvámoslo a leer: ganancias por publicación!

Las palabras clave de la estadística son "ganancias medianas" y "influencer". El estudio incluye Kim Kardashian, el Snoop Dogg, Piqué y el YouTuber de videojuegos con "sólo" centenares de miles de seguidores, los actores y deportistas que utilizan las redes sociales como un canal más de promoción —tienen algún oficio y ya eran famosos antes—, y los que sólo tienen el oficio de estrella de los medios sociales. Esto explicaría porque las estrellas social mediáticas locales no cobran estas cifras.

La otra palabra clave es influencer y aquí también hay diferencias entre los de verdad —los que son al margen de los medios sociales— y de los que son gracias a los medios sociales. En nuestro país pequeño cuatro seguidores y una webcam hacen un influencer, pero por el país del Economist los influencers son la Lady Gaga, Beyoncé y Cristiano Ronaldo. L'influencer de verdad no lo es tanto por la cantidad de seguidores que tiene sino por la capacidad de movilizarlos, y está claro que estos tres además de mover multitudes más allá del me gusta, los hacen gastar mucho dinero.

Por ejemplo a Cristiano Ronaldo. Llego a su Instagram vía una foto que The Economist menciona donde sale mostrando el último modelo de reloj que TAG Heuer le ha regalado. Es el nuevo TAG HEUER CARRERA Calibre HEUER 01 Chronograph Titanium & 18 K 5N Rose Gold 45 mm. Una maravilla suiza que sale por unos 8.000 €, que, por el que es, todavía me parece poco caro. Pues bien, sabiendo que Cristiano tiene casi 80 millones de seguidores a Instagram (240 millones en todas sus redes), si hacemos cuatro números veremos que a TAG la foto y sus 1,6 millones de likes le ha salido por 150.000 dólares más los 8.000 € del reloj; a 10 céntimos por impacto, que también me parece poco caro.

Y puesto que estaba me he entretenido a mirar su Instagram. Deporte? Por debajo el 50%. La mayoría de fotos son de publicidad más o menos directa —o encubierta decid cómo quered—. El Instagram de Cristiano Ronaldo es una mezcla de la Planta Caballero del Corte Inglés, la sección de fútbol del Decathlon y el catálogo de Nadal del Mediamarkt: videojuegos, móviles, destinos turísticos, vestidos, relojes, juegos online, bolsa, restaurantes, tiendas, ropa de deporte, vambes, coches y más. Un tipo de todo a 100.000 planetario.

Por curiosidad también he buscado la Instagram de Guillem Anglada-Escudé, el profesor de astrofísica de la Universidad Queen Mary de Londres y ninguno del equipo que ha descubierto el exoplaneta Próxima b. he ido para ver qué encontraba —alguna estrella de verdad—, pero no tiene Instagram, las únicas publicaciones que le he encontrado en la red son los artículos de astrofísica que tiene colgados a la base de datos de artículos de la NASA. No debe de tener tiempo.
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