El pájaro de Schrödinger

¿Puede Ada Colau cerrar su cuenta de Twitter ? Claro, del mismo modo que usted o yo podemos cerrar la cuenta cuando nos dé la gana. ¿Puede la alcaldesa de Barcelona no estar en Twitter? No lo creo. Podríamos acabar aquí y ya lo tendríamos.

Ada Colau ha colgado una serie de capturas en Facebook, Instagram y en el mismo Twitter donde argumenta su decisión de dejar la red del pajarito. La idea le rondaba por ela cabeza desde hacía tiempo y la buena experiencia de pasar el día de su cumpleaños sin Twitter le dio el empujón final. Totalmente de acuerdo con su decisión.

Por otro lado, parece lógico pensar que un político de cierto nivel, —una persona con un perfil público a quien pagamos el sueldo— tendría que tener presencia en los medios, sean sociales o de masas, sean públicos o privados. A pesar de violar todas las normas de uso, las redes sociales mantuvieron las cuentas de Donald Trump abiertos porque consideraban que lo que decía era de interés general. No fue hasta el asalto al Capitolio que no lo  "desplataformaron" al considerarlo el principal incitador.

"Parece lógico pensar que un político de cierto nivel, tendría que tener presencia en los medios"

Saco a colación el cadáver poco exquisito de Trump porque a pesar de que, política, humana e intelectualmente es a las antípodas de Ada Coláis, su concepción —accidental— de las redes es muy similar. El uno y la otra las han utilizado de manera muy competente, han difundido su mensaje al margen de intermediarios y han creado a su alrededor unas comunidades con poca representación en los medios de comunicación de masas.

Donald Trump entró en Twitter en mayo de 2009 donde capitalizó toda su popularidad televisiva de su reality TheApprentice. Cuando decidió presentarse a las elecciones tenía borde 3 millones de seguidores (88,9 al final del último mandato). Ada Colau creó su cuenta en enero de 2010 y su primer mensaje es un llamamiento a una concentración en el espacio ocupado del Patio Maravillas en Madrid (en su segundo confesaba cómo todo el mundo que no entendía demasiado bien cómo funcionaba Twitter). Poco a poco su popularidad en la PAH fue creciendo hasta darle presencia en los medios que engordaron sus redes sociales. Cuando en 2014 decide presentarse como candidata en el ayuntamiento de Barcelona ya tenía una marca y una presencia en los medios sociales bastante sólida. No tengo el dato del número de seguidores que tenía en 2014 pero un tuit suyo de fin de año del 2013 diciendo al PP "que desobedecerá todas sus leyes injustas y hará 'escraches' a todos los desahucios" tiene 1.903 RT.

Otro hecho que ambos ex-tuiteros comparten es la utilización de las técnicas de cherrypicking (cosechar cerezas) y nutpicking (seleccionar guillados).

Cuando Colau decide presentarse como candidata en el ayuntamiento de Barcelona ya tenía una marca y una presencia en los medios sociales

El cherrypicking consiste en seleccionar los datos que te interesan para apuntalar tu tesis y mientras escondes las que no te interesan. Ada Colau lo hace cuándo en su mensaje de despedida menciona que Twitter está lleno "de perfiles que intoxican e incitan al odio. Muchos de ellos con dinero (bots) por la extrema derecha (sic)". Dejando de lado la extraña redacción de la frase y la mezcla de conceptos, Colau obvia que de bots, perfiles falsos y trolls pagados hay de todas las ideologías, incluso de su partido. Un test rápida con cualquier herramienta gratuita da como resultado que un 42% de sus seguidores podrían ser bots, una tasa superior a la de Pere Aragonés, Pedro Sánchez o Manuel Valles (esto no quiere decir que le sean afines o que les haya pagado su partido).

El nutpicking consiste en seleccionar los representantes del espectro ideológico contrario para desacreditar la ideología a la que pertenecen. Demasiado a menudo vemos políticos respondiendo a trolls que elevan a representantes de un partido político o ideología para asociarlos con el mensaje del troll. Es el efecto "¿Lo veis cómo todos son igual?". Cuando rascas un poco encuentras perfiles falsos con pocos seguidores que no parecen capaces ni de representarse a sí mismos. La lucha contra estos trolls no tendría que ocupar ni un minuto de un cargo político; las herramientas de gestión de redes y un equipo de comunicación competente se los tendrían que invisibilitzar.

El otra característica que comparten Trump y Colau es el continuo persona-personaje-institución. Ambos han utilizado sus cuentas personales para sustituir plataformas de comuniació pública: Trump utilizaba su cuenta personal @realDonaldTrump en vez del oficial del presidente de los EE.UU. @POTUS; del mismo modo que la cuenta de Twitter de la alcaldesa de Barcelona es @AdaColau y no uno de institucional (¿@ADBAR?). No hay una solución ideal al problema: el debate de cuenta personal contra cuenta institucional o empresarial es un debate que rebasa la política.

Y para acabar con los parecidos, ninguno de los dos ha cerrado su cuenta de Twitter. A Trump se la cerraron y Ada Colau todavía lo tiene abierto. El Twitter de Schrödinger.

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