El tiempo, el talento y la tecnología

Los 3 grandes retos que todo director general o empresario tiene que afrontar con garantías porque su empresa crezca son el tiempo, el talento y la tecnología. De hecho, estos tres son los retos más comunes que afrontan todo tipos de empresas de todo el mundo, y es por eso por el que parte del trabajo como empresario es dirigirlas de manera eficaz, para poder tener éxito.


Por ejemplo, la queja más habitual de los CEOs de las principales empresas del mundo siempre es el tiempo; y esto no es diferente en empresas pequeñas y medianas, donde el empresario muy a menudo mantiene responsabilidades que tendría que haber delegado hace tiempos si quiere crecer. Me reunía con un empresario esta semana y me planteaba que tenía clara la estrategia a seguir con una nueva línea de negocio, sabía qué había que hacer y como hacerlo, pero que le hacía falta alguien que lo llevara a cabo, porque él ya no daba el alcance. Es triste que un empresario tenga buenas ideas y no las pueda llevar a cabo por carencia de un equipo directivo eficaz. Por eso, para acontecer un maestro del tiempo y poder dirigir tu negocio, y tu vida, con eficacia, hay que trabajar en la gestión de tus prioridades y en la disciplina con la cual las abrazas. En esto se resume todo: saber elegir qué hay que hacer en cada momento, y mantenerte comprometido a esta decisión para convertirla en acción.

"Es triste que un empresario tenga buenas ideas y no las pueda llevar a cabo por carencia de un equipo directivo eficaz"


En segundo lugar, el empresario tiene que dirigir su negocio pensante en el talento de que dispone y mirando de alimentarlo y construirlo constantemente. No se vale quejarse del que tienes sino tomar decisiones para mejorarlo. En el ejemplo anterior, el error del empresario era buscar alguien cómo él para hacer el trabajo. Y es un error porque parte de la premisa que él es el mejor para llevarlo a cabo, en lugar de partir de la base que hay que encontrar alguien todavía mejor que él para triunfar. Se trata de pensar en grande y traer alguien que sea capaz de cambiar el statu quo y dar un paso de gegant en la gestión de la empresa. Por lo tanto, hay que pensar en como convertir la empresa en un polo de atracción de talento, preparándola para acompañar y retener los trabajadores en su carrera profesional.

Pero también hay que pensar en la sucesión, puesto que, como los clientes, los trabajadores no se quedarán por siempre jamás (se jubilarán, marcharán o los despedirás), y hay que tener preparada la empresa para mejorar en cada nueva contratación y sustitución.

Por último, la tecnología está cambiando la manera como trabajamos y hay que tener muy preparada la empresa para adaptarse y ser flexible en las innovaciones que, como empresario, se quiere incorporar. Se tiene que hacer pensante a aumentar permanentemente la velocidad de implementación, de forma que cada vez sea más rápido incorporar un cambio o una evolución de los procesos o las herramientas a utilizar. Y, como se puede hacer de manera eficaz? Eligiendo bien los cambios que se quiere incorporar, no dejándose guiar por la última novedad y formando proactivament su equipo en la adaptación, y no sólo en la herramienta concreta.
Son tres grandes retos que dependen exclusivamente de uno, por el que se tendría que poderse dirigir como el que uno es: empresario.

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