He escrito este artículo con bolígrafo porque estoy cansada de usar los dedos para presionar teclas donde siempre tengo pantallas.
Leí hace unos días sobre las conclusiones de un estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología con este titular: "Escribir a mano puede aumentar la conectividad del cerebro más que escribir con un teclado". Y además de conectividad, más aprendizaje. El estudio se había realizado con 36 estudiantes universitarios y tenía que ver con el debate en torno a la educación y las nuevas tecnologías. Pero pensé que los que "ya hemos terminado las clases" también podríamos beneficiarnos de ello.
"Nuestro cerebro reconfigura constantemente sus propios circuitos". Así lo explica David Eagleman, neurocientífico y profesor de la Universidad de Stanford en su último libro Una red viva: "La magia de nuestro cerebro no reside en sus elementos constituyentes, sino en la manera en que estos elementos se recomponen constantemente para formar un tejido vivo, dinámico y eléctrico". Por cierto, el estudio noruego dice que los efectos de un bolígrafo digital son los mismos que los de un bolígrafo Bic. Escribo sobre el iPad.
"He escrito a mano para ver si mis neuronas hacen nuevas amistades"
Así que eso, he escrito a mano para ver si mis neuronas hacen nuevas amistades, pero no lo he hecho solo por eso. En el amigo invisible de la familia esta pasada Navidad, me tocó el libro IKIGAI de Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles (¡gracias, Víctor!) y su lectura también ha sido fuente de inspiración. Como sabréis, Ikigai es un concepto japonés que significa razón de ser. El Ikigai de cada uno se puede identificar con aquello que nos hace fluir: actividades físicas, manuales o mentales que, cuando las haces, estás tan presente y conectado que no prestas atención al ruido exterior.
En palabras del psicólogo Mihály Csíkszentmihályi, es "el placer, el deleite, la creatividad y el proceso en el que estamos inmersos totalmente en la vida". Y se me ocurre que esto de escribir a mano puede ser una manera de estar "inmerso totalmente en la vida".
Según Owen Schaffer, Ph.D. en Informática y Ciencias de la Información, hay siete condiciones para estar en modo flow, y a mí me ha enganchado la número cinco. No porque haya sido una revelación, sino porque forma parte del juego de la vida que de vez en cuando me gusta jugar. Dice así: "Tener desafíos ambiciosos".
"'Ikigai' es un concepto japonés que significa 'razón de ser'"
Dice que se necesita la justa medida de cada desafío: lo que sea para ti un reto lo suficientemente difícil, pero no inalcanzable. No se trata de escalar el Everest esta Semana Santa, si nunca has hecho más allá del Camino de Santiago, pero quizás sí de hacer el Camino de Santiago si nunca has hecho más allá de la marcha nórdica los sábados por la mañana.
"Se trata de asumir retos que tenemos posibilidades de acabar, pero que al mismo tiempo están un poco por encima de nuestras posibilidades". Como escribir a mano de vez en cuando para VIA Empresa. Y al acabar, quién sabe si, como decía Hemingway, "a veces escribo mejor de lo que sé".