Fortnite for dummies

Si últimamente habéis estado en contacto con algún mainatge —vuestro o de altri— le habréis visto hacer en alguna ocasión unos movimientos espasmòdics que van de lo más imperceptible a la coreografía más elaborada. Lo hacen de manera automàgica. En el patio de la escuela, a casa, en la calle, en el aula y a la cola del súper. Los veréis hacer el Fresh, el Floss, el Take the L, la Electro Shuffle, el Robot y el Best Matas entre otros. Si tenéis hijos, ya sabéis de que os hablo, si sois educadores todavía más.

Pues bien, resulta que esta reedición del baile de Santo Vito que está recorriendo el mundo es culpa de un juego: el 'Fortnite: Battle Royale'. En un principio no aporta nada demasiado nuevo: un shooter en tercera persona donde 100 jugadores luchan individualmente, por parejas o en grupos de cuatro para ver quién sobrevive en una isla. De hecho, es un plagio de otro juego. En septiembre del 2017 se tiró por Windows, Mac, Playstation y Xbox, pero ha sido este abril cuando el juego ha salido por iOS —de balde con micropagaments— que se ha convertido en un fenómeno.

El juego tiene más de 45 millones de jugadores y según Forbes, en marzo ya había ganado más de 223 millones de dólares. Sólo en su versión móvil factura más de un millón de dólares cada día. Es el juego más ver a Twitch —el Netflix de las partidas de videojuegos— y se ha convertido en un fenòmen cultural de masas donde deportistas de élite y estrellas del espectáculo se retan públicamente. Sony y Microsoft admiten que los incrementos de suscripciones que han tenido a sus plataformas de juego en linea desde septiembre del año pasado son debidas de al 'Fortnite'.

Su éxito se basa en los diseños de los personajes, los bailes y que el juego sea móvil. El diseño de los personajes era en un principio realista con un toque tètric à Tim Burton, pero el diseño final es tipo cómico, que los hace más amigables a pesar de que al final disparan sacados al hacia boca de cañón. La otra parte del éxito son los bailes que los personajes hacen cuando pelan alguien o ganan la partida; bailes conocidos de vídeos virales de internet que conectan con una cultura de fans previa haciendo que el juego salga de las consolas y se extienda por patios de escuela, casas, calles y aulas. Y finalmente la movilidad: la versión por iOS ha hecho que el juego haya entrado a las aulas con los móviles.

Y padres y educadores qué tenemos que hacer? La solución la tenemos en un artículo y una serie de estudios de la Universidad de Stanford (sí Stanford) que recomienda una dieta digital equilibrada. La tesis es que Fortnite —en general, la mayor parte de los videojuegos— tienen aspectos positivos y negativos. Ignorarlos o prohibirlos no sirve de nada y encima hace que nos perdemos los aspectos positivos que puedan tener. Los mainatges que juegan a juegos como el 'Fortnite: Battle Royale' practican el trabajo en equipo, la colaboración, la planificación para conseguir un objetivo, el pensamiento estratégico y la comprensión espacial. Los expertos educadores de Stanford recomiendan a los padres jugar con los hijos y a los educadores de incorporar estas estrategias al trabajo del aula (eso sí, con el móvil a la mochila). La otra línea de trabajo por los educadores es hablar del juego abiertamente a clase utilizando el juego como excusa: los valores que transmite, el diseño de los personajes masculinos y femeninos, los estereotipos de género, el tratamiento de las diferentes razas, el argot que utilizan al hablar, los sesgos de los doblajes en los diferentes idiomas, etc.

El otro debate que es necesario, este en el aula y con los padres, es el de la evolución de los juegos, los mecanismos de los diseñadores para hacerlos cada vez más adictivos, si recogen datos de los jugadores —directamente, mediante la conexión a redes sociales o vía micropagaments—, como pasarse horas matando gente reduce la empatía de los jugadores y si el hecho de estar constantemente expuestos a expresiones faciales de personajes digitales dificulta los mainatges la interpretación del lenguaje no verbal facial. De momento corro a instalarme el Fortnite a escondidas de mon hijo para poder responder todas estas cuestiones y para entrenarme a bailar el Take the L mejor que él.

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Marlowe, Magnum, Tuesta y Twitter
"¿Estoy hablando cono el propietario de este bot?"
Y de paso que los saquen el Soma
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